VALÈNCIA. La Generalitat Valenciana ha dado este lunes luz verde ambiental al PAI de Benimaclet, el desarrollo urbanístico de 269.775 metros cuadrados, que linda con la Ronda Norte y que prevé la construcción de más de 1.345 viviendas. De esta forma, el proyecto presentado por Metrovacesa sigue con el trámite administrativo tras superar esta fase, una de las más costosas del periplo burocrático, hasta su aprobación definitiva.
Con este informe, la Comisión de Evaluación Ambiental considera que el proyecto presentado no tiene un efecto significativo sobre el medio ambiente por lo que la tramitación se realizará por el procedimiento simplificado.
Una vez la Generalitat remita el documento al consistorio, se requerirá a los promotores para que en el plazo máximo de tres meses presenten la documentación completa del programa de actuación integrada.
"Una vez recibamos el informe, daremos traslado a los promotores (Metrovacesa), que tendrán un plazo de tres meses para elaborar la documentación completa del PAI. Tenemos el compromiso de volver a hablar con todas las asociaciones vecinales de Benimaclet, como nos comprometimos una vez tuviéramos este paso ambiental", subraya el edil responsable del área de Urbanismo en el Ayuntamiento de València, Juan Giner.
Lo cierto es que el proyecto llevaba en la Conselleria de Medio Ambiente desde finales de enero, cuando el Ayuntamiento de València elevó la propuesta de Metrovacesa para su análisis. En un principio estaba previsto que el pronunciamiento se realizara en mayo, pero finalmente ha sido este lunes cuando este departamento ha aprobado la propuesta presentada por la compañía, que ahora tendrá que ser trasladada al consistorio valenciano para continuar con su tramitación. De esta forma, el PAI sigue adelante.
Concretamente, el nuevo programa presentado por la también cotizada introduce importantes cambios con aportaciones del arquitecto José María Ezquiaga, contratado por el consistorio en la pasada legislatura para diseñar un nuevo planteamiento para este sector. Y ello después de que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) fallara a favor de Metrovacesa en su recurso contencioso-administrativo contra la decisión del consistorio del gobierno de Joan Ribó de inadmitir su proyecto. Una decisión que obligaba al consistorio a tramitar la propuesta de la compañía. Sin embargo, la nueva corporación municipal del PP pidieron cambios a la firma para aunar el máximo consenso posible e incorporar, además, las propuestas del arquitecto.
Otra modificación sustancial es que se ha concentrado la edificación residencial más grande y el grueso del terciario en los extremos, por lo que los inmuebles frente a las rotondas de la Avenida de Cataluña y la Avenida de Alfahuir serán los de mayor altura, entre 20 y 25 plantas. El resto de edificios de la franja central tendrá 8 pisos, en consonancia con la trama urbana del barrio.
Además, reduce en más de 15.000 metros cuadrados la superficie de uso privativo, lo que permitirá más espacios públicos y zonas verdes, que aumentan en más de 20.000 metros cuadrados respecto al planeamiento inicial. También se proponen nuevos equipamientos a lo largo de todo el área, con un mercado de proximidad, instalaciones deportivas, dotaciones educativas y diferentes espacios multifuncionales, que se complementan con la recuperación de las alquerías de Casa Tello y Casa Bolea. Una propuesta que, eso sí, podría cambiar a lo largo del trámite burocrático.