VALENCIA. Cuando un actor emplea el juego de palabras “como fuera de casa en ningún sitio”, lo que está dejando caer es que en sus años de gira ya se ha hecho con un puñado de bares y restaurantes a los que puede llamar hogar. La apostilla era del fallecido actor secundario Antonio Gamero y es la cita que abre la recién publicada Guía Gastro-Cómica (Roca Editorial), una compilación de locales
“Con todos he aplaudido funciones, me he apoyado en barras y he disfrutado de mesas, con mantel o sin él, que pedían largas charlas y mucha risa o mucho dolor, que de todo hay. Es decir, los buenos y malos momentos que te da la vida”, comparte la autora, María Díaz, jefa de prensa con solera de festivales y compañías de teatro españolas.
Los hay que buscan platos de cuchara, los hay que bocadillo de calamares, los hay que foie. Los hay que llevan un recuento de los sitios, como Ignasi Vidal, Fran Perea o Lola Herrera, que apunta minuciosamente las señas de cada local en una libreta. Pero también los que funcionan por impulsos y aunque saben llegar a los sitios, no recuerdan su nombre. Ese ha sido el principal óbice para María Díaz, que ha tenido que cotejar la localización y el nombre de los establecimientos ensalzados. Así, por ejemplo, se encontró con que Mapi Sagaseta y Jorge Bosch recomendaban un mismo local en Canarias, pero cada uno lo había referido con un nombre distinto. Ella lo llamaba Roque, él, Locanda. El lugar en cuestión se llama Locanda El Roque. El establecimiento está situado en un barrio humilde de Moya, en Las Palmas, mirando al mar. “El pescado es riquísimo y trabaja una fusión italo-canaria más que sorprendente. Además, alquila alguna habitación, por si quieres echarte la siesta después de comer”, confía Bosch al lector.
“Esta guía reconoce el panorama gastronómico de España, un panorama para todo el mundo, por su variedad y por su riqueza. Y la ventaja es que cuentas con el consejo de un grupo de gente en constante tránsito. Cuando un actor te dice ve aquí, tírate de cabeza, porque tienen el culo pelado, no les engaña nadie”, asevera Díaz.
Entre los locales más recomendados se encuentra La Fonda, en Ponferrada, legitimado por hasta ocho actores, entre ellos, José Sacristán, Carmen Machi y Asier Etxeandia, quien afirma: “Además de esa sensación hogareña y de su comida en general, no me olvido de los perolos que te ponen sobre la mesa para que te sirvas lo que quieras de sus magníficos platos de cuchara. Todo riquísimo, súper casero. Además tiene un patio interior muy bonito”.
En la carretera Madrid-Irún, a la altura de Burgos, hay un hotel llamado Landa en el que antiguamente paraban las parejas de recién casados en Bilbao camino de Barajas. Esta parada es alabada por hasta nueve intérpretes. Carlos Hipólito resume la sensación general con un “es un escándalo”, mientras que Roberto Álvarez se explaya: “Un pedazo de clásico. Paraíso de la gastronomía. Aquí podrás tapear (morcilla, tortilla, consomé de buey, pepitos...), comer de mantel en plan gourmet (pimientos rellenos de rabo de buey, arroz con cordero, empanadillas de codorniz...), rendirte a su pastelería elaborada a la antigua (los brioches, reinosas...) o comprar en su tienda de alimentación, auténticas joyas de los productos gastronómicos más exquisitos y exclusivos. Pura tradición”.
En Valladolid, Fernando Cayo, oriundo de la ciudad, recomienda las tablas de carnes y pescados de La Criolla, Lola Herrera, los boquerones rellenos de foie, y Lucía Quintana, el helado de queso. No por casualidad, el propietario, Paco Martín, es cocinero del equipo olímpico español.
En Bilbao, se llevan la palma Etxanobe, un restaurante con estrella Michelin del primo de Juan Echanove, Fernando Canales, que es destacado por seis intérpretes, caso de Maribel Verdú, Antonio Molero y, de nuevo, Fernando Cayo, a quien el local le liga a la nostalgia: “La lasaña de anchoas es increíble. Encierra, además, el recuerdo de una maravillosa comida con Carmen Belloch, amiga, estupenda actriz que ya no está con nosotros y que fue a disfrutar del estreno de De ratones y hombres, dirigida por Miguel del Arco y producida por su también amiga Concha Busto. Celebrábamos un éxito, celebrábamos la vida”.
En la ciudad vasca también hay seis artistas que se reiteran en recomendar una taberna del casco viejo llamada Xukela. Adolfo Fernández, Sergio Peris-Mencheta y Pepón Nieto se deshacen en elogios. Este último descubrió el recinto junto a María Pujalte, durante la gira de Martes de Carnaval, de Valle-Inclán, dirigida por Mario Gas. “Tiene marcado el nivel que alcanzaron las aguas en la riada que me llamó mucho la atención. Tiene el María Moliner en una vitrina. Me pareció alucinante que un bar tuviera el María Moliner. Probamos una ensalada templada con tomate, bacalao ahumado, pimiento verde y queso de cabra, que es una ensalada que yo he copiado mil veces, que hago siempre cuando voy a mi casa en Navidades. Y todos los pintxos son deliciosos”.
