Sí, sí, lo sabemos: hablar de recomendaciones literarias para la temporada estival es uno de los mayores tópicos periodísticos jamás vistos por el ser humano. Está casi a la altura de las manoseadas “marco incomparable” y “fiesta de la democracia”. Pero, qué le vamos a hacer, el régimen de obsesión productiva en el que habitamos provoca que sean las vacaciones el único periodo en el que, por fin, podemos abandonar la rueda de hámster y pararnos un buen rato a leer por puro placer. No hablamos de robar media hora al sueño cada noche, de un rato de sábado entre colada y colada o de la cuota de trayecto en transporte público. No. Aquí estamos pensando a lo grande. Apuntamos a esas jornadas en las que somos monarcas absolutos de nuestro tiempo (inserten aquí gritos de entusiasmo). Así que, ya que lo de acabar con el trabajo asalariado no parece que esté progresando mucho, tendremos que seguir apelando a la canícula como el gran momento de gula lectora. De momento, en Culturplaza hemos recurrido a un buen puñado de libreros valencianos para que encaucen nuestra voracidad. Solamente les hemos puesto una norma: seleccionar un título recién llegado a su escaparate y otro volumen que consideren necesario rescatar de la dictadura de la novedad editorial (porque hay vida más allá del último lanzamiento del mes).
Comenzamos nuestra travesía en la Librería Berlín. Desde este rincón en Polo y Peyrolón, Paco Ivars nos invita a sumergirnos en La única historia, de Julián Barnes (Anagrama Editorial, 2019). “En la contraportada de este libro se nos plantea así a bote pronto la siguiente cuestión: «¿Preferirías amar más y sufrir más o amar menos y sufrir menos? Creo que, en definitiva, esa es la única cuestión» ¿Somos capaces de contestar a esa pregunta con ecuanimidad? ¿Y si lo hacemos, somos honestos con nosotros mismos?”, cuestiona el librero. En esta línea, considera que “todos hemos tenido una historia que, con el paso de los años, moldea nuestras vidas y la de los demás. Por eso, decido optar por la de Paul, joven con poca experiencia que en sus vacaciones de verano conoce a Susan, mujer casada, inteligente, de 49 años con la que inicia un romance y una relación que marcará para siempre las vidas de ambos. Con el paso del tiempo - prosigue Ivars- Paul rememora su vida desde lo que fue y lo que pudo ser, un paseo por el dolor, el deseo y el placer, y las decisiones. Las heridas de las relaciones que dejamos atrás, como el paso de los años nos cambia y como somos capaces de afrontarlo”. “Profunda, vital y emotiva, como dice el título, Barnes ha logrado La Historia”, remata.
Por su parte, la obra que recupera Ivars del abismo es La viña de las uvas negras, firmado por Livia Stefani (Editorial Altamarea en 2018). “Al solicitarme una reseña de un (¿solo?) libro, donde la verdadera dificultad estriba en cuales dejar fuera, acabo decantándome por uno que resultó para mí una sorpresa total, tremendamente duro, y que te deja en estado de shock”, señala. Ambientado en la Sicilia de los años 30, el argumento parte de Casimiro Baladamendi, “hombre relacionado en turbios asuntos con la mafia que se ve obligado a vender sus posesiones y huir a una pequeña localidad costera. Allí entabla con Concetta una relación imposible de clasificar, siempre con amenazas y ataques de ira. Años más tarde regresarán a las antiguas propiedades de Baladamendi donde tienen lugar los sucesos que marcarán la historia del clan”. Para el librero, el volumen nos acerca a “las relaciones patriarcales donde solo se admite la sumisión al cabeza de familia, e impera el honor, no admite vida sin él y en su nombre se acepta cualquier cosa, por dura o terrible que sea”.
Ajustamos la brújula y nuestra singladura se dirige ahora a la Librería Miranfú, reducto de esa Russafa que aún resiste a los envites gentrificadores. La novedad que nos proponen es Las chicas van donde quieren, de Irene Cívico y Sergio Parra Castillo (Montena, 2019). “Nos presenta a 25 mujeres aventureras que no se arredraron ante los peligros de la exploración, el espionaje o el mar, y se lanzaron al mundo para que éste siguiese avanzando”, apuntan. “La antropóloga Margaret Mead, la nadadora Lynne Cox, la temible pirata Ching Shih, o la arqueóloga, diplomática, espía y escritora Gertrude Bell son algunos de los ejemplos que nos vuelven a demostrar que las mujeres siempre han estado ahí, al pie del cañón para hacer que la humanidad tire para adelante a pesar de que la historia se haya empeñado (y todavía se empeñe) en dejarlas en un segundo plano o incluso en el olvido. Todo ello, contado con un tono desenfadado que hace muy amena su lectura, y unas bellas ilustraciones a cargo de Núria Aparicio, que complementan a la perfección los textos”.
