CASTELLÓ. La impresión en tres dimensiones supone un avance tecnológico revolucionario que ha llegado para quedarse. Desde su implementación en la producción industrial hasta sus usos recreativos; esta novedosa forma de creación se expande en una amplia variedad de sectores profesionales, por ejemplo el cerámico. Así, el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) posee desde hace siete años un pionero laboratorio donde se trabaja con esta forma de diseño tridimensional. En sí mismo, el proceso se realiza por fabricación aditiva, es decir, mediante la superposición de capas que da lugar a un producto final. Enfocado en la "investigación de materiales cerámicos", el grupo de trabajo también fija su objetivo en las "nuevas formas de colaboración".
Por su parte, la vertiente cultural del azulejo también está en auge. Con el respaldo de un crecimiento exponencial de la industria creativa, el característico y autóctono material regresa a sus orígenes a través de su puesta en valor. El ITC, presente en esta reconversión, expuso este pasado fin de semana en el festival bienal de diseño de Castelló, el Besign Fest, su laboratorio de impresión cerámica en tres dimensiones. El laboratorio "ofrece servicios de asesoramiento técnico, producción de piezas propias y formación especializada", detalla Quico Viciano, técnico del centro. "Nacemos con la misión de estudiar la aplicación de la impresión 3D en la cerámica no sólo como una forma de elaboración; también como una opción más de diseño creativo para la restauración, la arquitectura, el interiorismo o incluso la aeronáutica".
El azulejo presenta numerosas ventajas en la fabricación 3D respecto a materiales 'clásicos' como el plástico, el más utilizado. A sus conocidas propiedades térmicas - utilizado como aislante en hornos o motores - se une ahora su importancia como biomaterial y su funcionalidad en actividades como la salud o la restauración de patrimonio. En este sentido, desde que elaborara sus primeros prototipos hace una década, el ITC ha concebido tanto proyectos de "grandes dimensiones" como otros más "específicos", estos últimos los más comunes, apunta Viciano. Mediante el "escaneo y la reconstrucción de piezas", la tecnología 3D tiene la capacidad única de desarrollar elementos "complejos", prácticamente a medida y complicados de obtener por otra vía.
A partir de su creación, este laboratorio del ITC ha formado parte de iniciativas de recuperación patrimonial; desde fachadas a jarrones o vasijas. "La impresión en tres dimensiones permite obtener piezas concretas frente a producciones de mayor tamaño, con un diseño propio y adaptado a los diferentes requisitos que se presenten", explica el técnico del laboratorio. Además del componente cultural, presenta utilidades totalmente opuestas, como la elaboración de implantes o prótesis para usos médicos o incluso catalizadores. Así, el fin del laboratorio radica en el "desarrollo de materiales singulares", aunque Viciano advierte de que la "necesidad de procesado" estriba en el gran reto que tiene por delante.
Con la meta de "dar a conocer el laboratorio 3D" al sector creativo castellonense y estrechar vínculos para futuros acuerdos, el ITC llevó este pasado viernes su tecnología a la Pechakucha Night del Besign Fest. De esta manera, presentó en sociedad las variadas posibilidades que permite el proceso. Entre ellas, el instituto presume ya de colaboraciones con entidades y espacios culturales como la Universitat Jaume I. De la mano del Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (Ivace+i), ha llevado a cabo la iniciativa '3D Restauram' para ofrecer "soluciones globales a la renovación de piezas únicas de gran riqueza y valor cultural en la Comunitat Valenciana". Entre los trabajos más llamativos dentro del proyecto se encuentra la reproducción de la uña de un dinosaurio que habitó la zona de Morella hace millones de años.
Pese a su complejidad técnica, las tres dimensiones brindan posibilidades casi infinitas. En el apartado cultural, su inmediatez, facilidad y una reducción notable en los costes mejora a otras tecnologías tradicionales en libertad y precisión, mientras reduce desperdicios. Con todo, la cerámica ha accedido a una nueva 'dimensión' artística que la hará crecer a través de la innovación y la tecnología. En su caso, la impresión 3D aplicada al azulejo, abanderada por el laboratorio del ITC, promete una revolución que ya es visible y palpable en la principal industria de la provincia de Castellón.