El grupo catalán actúa el próximo viernes en la final de Sona la Dipu, llegan a la Eliana con El Poeta Halley bajo el brazo, su octavo álbum de estudio
VALENCIA. ¿Y si las palabras se atraen? Este es el dilema que ha planteado Love of Lesbian en su último trabajo. La banda, que ha estado este año en todo sarao que se precie, Bbk Live, Low Festival o Arenal Sound, ha puesto la lírica al servicio de los acordes. Canciones de entre seis y nueve minutos, configuran un álbum con reminiscencias de sus inicios en castellano, pues los de Sant Vicenç dels Horts saltaron a la fama tras dos producciones en inglés, Microscopic movies (1999) y Is it fiction? (2002). Hace una década, su máxima era tocar en Benicàssim a las cinco de la tarde, pero ahora, las salas de música indie sacan a bailar todas las noches a un eufórico John Boy. La psicodelia que tímidamente les envuelve, ya se aprecia en 'Marlene, la vecina del ártico', el primer tema en castellano que compuso Santi Balmes, líder de la formación. A día de hoy, no se pierde esta identidad en las letras de 'Psiconautas' o 'Incapacidad Moral Transitoria', está guardada en ese "tarro de las esencias" del que tanto habla Balmes durante la entrevista.
-Habéis dado un giro con vuestro último trabajo, siempre habéis apostado por un cambio en cada disco, ¿se debe al miedo a ser encasillados?
-Creo que esa es una reflexión a posteriori que hace alguien externo a la banda, en verdad se corresponde con una inquietud más inconsciente. No creo que las bandas verbalicen este tipo de conceptos... Se dejan llevar por una necesidad, la de intentar jugar todo el rato. Intentas de alguna manera salir del local de ensayo con un rebote, con un estímulo, con una emoción. Si son los mismo caminos de siempre, sales con otra sensación, sales con tedio, todo lo que tenías que decir ya lo has dicho. Ha sido una lucha contra eso.
-La crítica ha hablado mucho de este cambio. Sin embargo, El Poeta Halley recuerda mucho a vuestros dos primeros discos en castellano. La lírica siempre ha sido vuestra identidad y canciones pausadas ya eran 'Domingo Astromántico' o 'Clínicamente muertos'.
-Sí, por supuesto... Yo sí que puedo aceptar hasta cierto punto el cambio, el riesgo se basa en una expansión de las canciones, lo que antes no sucedía tanto. Es una apuesta por la lírica, en adaptar la música a la letra, digamos pues ampliar la duración de la cancion y no recortar partes. Lo que haciamos en otros discos era intentar que la canción tuviera un fomarto más pop. !Qué diablos! Dijimos: "Si la letra dura tanto vamos a hacer que la canción dure tanto". Incentivar a la reflexión, a la relajación cuando lo escuchas. La duración es el quid que lo diferencia. Domingo, por ejemplo, ya había asentado estas bases...
-Es una especie de cuento, cada tema, un capítulo.
-Yo creo que cada canción, la mayoría, tienen vida por sí misma. Puedes extraer de cada una el relato corto. Que tengan validez, que no sean canciones que solo funcionan dentro de un disco largo, sino que cada canción pudiera tener vida. Y luego a la vez, que todas conformen un sentido unitario. En el aspecto lírico, hay una obsesión por que la persona reciba estímulos nuevos, en forma de propuestas líricas que no se hayan escuchado, no se hayan leído. Que escuches los temas y los leas de una manera muy particular, que lo vincules con LOL, que no se extrapole a otras bandas. Cuando tienes la mente de una persona, te metes, el trabajo adquiere mayor importancia.
-Aunque recuerda a vuestros inicios, este es un lenguaje más aniñado, más ficción y menos adulto.
- Sí... hay un personaje que estaba como un poco durmiendo dentro de lo que es este disco. Ese niño que aparece en la contraportada leyendo un libro. Había una cierta obsesión por no perder al niño que fuimos y que decidió que nos dedicaríamos a esto.
-"Yo que pensaba que volaba y era inercia". Muchos se habrán sentido identificados con esta frase...
-Es una frase que te sale del alma, es un extraño proceso de escritura automática. Es una imagen bastante poderosa, cuando te hablan de inercia estás previendo una posible caída, un aspecto muy crítico en realidad [ríe]. Intenta hablar de manera muy metafórica y sobre el replanteamiento de porqué haces una determinada cosa o tienes una determinada relación y a veces no te das cuenta de que ya ha empezado ese movimiento de inercia, de que ya no se tiene en pie.
-¿Escritura automática?
