VALÈNCIA. Llegan curvas, es el momento de afrontar la situación. Sujete su mascarilla (la buena) porque tras el frenazo generalizado por parte del gobierno para avanzar a la Fase 1 del desconfinamiento, la cosa se pone cuesta arriba. El pueblo se ha quedado con el rabo entre las piernas: herido, decepcionado, dolido en su orgullo y a dos metros de distancia. Un dolor que solamente el placebo de escribir en las redes sociales puede calmar.
En definitiva, se nota que a gran parte de la gente le falta el fútbol. Si no, no se explica que el avance en el desconfinamiento genere tanta controversia y desate pasiones e instintos de competitividad desbordados; sobre todo en el caso de la Comunitat Valenciana. Un chasco generalizado en su población, argumentado, razonado y a la par, expresado en abierto por parte de la administración de Ximo Puig. Ahí quedan las declaraciones post partido de la Consellera Ana Barceló, pidiendo casi, casi, la aplicación del VAR para la decisión tomada por el Gobierno de España.
Pero más allá del resultado final, en esta cuarentena lo importante es el partido que se está jugando en las redes sociales. Bajo esta premisa, Twitter ha vivido una semana de gloria a modo de tendencias, titulares, chapuzas políticas y momentos mágicos, como ha sido el caso del hashtag #Coronavision que se dio en la noche del pasado viernes- con más de 11.100 tweets- , bajo el cual, la imaginación colectiva dejó una muestra de la magia que reside esa plataforma social. -Aunque más veces de las deseadas quede enturbiada por el odio y los trolls-.
No obstante, como previa a este #Coronavision, la presidenta de la Comunidad de Madrid volvió a agitar el tarro de las polémicas virtuales. Si hace días Díaz Ayuso fue protagonista por los menús de Telepizza para los niños del bono comedor, esta semana la escopeta se le disparó por el descarado atrevimiento de petición de acceder a la Fase 1 del desconfinamiento por parte de su comunidad, justo cuando los números y baremos sobre la epidemia, en comparación a otros territorios, no lo recomendaban. Se creó tal revuelo, que el hecho supuso la dimisión de la directora de Salud de Madrid y una crisis interna con una repercusión notable. Una osadía política que las redes sociales no dejaron pasar y que dejó grandes interpretaciones en forma de parodia digital.
Justo al principio de la semana nos encontrábamos con el anuncio de Pablo Casado de votar no a la ampliación del Estado de Alarma que había avanzado Pedro Sánchez en su última intervención televisiva. Un hecho que despertó a las guerrillas políticas y ataques por todos los frentes en vísperas de la celebración del pleno de Congreso de los Diputados. Y más, cuando Esquerra Republicana de Catalunya también anunció un 'no' rotundo, pero con sus motivos, muy distintos a los del popular Pablo Casado.
Al final, negociaciones y corrillos políticos para sacar adelante una nueva ampliación del Estado de Alarma por parte del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos. Eso sí, a Ciudadanos le ha supuesto la deserción de un particular agitador de la casa; Juan Carlos Girauta, quien decidió bajarse del barco naranja por el viraje realizado por la dirección de su partido. Y ahora, ¿a dónde irá? Por las redes, el imaginario popular anda desatado.
Pero si ha habido una imagen que no ha pasado desapercibida del pleno del congreso de los diputados, ha sido la estampa mostrada por la Vicepresidenta Carmen Calvo en los sillones del Congreso de los Diputados. Esta crisis del Coronavirus está haciendo estragos y el desgaste en los mandatarios políticos es evidente. Y más a ella, que tras contraerla y estar fuera de juego durante unas semanas, volvió a escena; pero como saltó a la vista no estaba en su mejor día y decidió anteponer la comodidad a la corrección política. Todos somos humanos.
Aun así, el cachondeo en las redes sociales y sorpresa ante la estampa, no faltó. Memés como este, donde comparaban la situación con una escena de la película 'E.T., el extraterrestre' corrieron como la pólvora durante el miércoles 6 de mayo y convirtieron a la ministra y vicepresidencia en protagonista involuntaria de Twitter, en más de 20.600 tweets.
Todos sabemos que las plataformas sociales son un termómetro social que disecciona con más o menos certeza nuestra realidad. Conviene siempre marcar en rojo aquel contenido que lleva al odio, al bulo y a la ofensa; pero una vez tengamos claros esos límites, lo mejor es dejarse llevar y disfrutar del viaje interactivo.