escritores noveles

La hora de los nuevos autores: pasión por la escritura cargada de realismo

Culturplaza consulta a tres jóvenes escritores que llevan poco tiempo en el mundo editorial. Hablan de su pasión por la escritura, de sus expectativas y de las dificultades que impone el sector

6/08/2021 - 

VALÈNCIA. Hace unos meses, Santiago Posteguillo contaba a este diario que no habrá más de veinte escritores en España que vivan cómodamente de sus ventas. Quien escribe un libro, especialmente aquellos autoras y autores desconocidos, lo hacen a ciegas, sin tener la seguridad de que algún día sus ejemplares vayan a llenar los estantes de las librerías. Se trata de un oficio que se nutre de la pasión de quien lo desempeña, pero en la mayoría de los casos eso no es suficiente.

No obstante, es interesante observar en qué punto se encuentran esos escritores noveles. Jóvenes que acaban de entrar en el mundo editorial, con expectativas de futuro en la escritura, pero conscientes de que un libro no se va a convertir en bestseller de la noche a la mañana. Algunos han tenido la suerte de poder meter un pie en el sector, y otros se decantan más por la autoedición por la inseguridad que puede suponer trabajar con pequeñas editoriales desconocidas.

Ellos son Clara Llorca, Uiso Crespo y Celia Dos Santos. Cuentan cómo ha sido su experiencia hasta el momento dentro del mundo editorial. Hablan de sus novelas, de sus planes de futuro y de su pasión por la escritura.

Escribir por hobby

Clara Llorca ha escrito dos libros con tan solo dieciocho años a las espaldas. En Inefable (su última novela, ahora llamada Lúa) cuenta la historia de una niña que padece Trastorno del Espectro Autista. Su madre se da cuenta al ver que el comportamiento de su hija coincide con algunos rasgos característicos del TEA. Su padre se niega a aceptarlo, así que Llorca narra el proceso de separación de ambos al tiempo que van aprendiendo poco a poco a educar a su hija. Su primera novela, Punto y Coma (publicada por Edeta Editorial), tiene un enfoque más juvenil. Cuenta la historia de una chica que se muda a Washington tras concedérsele una beca. La joven tendrá que adaptarse a su nueva vida, y en el proceso, conoce a Liz, una chica enigmática a la par que arisca.

Uiso Crespo publicó hace pocos meses La canción de nuestro verano, una novela romántica que está teniendo muy buen recibimiento por parte del público. En ella cuenta la historia de Inés, una joven que se va de vacaciones con sus amigas a la costa valenciana. Allí conoce a un misterioso músico italiano con quien vive un fugaz romance antes de que este desaparezca en extrañas circunstancias.

Por su parte, Celia Dos Santos ya ha publicado dos novelas. La primera, El rey de los bufones (Edeta Editorial), narra la historia de un abogado abandonado por su mujer. Lo único que ella le deja es una carta diciéndole que se tiene que marchar a un lugar llamado “Valle Utopía”. El abogado abandona su vida para ir en busca de su mujer. La novela transita desde lo enigmático hasta lo surrealista. En Noctis. El juicio del cordero (Editorial Mr. Momo), Dos Santos construye una trama mucho más juvenil, pero a la par más compleja. Narra la historia de una joven que sueña con llegar a las tierras de Noctis, un lugar plagado de aventuras y fantasía.

Los tres autores comenzaron a escribir como hobby. Llorca tuvo el impulso de una profesora de bachillerato, que la animó a escribir su primera novela cuando pensaba que era demasiado pronto para crear una historia sólida. Crespo siempre tuvo la influencia de su padre, que también dedica su tiempo libre a la escritura. Y Dos Santos siempre sintió una fuerte pasión, tanto por la escritura como por la ilustración.

Llorca cuenta que acabó su primera novela en pocos meses: “La envíe a varias editoriales y tres de ellas me contestaron que les interesaba publicarla”. El problema al que se enfrentó en aquel momento fue el de la coedición, un fenómeno incrementado por la pandemia. Las pequeñas editoriales, faltas de recursos suficientes como para apostar por un autor pese a la calidad de su obra, en muchas ocasiones recurren a este formato en el que el autor debe hacer frente a un porcentaje de los costes de producción. El problema es que ese porcentaje en muchas ocasiones asciende a miles de euros. “En un principio me lo planteé seriamente -cuenta Llorca-, pero un día vi el anuncio de Edeta Editorial. Apostamos por los escritores, decía. Decidí probar suerte y les gustó”.

Sobre este asunto, Celia Dos Santos sabe bastante: “Hay algo que no se suele tener muy en cuenta, y es que las editoriales son empresas -explica en referencia a la coedición-. Muchas veces te regalan los oídos, te piden que pagues X cantidad y te aseguran que lo vas a recuperar. Pero ellas no se arriesgan. Te ponen en su catálogo, pero sin ningún tipo de riesgo”.

Por su parte, Uiso Crespo decidió autoeditar su novela. Lo hizo por varios motivos: “Cuando terminas de escribir tu novela tienes que esperar muchos meses hasta que te responden de alguna editorial, y nunca tienes la garantía de que ocurra. Además, cuando firmas con una pequeña editorial nunca sabes si van a poder hacer llegar tu libro a todas las librerías”. Crespo quiso que su libro fuera accesible, así que se decantó por autoeditarlo con Amazon. “El precio de venta también es bastante inferior”, añade.

El escritor ha dedicado mucho tiempo de los últimos meses a hacer promoción de su novela vía redes sociales. Además de dedicarse a la escritura, es redactor digital y gestiona sus redes con bastante soltura. Él solo ha hecho toda promoción de su libro, y lo cierto es que hasta ahora ha tenido un gran recibimiento por parte del público.

Los tres escritores tienen buenas expectativas. Crespo afirma que le encantaría poder vivir algún día de la escritura, pero que mientras tanto disfruta con lo que hace. Llorca empezará el curso que viene la carrera de Periodismo. “Tengo claro que quiero seguir escribiendo. Vivir de ello será complicado, pero seguiré probando suerte”, comenta. Dos Santos apunta que “no tiene una expectativa de poder vivir íntegramente de la escritura en algún momento”. Lo que tiene claro es que quiere que sus novelas se lean. “El problema -advierte- es que hoy en día parece más importante cómo sabes vender que el propio producto que vendes. Y eso me da un poco de miedo”.

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