VALÈNCIA. El gobierno municipal del Ayuntamiento de València, conformado por Compromís y PSPV lleva dos semanas recuperándose de una de las crisis más sonoras que ha vivido desde que la izquierda recuperase el consistorio en 2015. La compleja situación abierta en la Empresa Municipal de Transportes (EMT) tras destaparse el fraude de cuatro millones de euros acabó trasladándose al seno del equipo de gobierno. Todo ello pilló de viaje a la vicealcaldesa de la ciudad y portavoz de los socialistas en el consistorio, Sandra Gómez (València, 1985), quien a su vuelta admite haberse sorprendido por el revuelo generado.
Al crearse la comisión de trabajo para investigar el fraude de la EMT, los socialistas aprobaron junto a la oposición -PP, Cs y Vox- que el presidente de la empresa municipal, el edil de Compromís Giuseppe Grezzi, no estuviera presente cuando declarasen empleados. Algo que, asegura Gómez, "era algo lógico y razonable" y que "no iba contra nadie". No obstante, la falta de consenso en el equipo de gobierno sobre esa decisión provocó el enfado magnánimo de Compromís, que el mismo día calificó lo sucedido como "la mayor crisis de gobierno" y como "un antes y un después".
Poco más tarde, el alcalde de la ciudad, dirigente de Compromís, Joan Ribó, anunció posibles "consecuencias" y al día siguiente, la coalición valencianista aprobó en la Junta de Gobierno Local con la oposición de los socialistas sustituir la representación del PSPV en la comisión delegada de La Marina -ostentada por Gómez- por un miembro de Compromís. "Fue inoportuno y hubiese sido conveniente esperar a mi vuelta para llegar a una solución acordada", admite la portavoz socialista, quien insiste en que "los líderes políticos tienen que atemperar ánimos en momentos de tensión y no dejarse llevar por los nervios". Con todo, subraya que hay que hacer "tabla rasa" y "mirar hacia adelante" después de lo ocurrido.
Gómez cree que en el caso de la EMT todavía es pronto para depurar responsabilidades políticas e insiste en esperar a que finalice el trabajo en la comisión de investigación. Eso sí, tiene claro que la entidad financiera que tramitó los pagos del fraude, Caixabank, es corresponsable y debe hacerse cargo de su parte de responsabilidad. La portavoz socialista recibe a Valencia Plaza para tratar todo ello, así como el caso del accidente de Viveros, por su actualidad, y la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento que coordina como concejala de Urbanismo.
- Ha vuelto a sus funciones ya. ¿Cómo ha visto a su llegada la situación surgida en el gobierno municipal durante las últimas semanas?
- Con mucha tranquilidad, y sobre todo con la voluntad de llegar a un acuerdo para evitar que la crisis que a día de hoy está viviendo la EMT se convirtiera en una crisis municipal. Aplicando diálogo y acuerdo, que son dos pilares fundamentales en un gobierno de coalición. Hemos llegado a una solución consensuada.
- ¿Le ha sorprendido?
- Obviamente desde fuera, con la visión que te da la distancia de quitar hierro a determinados asuntos, no puedo decir que no me sorprendiera la magnitud del revuelo por una cuestión que para nosotros era algo lógico y razonable. No iba contra nadie.
- Que Grezzi no estuviera en la comisión de la EMT cuando declarasen los trabajadores, quiere decir.
- Sí. Es importante diferenciar. A día de hoy el gobierno municipal vive una situación excepcional con la crisis que está viviendo la EMT, pero los partidos políticos tenemos que saber circunscribir ese problema a dentro de la EMT y evitar que se traspase al gobierno y, sobre todo, que las buenas relaciones que existen entre las dos formaciones políticas porque ambas queramos lo mismo: poder saber qué ocurrió y cómo se originó la estafa para aplicar las medidas correctivas que impidan que vuelva a ocurrir.
- Pocos días después de la comisión donde se produjo todo este revuelo, Compromís tomó la decisión de reemplazar el puesto del PSPV en la comisión delegada de La Marina. ¿Lo entendió como una represalia?
- No importa cómo me tomé las cosas. Reitero mis palabras. Agua pasada no mueve molinos. El gobierno tiene que mirar hacia adelante para afrontar todos los retos que nos quedan. Hay que empezar a recuperar esa fuerza que puede erosionar una crisis como la de la EMT. Y como ya declaré en su día, los líderes políticos tienen que atemperar ánimos en momentos de tensión y no dejarse llevar por los nervios. Es importante que cuando se tome una decisión nos preguntemos si es buena para los ciudadanos y en segundo lugar, si es buena para el Gobierno.
- ¿Quiere decir que Compromís se dejó llevar por los nervios? ¿Se excedió?
- Ya he dicho que fue inoportuno y hubiese sido conveniente esperar a mi vuelta para llegar a una solución acordada. Sobre todo porque en la cuestión de La Marina, había un acuerdo de ampliar las plazas para que las dos formaciones tuviéramos representación. Y ahí tanto PSPV como Compromís estábamos de acuerdo.
