Un álbum de paisajes en el Centre del Carme

VALÈNCIA. ¿Para qué sirve un paisaje? ¿Cuánto se puede politizar? Y sobre todo, ¿cuánto se puede despolitizar canalizándolo a través de la simple propuesta estética? Esta última pregunta tal vez sea la que pretenda generar la nueva exposición Si pudiera elegir mi paisaje, que se puede ver ya en el Centre del Carme. La exposición tiene como intención principal transformar el concepto del paisaje en una experiencia subjetiva y emocional desde el punto de visto del visitante. Una muestra colectiva que, reuniendo obras de 26 artistas contemporáneos, hace de la pluralidad de enfoques y lenguajes artísticos su propio discurso antidiscurso unitario.

María Tinoco e Isabel Pérez se unen para explotar una diversidad que se hace realidad en lo técnico y en lo conceptual a la hora de abordar el paisajismo: “Cada obra tiene un discurso propio y habla desde el punto de vista del artista, sobre su percepción del paisaje y lo que este significa”, señala Tinoco, quien también destaca que “se ha buscado una experiencia accesible y estética, dejando que sea el espectador quien complete el paisaje emocional planteado”. Es decir, centrar el paisaje no como una crítica o como un futuro posible, sino como una mirada estética que agrade al espectador.

El montaje de la exposición responde a un criterio que valora la independencia y autenticidad de cada pieza. “Es fundamental que cada obra respire por sí misma”, afirma Isabel Pérez. “Vivimos un momento del arte contemporáneo en el que abundan los discursos impuestos. Aquí, la falta de conexiones forzadas entre las piezas refleja la honestidad de los artistas y pone en valor su autenticidad”, añaden las comisarias hablando de que ni siquiera las obras de artistas valencianas tienen un denominador común.

Según cuenta el museo, "la propuesta aborda el concepto del paisaje desde la teoría del autor Alain Roger, quien defiende que el paisaje no existe como un elemento de la naturaleza en bruto, sino como una construcción cultural que cobra vida a través de la mirada del creador y, más tarde, del espectador".

Si pudiera elegir mi paisaje es una exposición hecha, desde su concepción, como producción propia y de "cuño nuevo". No estaba contemplada dentro de la programación de 2024, pero se ha ido trabajando de manera interna con la iniciativa principal de Isabel Pérez. Una de las huellas de la idiosincrasia de esta exposición es la amplia participación de artistas de la Comunitat Valenciana, que representan casi el 50% de las obras. 

Entre ellos se encuentran nombres reconocidos como Soledad Sevilla, Eduardo Peris, Guillermo Ros y Lara Ordóñez. Además, Joaquín Michavila, nacido en L’Alcora, es el único artista póstumo presente en la muestra. “La misión del Consorci de Museus es apoyar y visibilizar a los creadores de nuestra comunidad, especialmente en un momento tan complejo como el actual”, afirma Nicolás Bugeda, gerente del Consorcio. 

La exposición presenta una treintena de obras que abarcan disciplinas como la pintura, la escultura, la fotografía, el videoarte y las instalaciones. Entre los artistas participantes también se encuentran figuras nacionales e internacionales como Ángel Marcos, Babak Golkar, Santiago Ydáñez y Timo Nasseri. 

Entre las obras destacan piezas de videoarte que invitan al espectador a sumergirse en experiencias inmersivas, como las creaciones de James Casebere y Jane & Louise Wilson, donde el paisaje adquiere un carácter casi cinematográfico. Además, esculturas de Manolo Paz y Timo Nasseri plantean diálogos entre la materialidad y la abstracción, cuestionando la forma en que percibimos los elementos naturales. No hay enfoque perfecto, ni técnica ni material referente. Es un álbum de paisajes inconexos en lo discursivos pero que, a través del montaje, sí pretenden generar una "experiencia" para el público.

“El montaje se ha planteado para que las obras respiren, generando una atmósfera cómoda para el visitante. No se ha buscado un diálogo común entre las piezas porque requeriría una investigación exhaustiva y podría restar autenticidad a los discursos individuales”, explica Tinoco.

Cada pieza actúa como un espejo que refleja las emociones, preferencias y visiones del espectador. Y en un momento en el que el paisaje es uno de los grandes temas políticos del momento, la muestra busca precisamente escaparse de eso a través de la diversidad de miradas. Si el paisaje es todo esto, parece decir la exposición, no parecen caber planteamientos maximalistas. Tinoco señala ese otro lugar: “queremos que el visitante complete el paisaje pensado por el artista, que lo haga suyo”.

Si pudiera elegir mi paisaje no es tanto una exposición sobre paisajismo como elemento de estudio sino una propuesta de exploración, una invitación dejarse embaucar por las formas en que percibimos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea.