VALÈNCIA. Que 2020 ha sido un año complicado no hace falta repetirlo. La industrias culturales han sufrido el embiste de una crisis sanitaria que todavía sigue apretando sus tuercas. Sin embargo, a pesar de las dificultades, en este curso también caben las buenas noticias, rayos de luz que se han colado entre tanta sombra. De la lluvia de Premios Nacionales, pasando por la apertura de nuevos espacios culturales, hasta las noticias que dibujan un futuro esperanzador, como la confirmación de que València será sede única de los premios Goya en 2022. En Culturplaza hacemos un repaso desordenado a algunos de los hitos culturales de este 2020. Es el momento de las buenas noticias.
En este año tan extraño para la cultura, en la Comunitat se ha vivido un fenómeno especial: una lluvia de Premios Nacionales. Así, el Ministerio de Cultura ha premiado la relación entre arte y ciencia del genio Yturralde, Premio Nacional de Artes Plásticas 2020. La escritora alicantina Elia Barceló es otra de las grandes protagonistas del año, pues ha el recibido el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por El efecto Frankenstein (Edebé, 2019). También para Alicante ha ido a parar el Premio Nacional de Fotografía, otorgado a Ana Teresa Ortega Aznar, cuyo trabajo gira en torno a la memoria, con proyecto destacados como ‘Figuras del exilio’ o ‘Cartografías Silenciadas’. En el caso del diseño, además, alegría por partida doble y a puertas de ser Capital Mundial, con los galardones a Pepe Gimeno y a la empresa LZF Lamps, que este año celebra su 25 aniversario. Pero no solo de Premios Nacionales se han llenados las estanterías este año. El poeta Francisco Brines ha conseguido el prestigioso Premio Cervantes, mientras que Soledad Sevilla se ha hecho con el Premio Velázquez, completando un palmarés que no para de crecer.
Este 2020 también ha sido el de la confirmación de la continuidad de Berklee en València, un proyecto internacional que aterrizó en la ciudad hace aproximadamente una década y que, tras la renovación del convenio, confirma que se mantendrá en el anexo de Les Arts 20 años más. Lo hará, además, con nuevos objetivos, entre ellos el de crear un programa de becas para estudiantes de la Comunitat y un programa de dinamización cultural y musical en la Ciutat de les Arts i les Ciències. El campus de Berklee en València, su única sede europea, fue elegido además este año por la publicación Billboard como una de las mejores escuelas de negocios del mundo en el ámbito musical, situándola entre las cuatro mejores fuera de Estados Unidos.
En un curso en el que hemos sufrido más de un cierre, la apertura de un nuevo espacio cultural es algo más que una buena noticia. Se trata de la esperada Casa de la Música, un espacio que cumple un doble objetivo: por un lado, la recuperación de la Alquería Julià; por otro, el de dotar de un sede estable a la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana (FSMCV). El espacio no solo será sede administrativa, sino que cuenta con espacios expositivos y una sala de ensayos acondicionada para dar conciertos, una nueva razón para pasearse por el barrio de Nou Moles. Además, otra buena noticia para las bandas de música que nos alegraron desde los balcones, pues el Ministerio de Cultura y Deporte ha iniciado la tramitación para que sean declaradas Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial en España.
Tras el complejo confinamiento no fueron pocas las dudas sobre cómo iban a abrir los espacios culturales. Los primeros en subir la persiana fueron las librerías, dispuestas a reivindicarse tras tener que cancelar eventos como la Fira del Llibre pero habiendo sido los libros uno de los grandes aliados durante el encierro. En este contexto, nace 'Sentim les llibreries', un proyecto impulsado por un grupo de escritores valencianos, encabezados por María Bastarós y David Pascual (Mr Perfumme), de la mano de un buen puñado de librerías independientes, con el objetivo de animar la compra. El sistema aparentemente simple: un amigo invisible masivo. El resultado, centenares de libros despachados en unos días y una renovada ilusión que dejó un buen sabor a los participantes.
No son solo unas décadas de oficio, son 150 años despachando libros. Más de un siglo de idas y venidas en las que este pequeño negocio de libreros se ha mantenido, incansablemente, en pie. Es por eso que la librería Plácido Gómez de Castelló recibió el pasado mes de noviembre un galardón al que no todos tienen acceso: el premio a toda una trayectoria que concede anualmente la Conselleria de Cultura. Un reconocimiento que el comercio recibe, además, en medio de su digitalización. Conscientes de las posibilidades de Internet, y con ganas de "sobrevivir" otros 150 años más, desde Plácido Gómez han empezado a explorar las posibilidades de la venta online.
Cuando el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, anunció este año, durante la gala de los Goya, el impulso al Año Berlanga todos los ojos se pusieron en una València que quería ser sede de la ceremonia en 2021. Sin embargo, la pandemia rompió todos los esquemas. También los de la Academia de Cine, que decidía finalmente apostar por una gala ‘troceada’ con sede principal en Málaga, bajo el ala de Antonio Banderas, aunque con conexiones en distintas ciudades, entre ellas València. Esto, en cualquier caso, ha sido una pausa forzada, pues en julio, de manera excepcional, se anunciaba que València será sede única de la gala en 2022, la oportunidad de poner sobre la mesa el talento local y, también, hacer de guinda del Año Berlanga.
