VALENCIA. En sus casi 25 años de vida, las palmaditas en la espalda a LaVAC (Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de la Comunitat Valenciana) han sido pocas. Mucho trabajo y poco reconocimiento. Esta semana, sin embargo, ha llegado la excepción que confirma la regla con la concesión de la Medalla de Sant Carles por parte de la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de València. El premio les llega, cuenta la propia presidenta, Olga Adelantado, en un momento "esperanzador" pero "ni estable ni de bonanza".
Describe a los galeristas como "magos", genios de la lámpara que conceden deseos con unos recursos justos. Aunque la comunicación con el centro universitario es fluida, lo cierto es que la limitación en las ayudas concedidas por la administración pública son su caballo de batalla. Con los 500 euros por galería concedidos por la exconsellera de Cultura, Mª José Català, pusieron en marcha 'Abierto Valencia', un evento que marca el inicio de temporada expositiva. Su tercera edición, celebrada el pasado mes de septiembre y con Vicent Marzà ya al frente de la administración, mantuvo presupuesto.
"El evento necesita crecer, pero no sólo es una cuestión de dinero. Es una cita importante que aúna cultura, instituciones y promoción del arte". Adelantado reivindica el papel de estas salas como actores y, también, como eje de la actividad cultural valenciana e incide en la necesidad de romper barreras y sumar fuerzas, algo que, aunque tímidamente, ya han hecho con el IVAM. Con la llegada de José Miguel García Cortés a la dirección, en sustitución de Consuelo Císcar, llegó el cambio en la relación entre la asociación y el museo. La paz la firmaron precisamente en 'Abierto Valencia', pues el museo acogió el acto de entrega de premios de la asociaciación. "Hay diálogo, pero necesitamos más apoyo".
"Las galerías somos empresas, pero también algo más. Lanzamos la marca Valencia fuera, mostramos la sensibilidad específica de nuestro territorio", explica la presidenta de la asociación. LaVAC quiere hacerse entender. Por los poderes públicos y por el propio público, incidiendo en la relación ciudad-galería. "Nunca antes habíamos tenido una programación tan potente. No sólo en cuanto a exposiciones, sino también desde un punto de vista educativo con conferencias y visitas guiadas. Parecemos más instituciones que galerías".
Aunque todos los momentos parecen ser un punto de inflexión cuando se trata de la industria cultural, 2016 se plantea como un año, si no de cambio, de consolidación. "El objetivo es volver a situar Valencia en el panorama cultural nacional. Hemos conseguido mucho, estaba desprestigiada y casi borrada del mapa". Paso a paso construyen la Valencia-galería, un proyecto que también pasa por crear "una estructura más sólida" para un coleccionismo que desapareció en combate con la llegada de la crisis.
En ese proceso, un alto en el camino para celebrarse con un reconocimiento con el que la Facultad de Bellas Artes quiere destacar la importante labor de la asociación "incluso en tiempos difíciles", entidad de la que la Comisión Permanente de la Junta de Centro destaca "su capacidad de renovación e impulso constante".
La Universitat Politècnica de València concede anualmente la Medalla de Sant Carles a aquellas instituciones y personalidades que favorecen la promoción y la difusión cultural y artística de la sociedad valenciana. A lo largo de las ediciones, las Medallas han pretendido subrayar y poner en valor a personas y entidades cuya aportación en el ámbito del arte y la cultura han sido relevantes.
En su XX edición, además de LaVAC, también se ha premiado a la librería Futurama por su labor continua de difusión y dedicación especializada al mundo del comic, el tebeo y la historieta desde principios de los años ochenta. Futurama se ha convertido en todo un referente cultural de la ciudad de Valencia por su filantropía y fetichismo para coleccionistas.
Otra de las medallas ha recaído en el proyecto Arduino de open hardware, por la estrecha relación que mantiene con la Facultat, su alumnado y profesorado, por las aportaciones realizadas a la comunidad artística internacional y, especialmente, en los desarrollos enmarcados dentro de las áreas del arte, la tecnología y la sociedad.
Por último, las Medallas han reconocido la trayectoria personal y artística de Doro Balaguer, primero como estudiante de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos de 1946 a 1952, después como miembro significativo del renovador Grupo Parpalló y, también, por su personal compromiso y lucha en defensa de la democracia, la libertad y los derechos desde su actividad política.
Las Medallas de Sant Carles se entregaron por primera vez en 1996. En aquella ocasión, los galardonados fueron el pintor Francisco Baños Martos, el escultor José Esteve Edo y el catedrático Santiago Rodríguez García.
La galerista encara su último Abierto Valencia al frente de la asociación de galerías de arte contemporáneo (LaVac) entre la "buena" situación del sector y el agitado escenario institucional