La Máquina Teatro exporta sus 'vacas' a Latinoamérica

VALÈNCIA (EP). La Máquina Teatro se va de gira por Latinoamérica con Hay que tirar las vacas por el barranco, obra gestada y representada en la sala teatral que la compañía abrió en València la temporada pasada. Su éxito ha hecho que Rafa Cruz y Gretel Stuyck, directores de la compañía e impulsores del proyecto, puedan participar en dos de los festivales teatrales más importantes a nivel internacional.

La gira arranca en Chile con la participación en Santiago a Mil. Este festival internacional lleva desde 1994 posicionando a Chile como el escenario perfecto para las artes escénicas y el encuentro con públicos diversos, detalla la joven compañía valenciana en un comunicado.

Durante tres semanas, este certamen es un espacio privilegiado para la creación contemporánea, al apostar por la excelencia artística y propuestas de gran relevancia social y política. Las 'vacas' suben a escena el 23, 24 y 25 de enero: "Es un orgullo poder llevar una creación gestada en València, en nuestra sala de creación, a un festival tan importante en el mundo del teatro", destaca Cruz.

El 5, 6 y 7 de febrero viaja a Buenos Aires (Argentina) para representar nuevamente la obra en el festival Temporada Alta (TABA). "Para nosotros es un éxito tremendo, porque llevamos apenas un año creando nuestras propias obras y ya estamos exportando arte valenciano a otros países, y ese es uno de los objetivos que nos habíamos marcado en este proyecto", resalta Stuyck.

Bajo este prisma, La Máquina Teatro apuesta por crear lazos y tender puentes con otros países y con otras culturas para enriquecerse culturalmente y aportar esa riqueza cultural a València, con la meta de que "los valencianos pueden disfrutar de creaciones auténticas y de calidad".

Hay que tirar las vacas por el barranco es una producción internacional de La Máquina en colaboración con la compañía venezolana La Caja de los Fósforos, con Ricard Ruiz Garzón como autor y con Orlando Arocha como director y dramaturgo.

La apuesta de Rafa Cruz y Gretel Stuyck va más allá de la producción de la obra, ya que se adentran en la propia escena como actores, acompañados por Haydee Faverola, Ricardo Nortier y Diana Volpe.

Romper las barreras de la esquizofrenia

A través de los testimonios literarios de los afectados, la función plasma todo el proceso de la esquizofrenia, del brote y el estigma a la recuperación o la salida que puede ser el suicidio. Estas historias reales sobre la esquizofrenia, desmontan algunos de los tópicos más frecuentes y dañinos sobre los esquizofrénicos y los que conviven con ellos.

Más allá de una relación problemática con la realidad, de una mente y un lenguaje escindidos, "la esquizofrenia hiere la comunicación, afecta la relación con los demás", explica Cruz: "Por un lado el paciente incapacitado para establecer un espacio común con los otros, por el otro los familiares que sienten la mirada de incomprensión, de rechazo e incluso desprecio de los 'normales' sobre sus seres queridos".

Tras escuchar a las pacientes y a sus parientes a través de voces concretas, "bajo una mínima estilización en su pura desesperación", esta obra pretende "romper las barreras que impiden ver en estos seres nuestros mismos miedos y angustias y compartir un mismo espacio mental: el espacio de lo humano".