Casi treinta años han pasado desde que Terry Pratchett y Neil Gaiman publicaran Buenos Presagios. “Ambos unieron esfuerzos en 1990 para escribir esta pequeña joya llena de ironía, humor negro y fantasía, que pasó bastante desapercibida para el gran público. Sólo los fieles seguidores del creador del Mundodisco y de la mente detrás de los cómics de Sandman, supieron apreciar este libro, que hace poco se vio adaptado a la televisión en forma de mini serie”, recuerdan desde Miranfú. Esta novela “nos cuenta la venida del anticristo y el inminente armagedón. Y en medio de todo el lío, el ángel Azirafel y el demonio Crowley, una extraña pareja que intentará detener el apocalipsis. Personajes estrafalarios, oscuros, inocentes, simples y complicados, se mezclan en una historia que engancha y se lee de un tirón”.
Próxima parada, Aída Books, red de librerías solidarias de segunda mano cuyas ganancias van destinadas a proyectos de cooperación. Una de sus voluntarias es la periodista Laura Bellver, quien aporta como obra novísima Formas de estar lejos (Galaxia Gutenber, 2019) de Edurne Portela. Nos encontramos ante una novela que aborda “esa violencia que no es explícita, sino sutil, cotidiana y silenciosa. Alicia inicia una relación sentimental aparentemente idílica que, en verdad, es muy tóxica. La escritora plasma a la perfección los diferentes estados que la protagonista experimenta por ello: soledad, angustia, inseguridad, frustración, culpa… Además, se narran situaciones que, desgraciadamente, resultan familiares en menor o mayor medida”. “Portela, con su estilo intimista y cercano, engancha, fomenta la empatía e invita a una necesaria reflexión”, señala.
Desde 1965 llegar la segunda obra seleccionada por Bellver: se trata de Stoner, de John Williams. “En España no se publicó hasta 2011 y sigue siendo bastante desconocida. Esta novela convierte la biografía de un hombre cualquiera en un relato magistral. La trama no se basa en que ocurre algo especial, sino en acompañar al protagonista en su vida, desde sus orígenes rurales hasta su jubilación como profesor de universidad. La narración es sencilla, equilibrada, suave. No sabría explicar cómo, pero una existencia más bien anodina y un personaje más bien conformista conforman una lectura exquisita”, apunta. Confeccionadas las propuestas, Bellver hilvana también su propia reflexión sobre el ritual de lectura estival: “¿Por qué recomiendo estos dos libros? Hay quienes dirán que el momento idóneo es a principios de año. Sin embargo, yo hago mi reset personal en verano, porque sigo contando el tiempo como en cursos académicos. Creo que mis dos propuestas ayudan a replantearse lo corriente, el día a día, por lo que pueden conducir a cambios pequeños, pero sustanciales. Aplicarlos al retomar la rutina tras las vacaciones me parece un buen punto de partida”.
Nuestro periplo nos lleva a recalar en La Batisfera, librería del Cabanyal especializada en literatura internacional. Echamos anclas y escuchamos a Santiago Lemoine. Primera captura: Cosas Vivas, de Munir Hachemi (Periférica, 2018). “La premisa parece ser simple - es verano y cuatro jóvenes españoles deciden irse al sur de Francia a ganar dinero y experiencia en la vendimia - pero con cada movimiento la acción se tuerce y se complica. El resultado es una libro excepcional y cautivante, que esconde en sus páginas una multitud de obras: novela de aprendizaje truncado, thriller sin misterio, relato de terror absurdo, diario de viaje inmóvil y, sobre todo, una plataforma para que el que el narrador nos ayude a replantearnos, con precisión y humor, el horror de nuestra existencia cotidiana - desde la comida que comemos hasta el aire que respiramos, pasando por nuestra forma de viajar, de trabajar y, por supuesto, de leer”, indica. La marea también trae a nuestras costas A contraluz, de Rachel Cusk (Libros del asteroide, 2016), un texto tejido a partir de conversaciones “entre la narradora, de viaje a Atenas para dar un curso de escritura, y una serie de interlocutores que terminan abriéndose y revelándole su forma de entender la vida. El resultado es una lección magistral de escritura y de empatía, y un manual de instrucciones para aprender a escuchar y a observar los mundos que nos rodean”.
Seguimos la ruta por el comercio libresco hasta arribar a la icónica Railowsky de Moncada. Si te consideras un amante de la fotografía y frecuentas las calles valencianas, es prácticamente imposible (casi sospechoso) que no conozcas este nirvana de la imagen hecha papel o su gemelo situado en el cap i casal. Aquí las recomendaciones railowskyanas (el término es inventado no os chivéis a la RAE). Fotografía, pero no solo. Como título recién aterrizado en la mesa de novedades, destacan La chica de la Leica, de Helena Janeczek y editado por Tusquets. “Es una original reconstrucción biográfica de la figura de Gerda Taro, mujer rebelde y aventurera, primera fotoperiodista de guerra, compañera y creadora del famoso alias Robert Capa y que murió en 1937 durante la Guerra Civil española atropellada accidentalmente por un tanque. Estaba a punto de cumplir los 27 años y ahí se truncó su carrera como fotógrafa, siempre vinculada a la libertad y el compromiso político. Helena Janeczek reconstruye su vida a través de tres amigos de juventud que nos transmiten su fascinación por Gerda pero también sus defectos, todo ello en el contexto del agitado periodo de entreguerras”.
