De David LaChapelle a Pinazo. Las obras que han tenido presentes algunas de las voces del arte en València durante los últimos días
VALÈNCIA. Una catástrofe natural, cualquier catástrofe, sirve de material de primer orden para la creación artística. También para crear nuevos mitos. Por tanto es lógico que los efectos que devastan un fragmento enorme del área metropolitana de Valencia desde el último martes de octubre, sus imágenes, se conecten sin parar con referentes de nuestra propia cultura visual. Sus imágenes, su expresividad. Es un recurso de nuestra mente para poder abordar sentimientos que nos superan: comparamos para entender.
Con el mismo objetivo -comprender, compartir- pregunto a algunas de las voces destacadas en la gestión del arte valenciano. ¿En qué obra han estado pensando durante estos días?, ¿de qué manera esa obra les ha hecho reflexionar sobre la catástrofe?
Ester Alba Vicerrectora( de Cultura i Societat Universitat de València): “La obra que me viene a la mente es el cuadro La balsa de la Medusa de Théodore Géricault, pintado en 1819. Esta obra muestra un naufragio. Una escena de supervivencia y desesperación, que resuena con la catástrofe de la DANA en Valencia. En ambas situaciones, personas de toda condición, económica, social y étnica, muestran la fortaleza de la unión al ayudarse mutuamente para sobrevivir, simbolizando la fuerza de la solidaridad en momentos de crisis. Mientras que las personas supervivientes del cuadro buscan un refugio para salvarse del mar, las personas afectadas por la DANA enfrentan el reto de reconstruir sus hogares. En el horizonte de la obra de Géricault, una ola se atisba en el horizonte, como una advertencia... Esa misma que hoy nos enfrenta ante futuros desastres climáticos que podrían repetirse si no tomamos medidas urgentes”.
Pablo González Tornel (director Museu de Belles Arts de València): “Ecce Homo, de Guido Reni. Este retrato de Cristo de Guido Reni condensa con una gran economía de medios formales conceptos como hermosura, calma y generosidad, y responde al principio platónico de que la belleza es la manifestación visible de la bondad. Es esta la manera en la que el gran arte como el de Reni formula en imágenes las ideas, conceptos y emociones y es capaz de conectar con los afectos del espectador para, de alguna manera, sanar su alma. Como afirmó Fiodor Dostoyevski, “la belleza salvará el mundo”, y es esa belleza, que no es sino la manifestación visible del bien, la que puede descansar los ojos de la terrible situación que vive Valencia y ayudar a los que sufren a encontrar una paz que les ha sido arrebatada”.
Sonia Martínez (directora adjunta del IVAM): “Las ilustraciones de Ana Penyas, su trabajo contribuye a la reescritura y elaboración de una memoria colectiva y muestran el poder de la gente y lo popular, algo que hemos visto en los miles de voluntarios, personas autoorganizadas que desde el primer momento han estado ayudándose unas a otras. Esta Dana, además de sus efectos catastróficos, nos ha dejado entre muchas otras lecciones la importancia y necesidad de las redes de apoyo mutuo, del tejido asociativo, además de la labor de una juventud que ha sorprendido por su implicación y empatía a la hora de ayudar a los más afectados.
Las novelas gráficas de Ana Penyas ahondan en cómo se transmiten las vivencias muchas veces ignoradas de una generación pero, sobre todo, hablan de las vidas corrientes que construyen una sociedad contribuyendo a la creación de esa memoria colectiva. La Dana ha arrasado no solo con las posesiones de muchas personas, sino también con ‘esas pequeñas cosas’ de las que hablaba Serrat en su canción. Preservar los recuerdos personales es una forma de preservar la historia de nuestras comunidades. Porque del barro surgirá de nuevo la memoria. Y volveremos a recordar el poder que tiene ‘la gent’, como escribía Joan Brossa”.
José Luis Pérez Pont (ex director Centre del Carme, director de programación de la candidatura a Capital Europea de la Cultura de Las Palmas): “La obra Can’t help myself (2016), de Sun Yuan & Peng Yu, me viene a la cabeza estos días, cada vez que pienso en la tragedia que se vive en València. Se trata de una instalación robótica, situada dentro de una habitación de cristal. En el centro un brazo articulado tiene el propósito de contener un líquido granate, que acaba salpicando y manchando la habitación que lo rodea, en una tarea inútil. Es esa misma indolencia maquinal, ausente de alma, la que ha caracterizado y caracteriza la incapaz gestión de los máximos responsables del gobierno valenciano, con un enorme impacto sobre la vida y la muerte de las personas. Mientras, queriendo ocultar la realidad, esos dirigentes se siguen moviendo carentes de empatía, salpicando a su alrededor una sangre que no es la suya”.
José Ignacio Casar Pinazo (ex director Museu de Belles Arts de València): “He pensado en una obra de Pinazo, de pequeño formato como la mayoría de ellas. Tres mujeres recostadas en la orilla de la playa, bañadas por la luz de una luna incipiente, comparten abrazos y vivencias. Y comparo con las imágenes de la visita institucional del día 3 en Paiporta: ¡Cuánta testosterona entre los hombres y cuánta sororidad entre las mujeres! Nos falta tanto por aprender”.
Elisa Montesinos (directora Galería Vangar): “Me ha venido a la mente esta fotografía de David LaChapelle, de la serie Después del Diluvio. A pesar de que los aparentes protagonistas de este museo anegado son los cuadros, lo que más me llama la atención en esta obra es la ausencia de personas. Tanto por el contraste con las habituales fotografías del artista, pobladas de todo tipo de barrocos personajes, como - y sobre todo - porque se nos hace muy raro ver un museo sin personas. Es esa soledad de las obras de arte la que se hace evidente aquí, la que nos traslada a un futuro desolador, y que invita a reflexionar y a plantearnos que el arte y la cultura -y toda la producción humana- solo tienen razón de ser si seguimos aquí sobre la tierra para admirarlas”.
Olga Adelantado (directora Galería Luis Adelantado): “He estado reflexionando sobre algunas obras de Carmen Calvo y Darío Villalba, dos artistas cuya obra me ha acompañado durante estos días, especialmente en el contexto de ParisPhoto. Ambos siempre han dado voz a aquellos más vulnerables, cuestionando nuestra posición ante el mundo y dignificando al mismo tiempo a los desprotegidos. En estos días tan difíciles para nuestra ciudad, estas obras me han servido para reflexionar sobre la fragilidad de nuestra cultura y la importancia de recuperarla”.
Álvaro de los Ángeles (director La Documental Edicions): “Justamente el día 30 de octubre, al día siguiente de la barrancà, tenía una sesión del grupo de lectura ‘Pintan libros’ en el Museu de Belles Arts. Era la segunda sesión y, casualmente, en esta sesión, como en la primera, los libros elegidos dialogaban con la exposición temporal de Muñoz Degraín. Como la exposición concluyó el 13 de octubre, esta segunda sesión iba a tener lugar en la sala permanente del Museu dedicada al pintor valenciano. Estaba decidido desde antes del verano. En esta sala es donde se muestra el famoso cuadro Amor de madre (1912-1913), la escena de una madre que intenta salvar, con los brazos en alto, a su criatura entre una riada que ya le cubre hasta el cuello… Pensé en esto toda la mañana del 30 antes de que se cancelara la sesión, que aún no la hemos recuperado. Es muy literal, pero la coincidencia no deja de ser importante”.