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exposición en el Museu de Belles Arts de Castelló

La faceta 'desconocida' de Juan Bautista Porcar

10/10/2024 - 

CASTELLÓ. Las pinturas rupestres resisten en el tiempo como las primeras manifestaciones artísticas realizadas por la especie humana. Sus bocetos, hallados generalmente en cuevas o cavernas, muestran el día a día, las actividades y las costumbres de los antepasados. Los primeros testimonios datan de hace más de 50.000 años. En la provincia de Castellón destacan los vestigios milenarios de la Cueva Remigia, en el término municipal de Ares del Maestre, y la Cueva de La Joquera, en Borriol. El pintor Juan Bautista Porcar (Castelló de la Plana, 1889-1974) se interesó por ellas y combinó su faceta artística con la investigación arqueológica. Este martes, con motivo de la celebración del 'Año Porcar', el Museu de Belles Arts de Castelló abre una exposición para recordar, a través de sus ojos, el arte más primigenio.

La muestra impulsada por la Diputación de Castellón, que se puede visitar hasta el próximo 2 de febrero en el vestíbulo del espacio, recupera una importante pero desconocida faceta del artista castellonense. El autor participó en las excavaciones llevadas a cabo en el barranco de La Gasulla a principios de los años 30 del siglo pasado. Asimismo, en el corto término, la exposición se fija en el método ideado por el pintor para calcar las pinturas con precisión y elaborar cuadros posteriores. "Porcar es el gran difusor del arte rupestre de Castellón", asegura Pilar Vidal, directora del Museu de la Valltorta, que señala el "buen estado" de conservación de las pinturas en la Cueva Remigia y ensalza el trabajo del artista para aunar las figuras representadas allí en unas piezas solemnes e impresionantes a la vista.

La vertiente arqueológica de Porcar

Juan Bautista Porcar llegó al gran público a través de sus paisajes, retratos o su aportación documental y literaria. Sin embargo, el pintor de Castelló 'esconde' una faceta única que mezcla dos lenguajes a priori separados - el arqueólogo y el creador - pero unidos por la mirada del artista hacia los orígenes de los primeros pueblos castellonenses. Porcar descubrió La Joquera en 1930 y con ello encontró "la alegría y la recompensa a diez años de búsqueda sin éxito", apunta Virginia Porcar, sobrina del autor. El artista, autodidacta, construyó una forma de investigar propia, reconocida por profesionales del campo paleontológico como Hugo Obermaier o Henri Breuil, con los que se "carteaba" a menudo y quienes lo consideraban "un fuera de serie", pese a que en su tierra esa parte rupestre permanecía "desconocida", explica.

El pintor plasma, en las 48 obras disponibles en la exposición, escenas dispuestas en las grietas de La Joquera acerca de guerreros, la caza prehistórica de animales o fusilamientos, la más reconocida e impactante. Asimismo, aparecen choques entre fuerzas enemigas, pasajes bélicos o arqueros bien definidos, "con su arco y su pluma", incide Virginia Porcar, que celebra la restauración de las pinturas e invita a su visita, a pocos kilómetros de Castelló. "Al público, acostumbrado a sus pasos a nivel y otros paisajes, le chocó la faceta investigadora de Porcar, pero no sabían el trabajo que había detrás. Caminó y caminó durante más de 30 años por las cuevas, intrépido, y escondió los calcos durante la Guerra Civil con la esperanza de que pudieran ver la luz algún día", recuerda la sobrina del autor.

El 'método Porcar'

Con motivo de la celebración del cincuentenario de la muerte de Juan Buatista Porcar, la exposición pone en valor también el singular procedimiento del artista para trasladar el arte rupestre de la piedra a los cuadros. El método consistía en calcar las formas rupestres con tinta y grafito sobre papel vegetal, para después 'traducir' las copias a papel con tinta china y lápiz. La muestra repasa el proceso lineal llevado a cabo por el pintor paso a paso, con calcos originales del autor entregador por la Sociedad Castellonense de Cultura. "Porcar creó su propia metodología", afirma el comisario de la exposición, Arturo Oliver. Una afirmación que repiten Alejandro Clausell, diputado provincial de Cultura, y Vicent Sales, portavoz del Gobierno del Ayuntamiento de Castelló, entre las autoridades presentes en la inauguración.

El proceso finaliza con la transformación de las copias en piezas donde se aprecian nítidamente las figuras, a través de las técnicas de pintura de gouache, un tipo de acuarela, y albúmina para su impresión. Se trata de un sistema singular, "desde el proceso de calco, que se hace en el terreno, hasta el paso a la tinta y la preparación para pasarlo a los cuadros". Las obras se acompañan con fotografías y documentos reales del pintor en sus numerosas visitas a ambos yacimientos. En definitiva, Juan Bautista Porcar fue "un gran conocedor y el mejor exponente de la paleontología de Castellón", repite Oliver. Hasta el próximo mes de febrero, el origen más puro del pueblo castellonense está reflejado en el Museu de Belles Arts de Castelló a través de la mirada única de Porcar.

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