València a tota virolla 

Por esto los mapas se han convertido en el mejor lenguaje (y el más estético) para explicar València

En compañía de Santi H. Puig, el recorrido por las cartografías que explican algunas de las realidades de la ciutat. La nueva vía periodística en período de consolidación

30/11/2019 - 

VALÈNCIA. La cofradía de los mapas. Ya volvemos a la carga los pesaditos. Los mapas que están explicando València, cosidos por una suerte de cruzada decida a representar de manera nítida la realidad de la ciutat. El lenguaje de los mapas es, como pocas veces, también el lenguaje periodístico, beneficiado por la profundidad de la oportunidad digital. Una nueva vía informativa en período de consolidación. 

Santi H. Puig es una de las cabezas visibles del movimiento en torno al territorio representado. Será el sherpa de este trayecto para conocer por qué los mapas en ocasiones dicen mucho más que extensos reportajes (o, en el mejor de los casos, los suplementan).

Uno. El mapa como novela inacabada 

“Desde pequeño me he sentido interesado por los mapas por la cantidad de información que podían llegar a condensar y, al mismo tiempo, la que, de una manera intencionada o no, omitían, dejando espacio a la imaginación de quien lo observa, como si se tratara de una novela. En esa línea, considero que la cartografía no es más que un lenguaje que una vez aprendes a manejar te permite contar historias o transmitir un mensaje de una manera directa, muy en consonancia con la forma en que se consume la información hoy en día”.

Dos. El mapa desde el diseño

“Yo vengo de un campo formativo, el de las ciencias ambientales y la geografía, en el que, a pesar de ser la cartografía una herramienta esencial para el desarrollo de nuestro trabajo, no existe demasiada inquietud hacia el diseño. Cuando entendí que un mapa, además de contar cosas rigurosas e interesantes, podía ser bonito y transformador, creí haber encontrado la herramienta definitiva a la que valía la pena dedicar mi tiempo”.

Tres. El mapa como foco de la realidad...

“Los mapas tienen una gran capacidad para que entendamos de un vistazo un problema urbano que podríamos estar intuyendo, de la que podemos incluso tener una gran cantidad de datos, pero que hasta que no representamos no somos conscientes de su incidencia en la ciudad y, sobre todo, no podemos compartir”.

Cuatro. … o de posible falsedad 

“Son la herramienta idónea para apoyar la toma de decisiones estratégicas urbanas, aunque, al mismo tiempo, resulta tremendamente fácil mentir con ellos: basta con elegir una determinada gama de colores o grafiar de una manera u otra para llevar a quien lo observa al terreno que nosotros queremos. Por lo tanto, como observadores, hemos de desmitificar esa creencia de que son fieles retratos de una realidad urbana (‘el mapa no es el territorio’), y por lo tanto no son discutibles, e interiorizar que ni siquiera los mapas están exentos de la subjetividad, cuando no de la ideología, de quien los elabora”.

Cinco. El mapa como realidad periodística

“Como consecuencia de que el soporte más utilizado para transmitir información dejó hace tiempo de ser el papel, y con la aparición de plataformas web como CARTO, Mapbox o Datawrapper, la manera que tienen los medios de mostrar no solo mapas si no gráficos en general ha cambiado radicalmente: de ser una comunicación que se producía en una sola dirección, ahora se empieza a hacer raro que no podamos interactuar con el mapa, hacer zoom, mostrar sólo determinados elementos o incluso acceder a los datos brutos para analizarlos y representarlos por nuestra cuenta.

En este sentido, medios nacionales como El Pais, eldiario.es o Datadista están haciendo un gran trabajo contando historias directamente sobre este tipo de soportes interactivos. En el ámbito regional, sin embargo, creo que a los grandes periódicos les queda muchísimo trabajo por hacer en este sentido”.

Seis. El proceso previo: los datos

“Todo proceso de visualización de datos sobre un soporte como el mapa se encuentra siempre con un primer gran escollo que no es otro que la disponibilidad de los datos y la calidad de los mismos. Tanto la administración como la propia ciudadanía estamos generando una ingente cantidad de datos pero me da la sensación de que, en esta caso la administración, no sabe muy bien con qué finalidad lo hace y cuál es la información verdaderamente útil para una mejor gestión de la ciudad. 

Un ejemplo de esto sería el de la contaminación atmosférica en la ciudad de València, un problema de salud pública verdaderamente grave al que la ciudad se enfrenta con únicamente siete estaciones de medición oficiales que recopilan datos de distintos contaminantes. Es evidente que esta muestra tan escasa no nos permite generar un mapa que explique, por ejemplo, qué distribución espacial tiene esta contaminación, cómo de preocupante es o qué relación guarda, por ejemplo, con el tráfico motorizado o con el puerto. Frente a este problema, ha tenido que ser la sociedad civil aglutinada en torno a València per l'Aire la que se ha organizado para recopilar información del principal contaminante atmosférico en cerca de 500 puntos de muestreo”.

Sietes. Mapas para entender València

“Con algunas excepciones, los mapas que en mi opinión son verdaderamente relevantes para la vida de las personas que viven en València los están ofreciendo las asociaciones o los particulares, todos ellos de manera desinteresada. Puede que no sean los mapas más bonitos, pero son desde luego los más necesarios, ya que tratan los problemas verdaderamente urgentes de nuestra ciudad:

  • Sobre la proliferación de viviendas turísticas de la plataforma AirBNB, que surge de un taller tutorizado por montera34 y la Cátedra de Economía Colaborativa de la UV en marzo de este año. Más que un único mapa, es un informe que incluye mapas interesantes como la relación entre presencia de apartamentos turísticos y vulnerabilidad social 
  • Sobre la contaminación del aire en la ciudad de València: coordinado desde València per l'Aire en colaboración con otros particulares y empresas. 
  • Sobre la presión sobre València y su área metropolitana de diferentes iniciativas y proyectos; y las luchas vecinales de oposición, València no està en venda