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Los retos culturales de La Nau II: enmendar errores, definir ambiciones

27/05/2019 - 

VALÈNCIA. El Govern de La Nau tendrá secuela. Aunque, en esta ocasión, dejan a uno de sus protagonistas en el camino: Unides Podem. El Ayuntamiento de València reeditará el gobierno de izquierdas, lo que supone la oportunidad de poner en marcha aquello pendiente y enmendar los errores del pasado. De hecho, en el terreno cultural, la primera de las cuentas pendientes es la propia estructura interna del área. Esta es una de las preocupaciones compartidas entre los tres partidos que se han repartido el poder en los últimos cuatro años. Tanto Compromís, PSPV como València en Comú tomaron nota de los problemas que han resultado de una estructura sui generis. Dividida en tres concejalías distintas (repartidas entre Glòria Tello, María Oliver y Pere Fuset) y con competencias asumidas por Turismo (Sandra Gómez) y Espacio Público (Carlos Galiana), especialmente en lo que respecta al apartado audiovisual, la arquitectura ha sido más caótica de lo que soñaban al inicio de legislatura.

Los propios profesionales de la cultura denunciaron en varias ocasiones la diferencia de criterios entre unas concejalías y otras, también por lo que respecta a la concesión de ayudas, una batalla entre Tello y Oliver que se hizo pública, generando una clara brecha entre la gestión cultural pública. “Hay que cambiar la estructura del Ayuntamiento y por supuesto puede haber habido disparidades entre un sector de cultura y otro”, explicó el propio Joan Ribó en uno de los almuerzos con los candidatos a las elecciones organizado por Valencia Plaza, en el que planteaba una única área de Cultura pero con un planteamiento gerencial. Por su parte, tanto el desaparecido València en Comú como el PSPV-PSOE han ido un paso más allá incluyendo esta reestructuración en sus programas electorales. En este último caso, proponiendo la creación de un Institut Municipal de Cultura compuesto por un consejo consultivo y un sistema de ventanilla única que sirva como “columna vertebral” de la gestión cultural del Ayuntamiento.

¿Quién liderará esta supuesta área unificada de Cultura? Todavía es un misterio. Ha sido Glòria Tello (Compromís) la gestora del área en los últimos cuatro años, una posición que habrá que ver si revalida o si, por el contrario, en la nueva etapa se sitúa al frente de otras concejalías. Por su parte, el PSOE, consciente de que no ha tenido un papel protagonista en la gestión cultural de la pasada legislatura, ha querido batallar por el área, situando a Maite Ibáñez como número 3 de la candidatura. “No es que sea conocida por el sector, es que forma parte de él”, defendió Sandra Gómez en los almuerzos de Valencia Plaza. En cualquier caso, los nombres vendrán luego, una negociación que tiene como primera cuenta pendiente la reestructuración del área… aunque no es la única.

De Las Naves a la política post-"tierra quemada"

El futuro de Las Naves y La Mutant (el teatro del complejo) es una de las cuestiones más controvertidas. No son pocos los que consideran que la gestión del centro –liderada por València en Comú- ha resultado en la perdida de cuatro años, con la división del centro en dos concejalías (Acció Cultural e Innovación) y el cierre del teatro durante meses, entre otras polémicas. Definir sus usos y generar un plan a largo plazo será una de las primeras decisiones que tendrá que tomar el gobierno, una decisión de la que están muy pendientes desde el centro, que hace apenas unos meses sumó a Francisco Potenciano como nuevo gerente y que, se espera, en unas semanas resuelva el concurso para la gerencia de La Mutant. “Una de las cosas que más me ha dolido en esta legislatura es el desmantelamiento de Las Naves; lo digo así de claro. Sería absurdo decir que todo lo que hizo el PP estuvo mal […] Ha sido un proyecto fracasado”, declaraba Sandra Gómez, mientras que Ribó apuesta porque continúe siendo un centro de innovación. En cualquier caso, el grupo naranja utilizaba una palabra curiosa en su programa electoral, pues apunta a la “recuperación” de Las Naves.

Foto: KIKE TABERNER.

También los retos inmediatos pasan por potenciar dos de las ‘fotografías’ culturales más potentes del primer Govern de La Nau. Curiosamente, las dos vinculadas al anterior gobierno popular. Por una parte, consolidar el proyecto del Teatre el Musical, cuya ilusionante reapertura supuso uno de los hitos de la pasada legislatura. Por otra parte, el impulso de La Mostra de València que, tras su cancelación bajo el mandato de Rita Barberá, volvía el pasado año con nueva fórmula y un proyecto por consolidar tras su primera edición (la primera de la segunda temporada, se entiende). En este caso, será clave conocer cuáles son las ambiciones del reeditado Govern de La Nau, tras cuatro años en los que la propia Tello ha admitido en numerosas ocasiones que han estado enfocados en redirigir el rumbo de la nave y poner los cimientos de una casa en la que antes había “tierra quemada”. Con la casa levantada y los pilares asegurados ahora toca conocer, además de las necesidades en materia cultural de la ciudad, la ambiciones del gobierno municipal, un proyecto a largo plazo que ordene y potencie recursos, en colaboración con los agentes privados que impulsan –cada uno desde su trinchera- el tejido cultural valenciano.

De los bares culturales al sector del diseño

Otro de los caballos de batalla será la gestión de la música en directo, espectáculos urbanos y de los bares culturales. En este último caso, la cuenta queda pendiente a resolver esta legislatura. Agrupados en la asociación Abacu, han instado en numerosas ocasiones al gobierno municipal a aclarar su encaje legal, una figura que todavía no ha encontrado su hueco. También la protección del patrimonio, especialmente el entorno de la Lonja, es uno de los puntos claves de cara a la nueva legislatura, para la que tanto naranjas como rojos han prometido medidas y planes para poner coto a las agresiones a bienes protegidos. 

En el sector del diseño, tanto PSOE como Compromís –especialmente este último- incluían distintas medidas para su apoyo e impulso. Si desde los sectores profesionales se ha aplaudido –y apoyado- la desaparición de los concursos especulativos y la apuesta por mecanismos de contratación como la llamada a proyecto, ayudando a la profesionalización del sector en las instituciones públicas, también han hecho patente que todavía no hemos llegado a la meta. Ahora, siguiendo el ejemplo del Ayuntamiento de Madrid, tendrán la oportunidad de incluir entre sus filas a un director creativo, una de las promesas de Compromís, con el objetivo de poner orden en las comunicaciones del consistorio y supervisar la imagen corporativa municipal. Por su parte, el PSPV plantea generar un Consell del Disseny con carácter consultivo para que valore los diseños urbanos y gráficos de la ciudad. Sea como fuere, el diseño seguirá avanzando en su inclusión en las instituciones municipales.

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