Nieto sabe lo que se dice. No en vano, sus padres eran propietarios de un bar en San Pedro de Alcántara llamado Los Nieto. No es el único participante en el libro que se ha criado entre fogones. La familia de Javier Veiga tiene un restaurante en O’Grove, frente al puente de La Toja, la Posada del Mar. Y Jorge Calvo brincaba de la barra a la cocina del restaurante de sus progenitores en Tudela, Cuberito, muy frecuentado por cómicos, Rafael Alonso entre ellos.
El actor vallisoletano, que en estos momentos se encuentra de gira por España con Invencible, de Torben Betts, se rinde a la lubina a la sal de Nou Manolín, en Alicante. Como Pepón Nieto lo hace a “la gamba roja de Palamós grande hecha a la sal, las alcachofas y la hamburguesita de atún” del mismo local.
Fele Martínez es el que más se explaya en la recomendación de rincones gastronómicos de Alicante, la ciudad que lo vio crecer. De La taberna del gourmet se queda con las tellinas, la ostra guillardeau n.o 2, el carpaccio de vieira y alcachofas y el arroz a banda. Pero si hay un local que lleva en el corazón, ese es el Bar Guillermo. Comenta que lleva yendo allí desde que tiene uso de razón. De hecho, su madre nació en el portal de al lado. “Es el típico bar de barrio con una barra espectacular. La cercanía al Mercado Central garantiza que sus productos sean de calidad y fresquísimos. Cabe destacar la ensaladilla rusa, sin duda la mejor que he probado nunca. Por no hablar del «bocata calamares» y las croquetas de bacalao que sirven, junto a la ensaladilla, desde el 31 de agosto de 1956. Pero no solo de bocatas vive el hombre, en el Guillermo se pueden degustar, entre otras maravillas: salazones, buenos tomates trinchados, la pericana que es un plato típico de la región cuya base es la piel del bacalao tostada acompañada de ñora, aceite y ajo. En el menú diario te puedes encontrar delicias como la olleta alicantina, el aspencat, el moje-tomate rallado, hueva, mojama, bonito y bacalao, entre otros productos de la terreta”.
Para embajador de la Comunidad Valenciana en esta guía, Santiago Sánchez, fundador de L’Om Imprebís, actor y director de la compañía valenciana, que se marca una ruta de arroces que invita al peregrinaje gastronómico por nuestras tierras. En Alicante recomienda Dársena, que descubrió en 1986 de la mano de Albert Boadella, en su primera gira con Els Joglars. “Llegaron a tener en la carta 365 tipos de arroces, uno por cada día del año. Entre ellos, mi favorito: «el de embutido de Pinós con gamba roja». A esa opción, le suma el arroz a la alicantina, con una mezcla de carne (magro y pollo) y pescado y marisco (calamares, mejillones y gambitas). “O sea, una «mixta» tan despreciada por los valencianos como apreciada en la cocina italiana y sus pastas mare e monti”.
En Casa Salvador, en Cullera, aconseja la «paella morena», sólo de verduras, y a la que le da ese color moreno la alcachofa”. En Casa Borràs, en la playa de Pinedo, habla maravillas de la paella de pato y conejo: “Mis amigos no dejan ni un grano de arroz”. En Restaurante Mosaico, en Valencia, sugiere el arroz con alcachofas y conejo. Y para rematar, y tras muchas dudas, porque advierte que no hay “nada más difícil que encontrar una verdadera paella valenciana como la que hacía tu madre, tu abuela, tu tía”, se decanta por Casa Roberto, también en la capital, “no solo por su buena paella valenciana, sino porque además la puedes acompañar de uno de los mejores all i pebre de Valencia. Un plato especial con un suquet de anguila de la Albufera, patata, ajo, pimentón y almendra”.
Hay locales donde, de seguro, ninguno de los lectores pondría un pie, pero los actores, en su vida nómada, los han catado y los aclaman. Ahí está el área de servicio de la Autovía A3 en el kilómetro 306, a la altura de Siete Aguas Érase una vez Low Cost, donde a Adolfo Fernández le gusta comer el huevo de avestruz. O Construcciones Marrero, en medio del desierto, en Santa Cruz de Tenerife, a la salida de Tacoronte por la carretera que lleva al Sauzal, donde Nancho Novo descubrió Construcciones Marrero. Se trata de una nave industrial donde se venden ladrillos, cemento y tejas, pero también, añade el actor, “comida canaria en estado puro y vino hecho en casa. La conversación impagable del dueño (un ex luchador de lucha canaria), chisposo, ocurrente y muy emotivo, hacía el resto”.
Como concluye María Díaz, esta guía aúna “los conocimientos gastronómicos de aquellos seres, los cómicos, que, por avatares del destino y consecuencia de su apuesta profesional, han tenido la suerte de encontrar rincones insospechados en los que llevarse una grata sorpresa para el cuerpo (no nos engañemos, también se llevan disgustos a porrillo y dan con lugares de los que usted preferirá no saber)”. Y han decidido compartir, sólo los buenos, con usted.