25 años, que se dice pronto. Un cuarto de siglo llevan las canciones de La Habitación Roja dando forma a la banda sonora de tantos y tantas, una carrera cocinada sin prisa pero sin pausa. "Nuestro triunfo ha sido el de la constancia", reflejaba en una entrevista concedida a Culturplaza Jorge Martí, que forma la banda junto a Pau Roca, José Marco y Marc Greenwood. Como colofón al aniversario, dos conciertos con los que hicieron vibrar el Teatro Principal de València.
Si hay algo que nos ha regalado este 2020, y que nadie puede reprocharle, es la aparición masiva de autocines. No tenía la provincia de Castellón ni un solo autocine antes de que se desatase la crisis de la covid-19. Sin embargo, la suspensión de macrofestivales y otro tipo de actividades más complejas de celebrar, originó que municipios como Borriana y Oropesa de Mar se pasarán al cine sobre ruedas. Una alternativa cultural que ya funcionaba, y que también experimentó un crecimiento inusual, en otros puntos de València y Alicante. Quién iba a decir que cuando más en boga está ver series y películas en casa, de pronto asistiríamos a un retorno del autocine.
Que aparezca un nuevo espacio para la creación artística siempre es buena noticia, pero dentro del contexto que vive Castelló lo es aún más. La ciudad que solo cuenta con una galería privada, ha encontrado un nuevo lugar en el que programar arte de forma autogestionada. Además, sin responder a una única disciplina, lo que se esconde detrás de las puertas de Cúmul es un espacio alternativo donde artistas de todas las índoles se reúnen para dar a concocer su trabajo. Así, aunque buena parte de su contenido serán exposiciones, también se abren a la presentación de fanzines, libros o charlas. Por el momento han encontrado su sitio ya decenas de artistas y Cúmul prepara un proyeto de mayor envergadura para 2021.
Luz al final del túnel. Todavía tendrán que pasar unos años hasta que podamos ver en funcionamiento el nuevo espacio cultural que ofrecerá la antigua fábrica de tabacos de Alicante y que será un antes y un después para la ciudad. Un complejo industrial de 15.000 metros cuadrados que centrará una inversión total de unos 17 millones de euros a través de fondos europeos, con los que se pretende seguir el modelo de CaixaForum, en Barcelona, también levantado sobre los vestigios de una fábrica textil. Tras ciertos bloqueos burocráticos, la adjudicación definitiva de la redacción del plan de usos al despacho de arquitectos Ramón Esteve permite que ya se haya comenzado a dibujar su futuro con más claridad. Un paso más.
Con el cierre de las salas privadas y la drástica reducción de aforo en los espacios públicos, el sector de las artes escénicas entró en pánico y clamó por buscar una solución. No se encontraron solos. La Diputación de Alicante salió al rescate con un ‘plan de choche’ que, en primer lugar, implantaba un nuevo circuito de representaciones mediante el Festival Provincial de Artes Escénicas, con una inversión de 280.000 euros. Esta iniciativa ha sido el primer fruto de una mesa de trabajo histórica en la que, periódicamente, se reúnen todas las asociaciones junto con el organismo provincial. "Es algo inédito; jamás habíamos tenido la posibilidad de establecer una relación de tú a tú", aseguraban estas mismas asociaciones. Un clima de entendimiento con el que vendrán más soluciones.
El año que ahora termina ha dejado algunos hitos también en el ámbito de la igualdad. En el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert llegaba a la dirección la primera mujer desde su creación. Además, la maquilladora y actriz transexual Álex Saint, de Orihuela, hacía su primera aparición en ficción en la serie Veneno, de Javier Calvo y Javier Ambrossi, una creación que ha removido conciencias y ha significado un verdadero cambio de paradigma en la percepción de este colectivo. La serie española que narra las luces y sombras de Cristina Ortiz, La Veneno, ha supuesto un nuevo reconocimiento a la transexualidad en los medios de comunicación de masas y ha contado con un granito de arena de la Comunitat Valenciana con esta alicantina que, por otro lado, ya triunfaba como maquilladora de celebrities.
La desaparición radical de los eventos multitudinarios ha obligado a plantear nuevas fórmulas de ocio musical este verano con colaboración público-privada. La promotora alicantina Producciones Baltimore, que firma festivales de éxito como Warm Up, Low, Fuzzville o Spring, ha demostrado que se puede seguir disfrutando de la buena música y el ocio nocturno con seguridad sanitaria creando nuevos ambientes como Noches Mediterráneas, en el Puerto de Alicante, o Benidorm Summer Nights, que han sido la alternativa perfecta para que la rueda de la música en directo siguiera funcionando. Un nuevo formato que pasa de los tres días a los tres meses y que podría convivir con los grandes festivales en los años venideros.