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ninguna administración se hace cargo

La transferencia 'fantasma' entre Diputación y Generalitat entierra Sona La Dipu

7/07/2021 - 

VALÈNCIA. Un año duró la renovación del concurso musical de referencia Sona La Dipu, 2018. Una renovación que supuso tal caos que fue herido de muerte y las administraciones no han reanimado, aunque lo prometieran. Ahora, tres años y una pandemia después, no hay ni rastro del ese-concurso-del-que-usted-me-habla, lo que supone la pérdida de una iniciativa pública musical que suponía una inversión de 800.000 euros en industrias culturales.

Pero antes, algo de contexto. en 2017 la Diputación elige por concurso a un director para el proyecto, Enrique Borrás, un profesional de la industria discográfica cuyo proyecto avanzaba la puesta en marcha de un jurado profesional y paritario, además de la ampliación de la iniciativa durante todo el año. En 2018, el concurso, que suele empezar a celebrarse en abril o mayo, presenta una edición que se concentra en el mes de agosto. Borras admite serios problemas de organización, sobre todo derivados del caso Alquería que afectó de lleno a la Diputación de València. “Hemos pasado momentos en los que no sabíamos si íbamos a tener algún artista de cabeza de cartel importante. Creo que lo hemos resuelto con bastante dignidad. Esperamos haber aprendido este año”, o “A nosotros nos hubiera gustado contar con Izal, pero no puedes decirle: quiero un concierto para Sona la Dipu, pero no sé en qué población o en qué fecha” fueron algunas de sus frases textuales durante la rueda de prensa.

Unos días más tarde, el festival tiene que enmendar su cartel porque “su edición más feminista” había contratado para acompañar a las bandas que concursaban solo grupos con hombres. Fue la prensa la que puso el acento en la falta de paridad y, con el cartel cerrado, incluyeron a última hora tres grupos con mujeres para enmendarse a sí mismos. El jurado profesional, con el que siempre se mantuvo una relación tensa por el caos organizativo, pidió también esa enmienda.

Por otra parte, el festival Truenorayo decide renunciar a las jugosas aportaciones de la Diputación por programar bandas del concurso por la “debido a la falta de transparencia y saber hacer por parte del concurso y la institución”. Y la noticia salta en septiembre, conjuntamente con la creación de una plataforma Debe La Dipu, en la que una quincena de bandas de otros años denuncian impagos por un total 80.000 euros en gastos derivados de conciertos del programa que adelantaban y que no les pagaban “por la operación Alquería y por la dificultad administrativa de pagar por el funcionamiento de las cooperativas de trabajo asociado”. Una deuda que tardó en saldarse hasta un año después.

Con todo esta situación, la Diputación quiso hacer tabula rasa y anunció en marzo de 2019 que el concurso no se celebraría ese año y que volvería en 2020 de la mano del Institut Valencià de Cultura, en el marco de las transferencias que los partidos del gobierno del Botànic han promovido políticamente.

Desde entonces, nada ha cambiado, los técnicos de la Diputación agotaron los compromisos adquiridos hasta entonces pero no llegaron a sentarse con los del IVC para diseñar la transferencia. A su vez, el mismo IVC crea la marca Sonora, una gira de grupos valencianos ganadores o nominados a los premios Carles Santos, que también optaba por ser el nombre y el paraguas bajo el que se celebrara el nuevo Sona La Dipu autonómico.

Dos años después del anuncio de transferencia, este diario ha podido confirmar en las dos administraciones que ese proceso ni ha existido ni se le espera. En una entrevista reciente a Culturplaza, preguntado por esta situación, Abel Guarinos -director del IVC- admitía que: ”En el cambio de gobierno en la Diputación eso se puso en stand-by. Nuestra intención era aprovechar Sona la Dipu para impulsar Sonora y que tuviera ese carácter de ámbito autonómico. El presupuesto finalmente no se transfirió y nosotros hemos seguido incidiendo en Sonora porque creíamos que entraba dentro de nuestra filosofía”. Cabe incidir que el presupuesto de Sona La Dipu llegó a ser de 900.000 euros mientras que la primera edición de Sonora fue de 75.000.

La Diputación de València, por su parte, defiende que la Generalitat anunció que se hacía cargo y que esos 800.000 euros se han reinvertido en otros programas del departamento de Juventud y Deporte y en otras líneas de ayuda. “Hace dos años que renunciamos al proyecto, Sona La Dipu ya es historia”, admiten desde el organismo provincial. La transferencia ‘fantasma’ deja un hueco que, por presupuesto y desidia, deja sin efecto ni enmienda posible el concurso musical, aunque desde el IVC admiten que trabajan por seguir impulsando la marca Sonora.

El nuevo concurso, que prometió volver en 2020, no había ni empezado a diseñarse. Diecisiete meses después del anuncio del traspaso, en septiembre del año pasado, el IVC justificaba que el coronavirus "ha atrasado y dejado en stand-by la puesta en marcha del nuevo concurso" y que se habían centrado "los esfuerzos y los recursos en el plan Reactivem”. Guarinos y las fuentes oficiales de Diputación de València apuntan ahora a que ninguna de las dos administraciones tienen previsión de recuperarlo.

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