"mantener la actividad es apoyar al sector"

Las asociaciones de artes escénicas piden que se retome la actividad en los teatros

8/11/2024 - 

VALÈNCIA. Desde la semana pasada, la ciudad de València se ha quedado paralizada por el terrible temporal que ha arrasado con todo a su paso. También la agenda cultural valenciana, con una ola de cancelaciones en señal de duelo por lo sucedido en esta tragedia natural. Algunas salas, públicas y privadas, siguen manteniéndolo aunque “empieza a pesarle” a algunas asociaciones de artes escénicas, que piden que se retome la actividad en los teatros porque necesitan seguir trabajando, y porque consideran que la población merece tener ese espacio de desconexión. Una petición que se expuso el pasado 5 de noviembre, en una de la reunión de AAPV (Actors i Actrius Professionals Valencians) con la Secretaria Autonómica de Cultura, Pilar Tébar, en la que hicieron una evaluación por los daños sufridos por la Dana en diferentes ámbitos de la cultura.

En esta contemplaron como la cancelación de espectáculos puede rebotar de forma negativa a los trabajadores de artes escénicas, por lo que, desde AAPV, pidieron tanto la no cancelación de la programación de los teatros públicos del IVC, Ayuntamiento y Diputació, como la aceleración de la resolución y pago de las ayudas y ayudas a los intérpretes y bailarines ante la cancelación de sus espectáculos afectados. Unas peticiones que van de la mano del deseo de volver a trabajar sobre los escenarios para mantener vivas las artes escénicas. 

Desde la AAPV, el secretario general, Pau Vercher, apunta que en esta reunión pusieron en común las necesidades del sector en las que piden que, más allá del luto institucional, se pueda continuar con la programación en los teatros y en la que piden que las localidades no afectadas continúen programando y que el sector no paralice su actividad por completo. A esta petición se han sumado varias asociaciones valencianas, como AVED (Asociación Valenciana de Empresas de Danza), Comitè Escèniques, FETI (Federació d’Espais Teatrals Independents) PROART y AVEET (Associació d’Escriptores i Escriptors Teatrals), que trasladan a Culturplaza las preocupaciones del sector en esta situación excepcional que están viviendo, siempre desde el respeto y el conocimiento absoluto de la tragedia que les rodea. 

Para Jéssica Martínez, desde Comitè Escèniques, pasada ya una semana, cancelar la programación es privar a la ciudadanía de una vía de escape: “No podemos aumentar el daño que ya están padeciendo los afectados. Las personas necesitamos alejarnos del sufrimiento para poder estar lúcidas y poder ayudar. En las artes escénicas la situación ya era muy límite antes de la Dana y pensamos que ahora va a ser aún más complicada”. Respecto a ese “despeje” dentro de las salas, desde AVEET, tal y como lo explica Isabel Martí, apuntan también que la vuelta a la normalidad en el teatro puede servir perfectamente como válvula de escape para todos aquellos espectadores que lo necesiten, y que busquen en el entretenimiento su manera de “vehicular sus emociones”: “El teatro es un lugar de cura y de encuentro, es un servicio para la comunidad y hay que cuidarlo”. 

En este comunicado, en el que reclaman la vuelta a la actividad, Vercher señala también que la petición va a aquellas salas y compañías que no se hayan visto afectadas. Comprende que las salas privadas puedan sufrir más o que haya compañías que lo han perdido todo, pero reclaman a los teatros públicos que sigan funcionando como lugar de encuentro para la ciudadanía: “Es una industria cultural con muchos trabajadores que viven de ello, forma parte de un servicio. La gente tiene que poder seguir con su vida y el teatro tiene que seguir funcionando como un servicio”. 

Desde AVED destacan que, aunque hay que respetar el duelo, tienen que seguir trabajando, teniendo tacto y sensibilidad con esta situación, porque “la cultura alimenta el alma y el estado de la ciudadanía en general”. También apuntan que esta situación también hace que las ayudas, que de normal se retrasan, ahora funcionen aún peor: “Todos los años hay retrasos con el tema de las ayudas y, por mal que suene, los plazos hay que respetarlos. La burocracia no entiende mucho de catástrofes en este sentido y desde las administraciones tendrían que empezar a contemplar una línea de ayudas extraordinarias como hicieron en la pandemia para que el sector no se hunda”. 

También en lo referente a las ayudas, Vercher señala que estas tienen que cubrir a aquellos que hayan perdido gran parte de sus bolos y, con ello, sus ingresos. Para esta petición, se centra en los actores, directores, técnicos, iluminadores, escenógrafos y todos los trabajadores que hay en cada obra de teatro cuyo trabajo ya es “intermitente por naturaleza”. En nombre de los espacios independientes, Sendo Klein, uno de los portavoces de la FETI, apunta que estas cancelaciones no hacen más que agravar la situación del sector de las artes escénicas, a lo que se suma el atraso en los pagos que ya “viene de largo”: “Creemos que es necesario la aceleración de las resoluciones a pagos y ayudas porque las salas estamos en una situación de falta de liquidez. También creemos que sería importante contar con un apoyo económico para los bolos que hayan sido cancelados”. 

Como representante de PROART, Laia, apunta que el atraso en las convocatorias y el de las ayudas impide la consolidación de un sector profesional ya "muy precarizado": "Queremos que la administración actúe en consecuencia con las ayudas a las compañías y artistas afectados directamente por los daños provocados por la Dana. Es un problema grave y crónico que conforme pasa el tiempo empeora". Contemplando otras posibilidades para ayudar, desde Comitè Escèniques, Martínez señala que cuando las compañías y los creadores de artes escénicas cancelan sus programaciones se pierde trabajo y que hay otras maneras de ayudar a los municipios sin cancelar las obras. Por ejemplo: con funciones benéficas, cediendo espacios para reprogramar las actividades que se hayan tenido que suspender. También, por supuesto, con las ayudas para que el sector se mantenga, que también ampliarían a todos los profesionales de la cultura -ya sean por cuenta propia o ajena- que vivan de su arte, y que en estos casos deberían quedar amparados por las instituciones públicas.