El viernes se toma esa decisión. Fue inoportuno y fue inadecuado porque al final todo lo que sea echar más leña al fuego no ayuda a calmar los ánimos. Conviene también que hagamos tabla rasa y que empecemos a trabajar conjuntamente hacia lo que de verdad importa: la estafa de la EMT. Los objetivos son ver cómo ocurrió esa estafa y recuperar el dinero. Lo demás son cuestiones que no importa. Hay que evitar que estas pequeñas fricciones se conviertan en grandes problemas porque no lo son como tal.
- Giuseppe Grezzi finalmente cedió y dijo que no estaría en la comisión como un acto de generosidad. ¿Lo ve como un gesto de generosidad?
- Al final acabamos todos hablando sobre coletillas.
- En política, también importa la actitud. Por eso le pregunto.
- Cada uno que valore. Como PSPV lo único que me importa es que hoy se habla de cómo se devuelve lo defraudado y de qué ocurrió. Eso es lo importante. Hay que tener en cuenta que se tomó una decisión democrática. Lo lógico es que uno acate una voluntad mayoritaria. Cualquier persona, de cualquier sensibilidad política, puede entender la posición que nosotros defendíamos como Partido Socialista. Uno a veces también se puede equivocar o puede pensar que es mejor hacer las cosas de otra manera. Pero al final, en ese sentido, ha imperado la lógica, la razón y el sentido común.
- ¿La investigación puede derivar en responsabilidades políticas?
- Hay que distinguir. La comisión de investigación no puede aspirar a determinar responsabilidades judiciales, penales, civiles o contables. Es una comisión de investigación política y lo que ha de hacer es determinar responsabilidades políticas, protocolos de actuación y ver cómo recuperamos lo defraudado. Para las responsabilidades penales o judiciales, hay una investigación policial abierta. Dicho esto, nosotros confiamos en el trabajo que se está haciendo en el seno de la comisión y estamos a la espera de lo que se determine.
- ¿Hasta qué punto pueden llegar las responsabilidades?
- Los partidos que nos creemos la comisión debemos esperarnos a lo que determine. Es absurdo aventurarse a hablar sobre quién fue el responsable o sobre los protocolos. Hay una investigación que está realizando un trabajo intenso y exhaustivo, con documentación de la EMT, con testificales de los trabajadores, de la entidad financiera y son ellos los que nos van a dar las pistas y las conclusiones sobre que pasó y quiénes son los responsables.
- Pero la empresa ya ha pedido que Caixabank devuelva los cuatro millones.
- En una estafa hay varias partes: el que estafa, el estafado y el intermediario. Y hay una responsabilidad y una culpa de dolo en la parte que estafa. Pero también hay negligencia por la parte estafada o por la entidad financiera en este caso, que es la que hace de intermediaria, porque tiene unos protocolos de blanqueo que hay que cumplir. Como Ayuntamiento de Valencia estimamos que hay una corresponsabilidad porque al final también son garantes de nuestras cuentas. Sería conveniente por parte de Caixabank que hubiese la máxima disposición a resolver este problema de la mano del Ayuntamiento.
- ¿A que abone los cuatro millones?
- Obviamente debe ser una autoridad judicial quien determine quiénes finalmente son los responsables civiles. Pero también entendemos que hay una corresponsabilidad por parte de CaixaBank, que además tienen unos seguros para cuando pasa cualquier tipo de incidente de este tipo. También se tienen que hacer cargo de su parte de responsabilidad, con independencia de quién es el responsable civil solidario en el plano judicial.
De momento, es evidente que han sido parte de este fraude y hay que tener en cuenta que una entidad financiera no es solo una caja fuerte. Hay una serie de garantías que los depositantes ponemos en las entidades financieras, sobre todo cuando son empresas públicas o privadas, y hay una serie de protocolos financieros que dan seguridad.
- Caixabank ha respondido diciendo que no va a devolver el dinero.
- Sería conveniente, como en todo, una actitud de colaboración para resolver esto. CaixaBank tiene un nombre, tiene una imagen y tiene un prestigio que nadie pone en duda, pero el Ayuntamiento de Valencia es una institución pública y seria. Por lo tanto, convendría, cuando hay comunicaciones entre Caixabank y el Ayuntamiento de València, que existiese un clima de mayor disposición a colaborar y que se evitara determinado lenguaje que, a mí, me ha sorprendido.
- Si hubiera ocurrido la estafa antes de 2015, ¿hubieran pedido la dimisión de quien ocupara la gerencia de la EMT?
- Hubiésemos hecho lo mismo que ha hecho el PSPV siempre: esperar a las conclusiones de la comisión. El problema es que con el Partido Popular nunca había comisiones de investigación. También conviene recordar la actitud que mantenía el Partido Popular en este tipo de casos, que desafortunadamente sólo podíamos seguir a través de los juzgados porque se negaban sistemáticamente a abrir comisiones de investigación.