Bueno, no es exactamente escritura automática, es más complejo [ríe]. A la hora de enfrentarme a un ordenador o una hoja en blanco, no sé si se le puede llamar así... Es más bien como una vomitada inconsciente. Intento que no haya ni cortapisa ni censura por parte de mi yo consciente. Escribo mucho, muchas páginas, para intentar averiguar de qué me avisaban las entrañas y a partir de ahí elaboró algo racional, es una artesanía. "Voy a hablar de la decepción que tuve con está persona", no me gusta empezar a enfrentarme a una canción así. No voy a dictarme.
-En 'Planeador', Halley Star y la inspiración son la misma búsqueda, ¿cuál es la tuya?
-Toda la vida en general, me gustaría indagar más en ese aspecto. Las bandas de música caen en el error de hablarle a esa otra persona que se intuye que es su pareja, y creo que en realidad que la vida, si eres un poco avispado y observador, te permite hablar de muchas cosas, siempre partiendo de la base de que tienes que querer a la vida. Todo lo que debería hablar una canción debería estar vinculado al amor del artista. Amor positivo o vinculado a la raíz del odio, sensaciones que vienen provocadas primero por una emoción de amor. En El Poeta Halley aparece el amor por las palabras, no se habla mucho de él, porque las palabras son el medio con el que hablas sobre el amor hacia otras coas.
-¿Este espíritu aniñado puede deberse a vuestras familias e hijos?
-Por supuesto, en 'Los males pasajeros' aparecen la figura de tus hijos: "estáis creciendo pero mucho y demasiado". Escenas que te gustaría rebobinar, pero todos crecemos. Esa sensación de pérdida. También de recuperación de inocencia a través de los hijos, pero también de los miedos de que se conviertan en adultos.
-'Psiconautas' habla de Prozac, de Esquizofrenia... ¿Hasta qué punto es buena la vida química?
-Por las personas que he conocido en mi entorno, mi círculo de amistad, que han tenido que hacer uso de la química, creo que ha habido alguno que la han usado como un parche fácil para salir de una situación... Hubiera sido más recomendable que lo hubieran intentado a través de otro tipo de terapias. Hay gente que le gusta la química, pero si la historia es física, sí defiendo el uso de la química en algunos procesos. El cerebro es un órgano y hay veces que no puedes quitarle la medicación de una manera frívola. Lo único es que claro... está sucediendo en la torre de control, domina la totalidad de tu organismo. En 'Psiconautas' nadie somos inocentes, todos hemos hechos nuestras pequeñas pruebas. Todos hemos encontrado la sustancia que nos gustaba. Nadie de la banda es un psiconauta extremo. Yo celebro mucho cuando mi mente está serena, la mayoría del tiempo. Ya estoy lo suficientemente loco como para necesitar algo [ríe]. 'Psiconautas' es una declaración de intenciones, un tema de nueve minutos que solo podía estar en este disco. Estuvimos todos de acuerdo en que era uno de los temas principales, es ese lunar en la cara de una persona que le da mucha personalidad.
-La poesía ha quedado al servicio de la música esta vez. Tu faceta de escritor es como la pregunta del huevo o la gallina, ¿qué vino primero? Pero, ¿cómo ha influido en ti como músico?
-Siempre he escrito, ha sido como dos vidas. Los considero dos órganos de mi cuerpo y realmente empecé desde muy pequeño escribiendo mis cómics y mis pequeños relatos. Al mismo tiempo que cogía la guitarra. Siempre ha sido mucho más probable que te suceda algo en el mundo de la música, sobre todo en unos tiempos donde la música es más viralizable que la escritura. Es más fácil que te emocione una canción que un relato. Por nueve veces que recomiendas una banda de música, recomiendas un libro. Cuando cojo el metro, son casi todo tablets, antes veías a la gente con un libro. Ahora jugando, haciendo morritos… Escribir ha sido tan necesario como la música, son vasos comunicantes.
-Cumplo con el papel del cantante chalado de LOL. Lo veo en mis hijas, que también tienen esa vertiente, me hacen mucha gracia. Voy a representaciones suyas del colegio y ya veo que de alguna manera, son chicas normales, pero salen al escenario y algo sucede. Adquieren una seguridad que en la vida real no. Encima del escenario se destapa el tarro de las esencias. Es mi hábitat, es el momento en el que despliego las alas.
-¿Santi Balmes no es un chalado en su día a día?
-No para nada, soy una persona bastante hermética e interiorizo mucho las cosas. Si hay un círculo de confianza consigo el equilibrio. Si no me dedicará a la música, trabajaría en un banco o de cupletista, por las noches iría vestido de flamenco... O algo relacionado con el transformismo...
-¿Cómo ha pasado el disco la prueba de los festivales?
