exposición en el centre del carme

La fotografía de Bernard Plossu o la adrenalina que hay en la paciencia

20/06/2024 - 

VALÈNCIA. “Para ir rápido hay que ir despacio”. Este es el consejo que, cuando era pequeño, le hizo a Bernard Plossu su padre, con quien compartió esos viajes iniciáticos en los que, armado por cámara fotográfica Kodak Brownie Flash, capturó sus primeros paisajes. De eso han pasado ya muchos años, tiempo en el que Plossu se ha reivindicado como una de las grandes figuras de la fotografía contemporánea, siendo receptor del Premio Nacional de Fotografía en Francia o el Premio PhotoEspaña, entre otros reconocimientos. Con una mirada única sobre el paisaje, que ha retratado en sus numerosos viajes, su mirada se dirige ahora a lugares como Albarracín o Cap de Creus, un mapa fotográfico que toma forma en la exposición España en color fresson, que inaugura esta semana el Centre del Carme.

Casi tres décadas después de que el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) le dedicara una gran retrospectiva, València le vuelve a rendir homenaje, ahora con una muestra más íntima en la que, a través de 80 fotografías, dibuja una carta de amor a un país que forma parte clave de su universo creativo y sentimental. Lo hace, claro, con la técnica de positivado papel fresson, un proceso descubierto por Thèodore Henri Fresson y patentado en 1903 que, con un sistema similar a la impresión al carbono, dota a las obras de una singular textura que las acerca al lenguaje pictórico, dotando a las obras de una poética única. “Ha conseguido algo que consiguen muy pocos artistas, un estilo propio”, subrayó el comisario de la muestra, Juan Pedro Font de Mora, quien presentó la exposición junto al artista y al gerente del Consorci de Museus, Nicolás Bugeda.

También destacó el comisario durante su parlamento esa paciencia necesaria para hacer ese tipo de fotografía que realiza Plossu, una obra que parte del paseo, tranquilo, pausado, un proceso que no dista mucho de aquel consejo que le dio su padre de niño y que le permite escuchar lo que el paisaje le tiene que decir en lugar de provocar aquello que quiere oír. “La fotografía es algo de mucha tranquilidad y es un momento loco donde tienes que ir muy rápido y, para tener la fuerza de esta velocidad, hay que ir despacio”, reflexionó el artista durante la presentación. Por si a algún despistado se le olvida esta máxima, entre fotografía y fotografía la sala esta coronada por una frase grabada ahora en los muros del museo: “Respirar, mirar las plantas, olerlas, y s obre todo no cogerlas, caminar sin meta, de un cerro a otro, entre las hierbas secas doradas por el sol y cimbreadas por el viento, estar de repente en ningún sitio”.

La muestra, pues, recorre algunos de esos paisajes españoles que han sorprendido a Plossu, una colección de imágenes que se ordenan a través de un “juego de colores y formas” y no por su ubicación, generando un relato que prima la sensación visual, la poética del escenario, frente a la cronología. No es, por cierto, la única exposición que el artista protagoniza actualmente en la que viaja por esos “ningún sitio” de España, pues al mismo tiempo está abierta una muestra en el Museu Picasso de Barcelona en la que, haciendo uso de esta misma técnica, recorre la huella del cubista a través de distintos paisajes catalanes, un recorrido que en este caso le lleva a Cadaqués o Gósol.

“No importa el lugar, es el sentimiento de que es España, un barranco en Albarracín, el cabo de Creus en Cataluña, un poste eléctrico en Huérmeda, una farmacia pintada de verde, una vitrina antigua, una cámara vieja, o una puerta azul en una calle geométrica”, relata Plossu. En este sentido, estos paisajes no se alejan tanto de aquellos que ha retratado en África, Estados Unidos o México, escenarios distintos, pero en los que el artista encuentra conexiones, especialmente en esas zonas áridas que son como un imán para su objetivo. Frente a todos estos espacios, mantiene, esa combinación clave entre adrenalina y calma –“Cuando hago una fotografía busco la sorpresa, nunca se sabe lo que va a pasar”- y un último apunte: "Yo he visto a Cartier-Bresson, yo he visto a Lartigue, yo he visto a Carlos Pérez Siquier. Hasta el último día eran jóvenes en la cámara. Eso parece la clave de la filosofía de la fotografía".

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