- Da la sensación que la actitud del gobierno actual habría sido distinta si hubiera estado en la oposición.
- Como portavoz del PSPV, pero también creo que por parte del conjunto del gobierno, hubiéramos pedido una comisión de investigación. Lo mismo, exactamente igual. Es lo que hemos pedido cuando estábamos en la oposición, incluso de casos de corrupción que ha vivido y ha sufrido la institución por parte de los políticos.
- En el caso del accidente de Viveros, se aprobó crear una comisión de investigación, pero se ha aplazado hasta que acabe el trámite judicial. ¿Por qué ahora no se ha hecho lo mismo?
- Conviene distinguir. Lo primero que quiero trasladar como portavoz del PSPV es la absoluta solidaridad y cariño a la familia del trabajador que desgraciadamente falleció en las gradas de Viveros. Cuando estamos hablando de un fallecimiento y en este caso de un presunto delito de homicidio imprudente por una negligencia dentro del montaje de las gradas, conviene ser más prudente porque hay una familia y por lo tanto se tomó una decisión prudente: no hacer un circo. A veces las comisiones de investigación tienen un impacto mediático importante. Es importante ser respetuosos con el dolor de la familia, y tengo claro que hay un procedimiento judicial donde puedan verse resarcido sus derechos.
- ¿Cuándo se deben depurar responsabilidades políticas en un caso así?
- Como reflexión en general, la política ha tenido el falso escudo de los procedimientos judiciales para evitar responsabilidades. El Partido Popular fue quien representó durante toda la anterior etapa esta máxima. Conviene distinguir entre quién tiene una responsabilidad penal, que es la última ratio y quién ha podido tener una negligencia que te lleva a asumir alguna responsabilidad política.
- Creo que no me ha respondido. ¿Cuándo se deben asumir responsabilidades políticas?
- Sí. Por ejemplo, en un caso de corrupción: si tú tienes un Consell o tienes una corporación cuyos miembros han sido parte de una trama de corrupción, eres responsable políticamente porque como representante público, has puesto en frente de la institución a un equipo de gente que se ha aprovechado de su cargo para un beneficio propio, por ejemplo. La política suele escudarse diciendo: “A mí no hay un juez que me haya imputado o que me haya condenado”.
- Ahora mismo hay un concejal llamado a declarar como investigado en este caso.
- Hay que ver finalmente cómo queda el recurso ante la Audiencia Provincial. Hay que distinguir entre responsabilidad política y la responsabilidad judicial, pero también hay que ver, caso por caso, qué responsabilidad tiene cada uno. En el caso de Viveros, prefiero ser prudente.
- Cambiando de tercio. Se ha presentado el proyecto de peatonalización de la plaza del Ayuntamiento. Un grupo de comerciantes de la plaza han estado recogiendo firmas en contra. ¿Se han reunido con ellos?
- Este miércoles hemos hecho un proceso de participación abierto a cualquier entidad donde se ha convocado a los comerciantes, a la Asociación de Vecinos, al Colegio de Arquitectos y a cualquier valenciano que ha querido venir a hablar con nosotros. Por lo tanto, es un proceso muy abierto. De hecho, es el mayor proceso participativo que va a hacer el Ayuntamiento porque entendemos que debe ser la ciudad quien decida qué plaza quiere. Dicho esto, siempre puede haber alguien a quien la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento no le venga bien, pero a la larga son procesos que esta ciudad tiene que vivir.
El mayor proceso de transformación urbana va a ser la peatonalización no sólo de nuestro centro histórico, sino también de los centros históricos de nuestros barrios, como por ejemplo en Patraix. Es importante que pongamos en valor el espacio urbano como un espacio de encuentro porque hay una realidad que estamos viviendo las ciudades: cada vez el coche ocupa menos sitio. Tenemos que pensar cómo podemos llenar ese espacio de convivencia. Valencia está muy retrasada con respecto a otras ciudades de España y europeas. Conviene hacer el cambio no sólo por el cambio climático y de evitar la contaminación, sino también por la protección de nuestro patrimonio histórico y la puesta en valor de nuestro paisaje urbano.
- Hay especial preocupación en los puestos de flores de la plaza. ¿Se va a mantener el número de puestos de flores?
- Sí. Se garantiza a todas las personas que tienen sus puestos que van a seguir desarrollando su actividad en la plaza del Ayuntamiento. Lo que sí que está en el debate es, por ejemplo, el diseño de las casetas de diseño o la localización. Tienen que cambiar. Igual que cambia el mobiliario urbano. Son antiguos y hay que aprovechar que somos la capital mundial del diseño para 2022 para adaptar el paisaje urbano a un diseño actual. Porque eso es calidad urbana y es calidad de imagen de ciudad. Y ahí Valencia tiene mucho trabajo por hacer.