-Pienso que ha funcionado tal y como nos esperábamos, le ha gustado a mucha gente. 'Cuando no me ves', 'Bajo el volcán'... En 'Psiconautas' el público está más en un estado de estupefacción, dejándose llevar por el show. Hay críticas muy dispares y otros que ya nos habían suspendido antes de salir al escenario: "y luego llegaron los de siempre, momento que vi el concierto desde la barra". Si no hubiéramos arriesgado, la crítica se hubiera basado en eso y habrían salido por esas. La banda está en estado de perpetua motivación. Working progress, gente inquieta. Bueno, si no has escuchado 'Fantástico' ya tendrás tiempo en el concierto de salas.
-¿Por qué os reserváis algunas canciones del nuevo disco en los festivales?
-Algunas son por los beats, son complicados, en un festival no puedes seguir con un repertorio de sonidos pausados. Es una cuestión de realismo. Hay canciones que de alguna manera funcionan cuando ves un progreso de una hora. No hay ningún tema que no podamos llevar en directo. En un concierto de sala vas destapando el tarro de las esencias poco a poco, no queremos dejar de tener en cuenta de que el público de los festivales pide otra cosa. Tocaremos esas canciones ['El Poeta Halley', 'Los males pasajeros' o 'En busca del mago'] cuando desarrollemos un concierto de sala de dos horas y pico.
-En los festivales españoles, ¿son más rentables las bandas nacionales que las extranjeras?
Es innegable, lo sé porque te cuentan que ese grupo inglés ha cobrado el doble y en su concierto había el 20 por ciento de la gente que tú has tenido. Esas cosas te llegan y te duelen, pero intentamos que de alguna manera sea un trato beneficioso para los dos. Aprovechamos el festival para estimular el concierto de salas, para poner los dientes largos al público. Aún así es un riesgo: "Ahora que ya los he visto en un festival, ¿para qué el concierto de sala?". Las bandas que estamos en los festivales, jugamos a la ruleta rusa. Nos estamos planteando cambiar la política de festivales, tenemos ese dilema, Love of Lesbian empezará a reducir su presencia en los festivales, lo mas probable. Disfrutamos mucho de ellos, pero nos damos cuenta de según que cosas y se te queda la cara extraña. Con algunos tenemos grandísima relación, pero no somos idiotas. Te llevas decepciones, no son con nadie en particular, pero algo decepcionante es que vayas varias veces a tocar a un festival y ni siquiera conozcas a los organizadores. Aunque llenas, algunos ni van a saludarte. Ese trato es de mínima cortesía.
Nosotros nos lo hemos pasado muy bien en muchos festivales, pero también es un riesgo de sobreexposición
-Sona La Dipu es un evento que apoya al talento emergente, ¿qué bandas destacarías del panorama nacional?
-Te podría hablar de Angel Stanich, a mi me gusta mucho, también Mucho. Esas bandas son las que me vienen ahora a la cabeza. Me gusta su propuesta.
-¿Habéis pensado en invertir más en el mercado sudamericano? La temporada de festivales empieza en octubre y es un terreno poco explotado...
-Las bandas españolas se encuentran con muchos factores que invitan a no ir. Llevamos mucho tiempo aguantando el tema, sabiendo que estamos en un momento se subidón, pero nos daba la sensación de castaña económica. Nuestro primer concierto en México fue en un local de 200 personas, luego tocamos en el Metropolitan... Partes de la base de que cada billete es súper caro, sales del aeropuerto con una pérdida de muchos miles de euros entre impuestos y aduanas, gastos que tienes allí... Tienes que andar con mucho ojo. Mucha gente lo ha intentado y a la tercera ha dicho: "no veo progresión y mejor que nos olvidemos de la aventura sudamericana". Además, cada país es totalmente diferente, no es lo mismo Argentina que Chile. También tienes que tener una buena base de fans, si no, la segunda opción es vivir en México un año y generar el caldo de cultivo.
En el mes de noviembre vamos a ir a Guadalajara, Monterrey, Chile y Buenos Aires, todo esto implica dos o tres semanas fueras de casa. Intentaremos [en el futuro] estar en algunos festivales en Latinoamérica. Somos una banda hasta cierto punto conocida, nos conocemos y no queremos cometer los errores de nuestros inicios. En España puedes volver a la furgo e ir a Barcelona con una pérdida de cientos de euros, yendo muy mal [ríe]. Si allí te va mal, puedes volver como un absoluto moroso, queremos hacerlo bien.
-¿Tenéis algún festival en mente?
-Hay unos cuantos que se están barajando, la experiencia en Vive Latino fue buenísima. Realmente fue una experiencia increíble. Ignoramos lo que hay fuera de México y ahí es donde nos gustaría aterrizar. En estos casos siempre hay mucha gente involucrada, intermediarios, trabajadores locales, Warner Music, Warner España y nuestra agencia de management. Opinan y nos dicen si es un concierto a pérdidas, por ejemplo. Queremos hacerlo bien, sin prisas, porque no son diez kilómetros.
