VALÈNCIA. Cuando el área de Cultura de la Diputación de Valencia convocó un concurso para diseñar un nuevo trofeo no pensaba que se iba a encontrar con críticas a un proceso que creían atado y bien atado. La inclusión de un jurado popular en la mecánica y el hecho de que los participantes deban, independientemente de si son finalmente elegidos o no, presentar un diseño previo levantó ampollas en la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV). Una vez fueron conocedores de este concurso, la entidad hizo llegar a la administración una solicitud de retirada de un concurso que tildaban de “irrespetuoso con la profesión y falto de rigor en sus bases”, una queja que fue oída y derivó en una reunión entre una parte y otra para, en realidad, no contentar a ninguno.
Tomadas en cuenta las críticas de la asociación, la Diputación de Valencia no retirará el concurso para, explican, no perjudicar a todos aquellos que, al ya estar publicadas las bases, estén trabajando en el diseño del premio, un trofeo que en última instancia servirá para destacar a personas, asociaciones, entidades y ayuntamientos que destaquen por su trayectoria, dedicación y fomento de iniciativas enmarcadas dentro del ámbito de la cultura. Desde la administración destacan que este concurso se trata de una “excepción” pues los museos a su cargo –el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM), el Museu Valencià d'Etnologia y el Museu de Prehistòria- trabajan “con profesionales y precios reales”. Aunque sí han ofrecido participar a los representantes de la ADCV como miembros del jurado, estos habrían rechazado la oferta, aunque es en este punto donde sí cabría algún cambio.
El proceso original contempla que sea un jurado técnico el encargado de seleccionar los proyectos que accedan a una segunda fase del concurso, en la que estas propuestas deberán ser presentar en tres soluciones gráficas: un panel descriptivo del proyecto, un panel con su representación gráfica y una representación de la figura en tres dimensiones. Estos proyectos serán valorados de manera conjunta por votación popular y por un jurado técnico con una representación de la Diputación de Valencia. Esta fórmula permitirá estimar los proyectos seleccionados que accederán a la segunda fase del concurso. Por votación popular se decidirán también los cinco proyectos que llegan a la fase final, y nuevamente el jurado determinará de entre estas propuestas, las que finalmente son merecedoras de resultar adjudicatarias.
Es en la composición del jurado que, además de técnicos de la Diputación de València podría asumir representación de profesionales del sector, donde desde la administración admiten que se podría aplicar un cambio en esta convocatoria al no poder modificar las bases actuales. Cabe recordar que los interesados en participar en esta convocatoria disponen de un plazo máximo de dos meses para presentar sus propuestas, las cuales podrán estar elaboradas de forma individual o conformar equipos de trabajo, siendo el proyecto ganador el que reciba un premio por valor de 3.000 euros. Asimismo, si el jurado técnico determina que la calidad de los proyectos lo merece, la Diputación de Valencia podrá seleccionar hasta dos propuestas adicionales que serán recompensadas con una cuantía de 1.000 euros cada una.
Una vez conocidas las bases de la convocatoria, la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana remitió una queja formal al área de Cultura de la Diputación de Valencia en la que consideraban el procedimiento una "práctica de trabajo especulativo irrespetuosa con el profesional". El documento presentado también ponía el acento en que la convocatoria esté abierta a la participación de personas que no son profesionales del diseño, "sin importar si tienen la capacidad competente para abordar esta labor", e invitaba a usar la fórmula de llamada a proyecto, que ya ha sido integrada por Presidencia de la Generalitat Valenciana en los carteles del 9 d'Octubre; la Feria del Libro de Valencia; o la concejalía de Cultura Festiva de Valencia con la imagen de Fallas 2016 y 2017, entre otras.
Si la fórmula de concurso ha enfrentado en esta ocasión los puntos de vista de la Diputación de Valencia y la asociación de diseñadores y su reunión no ha resultado en grandes cambios en la convocatoria para el diseño del trofeo, lo cierto es que este primer encuentro sí ha sentado las bases de una relación hasta ahora inexistente. Si las comunicación de la ADCV con la Generalitat Valenciana es fluida, derivando en el desarrollo e instauración de los procesos de llamada a proyecto, entre otras políticas, el reto ahora está en llegar a los espacios que todavía no se han conquistado. En este aspecto, la Diputación se ha comprometido a ‘rebotar’ el manual de buenas prácticas confeccionado por la asociación a los ayuntamientos de la provincia para que así lo tengan presente de cara a futuros procesos de selección.