Una diseñadora haciendo algunos de los mejores chocolates de la ciudad, un desarrollador de software cocinando salsas picantes de chiles, una diseñadora gráfica produciendo mermeladas legendarias…
VALENCIA. Paco fue en coche al aeropuerto a recoger seis sacos provenientes de Colombia. Como en una escena por Netflix los trabajadores de la terminal comenzaron a darse codazos entre ellos, señalándole. Ojo, que son sacos de cacao. El maestro chocolatero Paco Llopis y la diseñadora licenciada en bellas artes Juana Rojas son Utopick y se dedican a “hacer” chocolate después de pisar en 2007 un cultivo de cacao colombiano. Comenzaron secando los granos en su terraza de Russafa. La calle Matías Perelló alumbra ahora uno de los mejores cuarteles generales del chocolate en Valencia y la contornà.
La cocina de César Gómez-Mora bulle cada vez que, como en el laboratorio, pone a funcionar las recetas de sus salsas picantes de chile. El desarrollador web que tras dar la vuelta alrededor del mundo, ganar costra con la fórmula de la capsaicina (el ingrediente que generan los pimientos de chile) aquí y allá, establecido en la ciutat ha constituido Chiles Hermanos produciendo frascos bien picantes ideados en su casa de La Roqueta. La primera vez que cortó los chiles sin guantes los dedos le palpitaban de calor. “Y de dolor”.
Noema Ortí y Javier Peiró comenzaron a macerar pruebas de licor con corteza de naranja en el sofocante verano del 2006. El experimento se hizo certeza diez años después. El licor de naranja Carmeleta, cuyo nombre homenajea a la abuela de Noema. “Carmeleta reunía a toda la familia alrededor de la mesa. Nadie se levantaba ni nadie se sentaba sin su complacencia”. Carmeleta, qué iba a imaginar ella, es la enseña con la que despliegan su fervor por el elixir de la tierra.
Juan Kaszas y Carolina Serrano, pastelero y diseñadora, comenzaron en 2015 ahacer “buena tartas sin huevo y quesos sin leche”. ¿Quéeee? “Sí, para algunos no es posible pero eneso consiste nuestro trabajo”. Una especialización libre de productos de origenanimal. Del están pocos estos romanos a su profesión, puro nicho.
Los suyos solo son unos pocos nombres sobre la faz de la geografía de la urbe, sin condición de indicador más allá de un movimiento detectado. Los profesionales -especialmente de sectores creativos- convertidos en productores hiper locales especializándose en alimentos. Al garete los monocultivos laborales. Una realidad en cuarto creciente en la Valencia de la capitalidad alimentaria.
Maggi, esto es Sra.Mermelada, se provee de frutas y hortalizas de los huertos de alrededor, elabora las mermeladas y las distribuye en tiendas, hostelería… Está a punto de lanzar su tienda on line y contratar a sus primeros empleados para la campaña de navidad. Sus mermeladas estrella son las de naranja con chocolate, tomate con un toque de jengibre o manzana con un toque de canela. Entre tanto prueba y prueba variando ingredientes, cantidades, fruta u hortaliza, tiempos de reposo y de cocción. “Aunque una mermelada técnicamente está hecha cuando alcanza los 104º C, algunas requieren algún grado más o menos y eso sólo lo da la experiencia”.
Al ‘hermano César’, capitaneando su fraternidad picante se le puede ver furtivamente en el local de Fierro alguna mañana, embelesado ante los fogones como ante un alambique, perfeccionado la fórmula de la salsa picante de melocotones, habaneros y rábanos, o la de tomates y habaneros asados con curry. “Las catas de salsas con Germán Carrizo son también memorables: quedamos por la mañana, casi con el estómago vacío, y nos ponemos a probar diferentes salsas para explorar sabores y tendencias. Algunas son muy muy picantes y se nos ve en la cara. Siempre me pregunto qué pensará alguien que en ese momento pase por la calle y nos vea en pleno proceso de sufrimiento… y disfrute”.
Paco y Juana, los Utopick, tuvieron algunos serios problemas de lenguaje en sus primeros pasos. Cuando discutían con proveedores en torno a los kilogramos se terminaban percatando de que el prójimo se refería a las toneladas. Cuestión de escalas. Comercializan principalmente tabletas de sabor, elaboración y estética originales, algunas desarrolladas con tecnologías 3D. Uno de sus hits recientes son sus bombas de cazalla. Nada comparable con los catálogos de mármoles y de sillas que obraron por encargo. Bruñidos, claro, al chocolate. El de IKEA debe estar al caer. En un par de semanas desembarcan en el Salon du chocolat de París.
Los quesos de Carolina y Juan (aka Queeso) toman forma a partir de frutos secos, “un gran sustituto por sus proteínas vegetales y fibra, con grandes beneficios como su alto contenido de grasas saludables, calcio, potasio, magnesio, vitamina E…”.
Carmeleta se elabora sin azúcares añadidos ni agua, si no a base de mosto y base vínica, con el único azúcar que proviene directo de la uva. Maceración, infusión, destilación y… et voilà. “Evidentemente nuestro proceso debe ser secreto para preservar nuestra autonomía”.
Y bien, una pregunta al aire: ¿Por qué el ascenso latente de urbanitas convertidos en productores locales? ¿Una cuestión de moda?, ¿de adaptación?, ¿o algo más que eso?
¿Y Valencia es de verdad una capital de la alimentación, va camino de serlo o solo se trata de un tópico manoseado?
Un fuego se ha encendido. Cuánto durará la llama.