-Si Love of Lesbian quiere hacer algo, ¿depende de Warner Music?
-Nadie nos conoce mejor que nosotros. Sabemos ver desde la euforia de la gente, hasta el agobio, lo podemos intuir, podemos sacar conclusiones. Nadie opina mejor de nosotros que Love of Lesbian. Warner se encarga de la promoción y de la estrategia, ayudan con sus medios, su personal, pero aconsejan.
-No os gusta demasiado posicionaros políticamente, no obstante, habéis reconocido ser amantes de la polémica... ¿no es un poco contradictorio?
-No nos interesa la polémica por la polémica, de hecho, creo que lo dijimos en una entrevista colgada en mi muro. Un opinión política puede estar muy acertada, pero puede generar polémica. La cuestión del referéndum de independencia, por ejemplo, no es una polémica que se genere en Inglaterra. Muchas veces la polémica se inicia en base a la reacción del receptor, no del emisor. Si en el siglo XV alguien se posicionaba a favor de la igualdad entre el hombre y la mujer, hubiera sido tachado de polémico. Si te digo que me posiciono a favor de que hubiera un referéndum en Cataluña, es para poder votar, nada más... Escocia lo ha hecho y no ha pasado absolutamente nada. ¿La polémica se genera a partir de lo que se dice o de quien lo recibe y como lo interpreta?
-¿Una independencia no supondría un retraso? Sobre todo en cultura, la estatal y la autonómica no podrían ayudarse a crecer mutuamente...
-No soy demasiado partidario de esta ruptura tan radical, ni creo que la mayoría votara por una independencia que supusiera una ruptura radical. No me considero independentista, pero me gustaría que Cataluña se pudiera realizar como identidad. Es una pelea que se tiene más que con España, con el Estado. Tú miras el mapa político, ¿y donde ha ganado el PP? En todos los lugares excepto Euskadi, Cataluña o en una parte de Andalucía. Hay diferencias [respecto al resto de comunidades autónomas]. Diferencias, no superioridad, ojo. No soy una persona patriota, ni en un sentido, ni en otro. Ni siquiera estoy especialmente orgulloso de ser un ser humano. ¿Y si tú quieres vestir de rosa y yo de azul? Que se debata, no puedo entender que se deje que se vote allí y aquí no. Es una cosa que no entiendo. Si Galicia quisiera votar entendería que es un problema local el cual se debe debatir en esa zona. Porque de no ser así nos posicionamos cerca de aquellos argumentos de Fraga Iribarne cuando decía esto de: "Cataluña tierra conquistada"... Cuando hablamos así, son términos bélicos, impositivos. Esta clarísimo... si consideras a Cataluña como "conquistada", mal vamos... No se pueden hablar con esos términos ni tampoco seducir al indeciso contestando con un "no" siempre. Además, aquí hay una sensación, es una manera muy poderosa, como que Barcelona tiene una vocación de capitalidad de algo.
-Bueno, quizás lo es. Una cultural, una cultura más alternativa, que rompe los corsés que parecen más presentes en Madrid...
-Bueno, puede ser... De todas maneras no creo en este tipo de rupturas radicales. No se cual sería la mejor opción, pero estoy a favor del federalismo. Creo que [la situación actual catalana] es una reacción de cabreo. "Pues me voy de aquí porque no has aceptado nada de lo que te he propuesto [el federalismo en la época de Maragall] cuando en realidad era mucho más light". El gobierno se ha posicionado siempre con negativas a cualquier propuesta. La reacción ha sido la radicalización. No creo que descubra el chocolate del loro. Por eso, teniendo en cuenta la cultura, la riqueza y la maravilla que es el castellano; a mi me partes en dos con una supuesta independencia. Desprenderme de una cultura que la considero absolutamente mía, al igual que la catalana.
En mi pueblo hay una cosa que me hace mucha gracia. En un bloque de pisos dos vecinos pusieron banderas en sus balcones, una la española y otro la independentista. Acabó todo en un entente cordial, "la quitas tu y la quito yo". Estuvieron dos años a ver quién quedaba como el más chulo, me hacia bastante gracia. Es un tema que me esta empezando a resultar un poco cansino. Las personas que optan por algo más sensato, como Ada Colau, un estado catalán, dentro del español; no se toman en consideración bajo ningún concepto. Si el PSOE habla de estado federal, los varones ya le dicen a Pedro Sánchez: "¿Dónde vas? ¿Dónde vas?". Eso frustra mucho, no hay manera... Es bastante cansino. Hay un momento que al final decides hacer tu vida y votar aquello que consideras en base a tu conciencia, pero no seguir el día a día de este mundillo. Pones alguna cadena de televisión y buf... parece que seguimos igual que hace diez años. Si se arreglase este tema, podríamos centrarnos en temas verdaderamente importantes, como la ecología o los derechos humanos.