¿Y qué libro rescatan en Railowsky de la desmemoria? Pues como no solamente de fotografía vive el humano, señalan que les “encanta” que, después de algunos años agotado, se haya reeditado Claus y Lucas (Libros del asteroide), de Agota Kristof, “que en realidad es un tríptico formado por las novelas El gran cuaderno, La prueba y La tercera mentira. Está basado en las vivencias infantiles de su autora, exiliada húngara que lo escribió en francés a finales de los años ochenta”.
Preparamos ahora pasaporte, mapas múltiples y cantimplora (la hidratación no es discutible), lo mínimo que uno puede hacer cuando se dirige a la Librería Patagonia. Y es que, en este espacio especializado en guías y literatura de viajes jamás sabes en qué coordenadas puedes acabar asomando la cabeza. Y menos mal que hemos acudido bien pertrechados, pues sus dos recomendaciones nos convierten en trasunto postmoderno de Phileas Fogg. Si hablamos de libros que han vencido a la amnesia colectiva, Ángel Sáez, responsable del local, recomienda Magallanes. El hombre y su gesta, una obra escrita en la primera mitad del siglo XX por el mismísimo don Stefan Zweig y que ha vuelto a ser editada ahora por Capitán Swing. Como sois los lectores más perspicaces del mundo mundial, suponemos que ya habréis adivinado qué figura protagoniza el libro. “Zweig, narra como nadie esa gran aventura que fue la primera circunnavegación de la Tierra y de la que se conmemora el 500 aniversario”, señala Sáez, quien recuerda que Magallanes y Elcano partieron de España en 1519 “al mando de una flota de cinco navíos y con una tripulación de más de doscientos hombres. Atravesaron océanos, se enfrentaron a tempestades, a largos periodos de falta de viento, sufrieron hambre y sed, enfermedades, enfrentamientos con tribus hostiles”. Quizás tus vacaciones estén consistiendo en ir del apartamento al chiringuito y viceversa, pero por algo dicen que leer es vivir mil vidas.
La flamante publicación que sugieren en Patagonia invita no solo a emprender travesías, sino también a reflexionar sobre la experiencia en sí de surcar otros horizontes. En concreto, e trata de La invención del viaje: La historia de los relatos que cuentan el mundo, de Juliana González-Rivera. Publicado hace un puñado de meses por Alianza, este ensayo “nos lleva a lo largo de la historia en busca de los primeros viajeros, sus viajes y como lo contaron. Como exploradores, científicos y aventureros crearon una imagen del mundo a veces real, a veces inventada. Plantea al mismo tiempo, cuestiones tan interesantes como que es el viaje y de dónde surge la necesidad de moverse, de explorar de conocer el mundo. ¿Somos turistas o viajeros?”.
¡Por allí resopla! Ubicada en pleno cogollo vital de Benimaclet, Estudio 64 es una librería especializada en ilustración, no es de extrañar, por tanto, que reivindiquen entender “la ilustración como algo muy amplio. Para nosotros ilustración o libro ilustrado es narrativa ilustrada, cómic y novela gráfica, libro infantil y álbum ilustrado, libro de inspiración, libro de diseño, fanzines y autoediciones o libro de arte”, apunta Julio Antonio Blasco, uno de sus responsables. Bajo esta concepción, recomiendan como novedad editorial “un libro que abarca varios campos, desde el cómic al libro de arte: Cessepe. Vicios modernos, editado por Fulgencio Pimentel, un volumen con casi 400 páginas encuadernado en papel madera, una recopilación exhaustiva de los cómics del artista acompañados de textos de Alberto García-Álix, Onliyú Jordi Costa u Elsa Fernández-Santos, comisaría de la exposición en La Casa Encendida que ha dado lugar a esta publicación”. Apuntado queda, ¿y de título clásico qué sugieren en esta galaxia? “Queremos recomendar un libro que es de lectura obligatoria, Rebelión en la granja de George Orwell pero en su edición de Libros del Zorro Rojo con las maravillosas ilustraciones del multipremiado artista británico Ralph Steadman, especializado en sátira política y social, más de 50 ilustraciones y también con los bocetos preliminares. El carácter universal de esta obra la convierte en fundamental para comprender la corrupción engendrada por el poder”.
¿Que es humanamente imposible devorar todos estos libros en una única sesión vacacional? Sí. ¿Que quizás os estéis planteando pedir una excedencia para dedicaros a bucear páginas a tiempo completo? También. ¿Que nuestro plan desde el principio era llevaros por el camino de la perdición lectora? Deberíais saberlo.