El colectivo musical valenciano abre un ‘listening bar’ basado en el sonido de alta fidelidad. Es su manera de echar el ancla, con el altavoz por bandera
VALÈNCIA. Hay cuatro noticias buenas (o al menos cuatro) en que en un lugar como el 91 de la calle Jesús vaya a abrir un lugar para la escucha musical. La primera: quiénes están detrás son personas enraizadas a la comunidad local, ya con el suficiente empaque como para abrirse a una aventura como ésta, y a sus riesgos; la segunda, la propia apuesta por el sonido, una idea que no está exenta de radicalidad y que por ello tiene más mérito; la tercera es la zona, en los entornos de Patraix y Arrancapins, necesitada de una continuidad en iniciativas atrevidas, en plena reconfiguración; y la cuarta, su osciloscopio, el instrumento de visualización que representan gráficamente al instante las señales eléctricas y que formará parte de su lista de cachivaches. No, yo tampoco sabía qué era un osciloscopio.
Quizá por el momento de su proyecto, en plena mayoría de edad, o por la necesidad de encontrar un punto físico en el que detenerse -echar el ancla entre tanto movimiento-, theBasement está a punto de hacerse cuerpo en plena calle Jesús. El colectivo valenciano, especializado en eventos de electrónica (desde Días de Campo a ElencoHouse pasando por los escalones del IVAM), ha decidido que tendrá su lugar fijo en la ciudad.
Lo hará en la calle Jesús 91 de València, donde en los próximos días abrirá Hifi, una especie de club de alta fidelidad diseñado -según sus responsables- “para una experiencia sonora trascendental”. La mejor manera de explicar ‘qué es’ es preguntarles ‘por qué’.
“Generamos conceptos diferenciadores alrededor de la música y en espacios emblemáticos tanto en la ciudad como en el campo”, explican. “Siempre nos hemos preocupado por el sonido y, cuando conocimos a la gente de Admire Audio -quienes se han encargado de la instalación de audio- no dudamos en crear esta propuesta”. Identificaron que València necesitaba un espacio “para audiófilos, para escuchar discos y bailar”.
Fidelidades altas que lograrán a través de tres parejas de altavoces: Chip y Chop (“producidos ad hoc”), Starsky y Hutch (“en la contrabarra”) y dos subs que llenarán “la sala como si del océano se tratara”. Que los altavoces tengan nombre no es gratuito: son los protagonistas, aquí se vendrá a escuchar. “Será el primer local de València donde el sistema de sonido redefina los estándares, brindando una calidad de audio que transformará la forma en que vivimos la música”.
Repiten, al ritmo de quien pronuncia mantras, las palabras ‘escuchar’ y ‘madurez’, como si sintieran que el momento para probarse y para que ciudad les entiende, debía ser éste. Enumeran los ‘listening bars’ de Londres, Miami o Barcelona como ejemplos en los que pusieron el oído. Dicen sentirse inspirados por los bares japoneses de los años 50. “Nos dejamos seducir por su estética acogedora y su cálida ambientación, ideal para socializar y disfrutar de la música”.
Su lugar, a medio camino entre una trastienda ochentera y un club con contraseña, se despliega en Arrancapins y Patraix, alrededor del 46007, y a partir de un antiguo local de culto de reggae y dub que se les apareció justo cuando abrieron sus oficinas cerca de él. “Encontrar esta sala ha sido una señal. Llevábamos un tiempo buscando”. Es al mismo tiempo una aviso: la de propuestas de vanguardia que se alejan de enclaves como Russafa o el Carmen.
Entienden la apertura como un movimiento lógico en su dinámica interna, tras “diez años” en los que “se ha creado una comunidad alrededor de nuestra marca”. Aunque bajo la tutela de theBasement, Hifi tendrá sus propios códigos, abiertos al jazz, al reggae y dub, al soul o al funk. También con charlas y coloquios. “Aquí, la serenidad y las emociones humanas son tan cruciales como el detalle, la extensión y la potencia”, prometen. “El público sabrá que HIFI está pensado, curado y creado por theBasement, no obstante HIFI no es theBasement”.
Para el colectivo valenciano, fundado en 2012, será una manera de ponerse a prueba: “nos estamos conociendo en otros campos, como el sonido de alta gama, el diseño de producto, el interiorismo o simplemente el hecho de tener un espacio fijo. Nos ha enseñado muchísimo, y eso que aún no hemos abierto”.