VALÈNCIA. Llegó la hora del primer examen en materia expositiva de la nueva etapa del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (CMCV). Un año después de la llegada de José Luis Pérez Pont al despacho de dirección, el Centre del Carme acogía ayer la primera inauguración resultante de las convocatorias públicas por las que se conformará a partir de ahora la mayor parte de la programación del espacio. El primer proyecto corre de la mano del artista Hugo Martínez-Tormo, un interesante planteamiento sobre la protección del medio ambiente bajo el título La deriva de un gesto post-romántico. Tras este punto de partida llegan distintas piezas, algunas de ellas realmente explícitas, sobre las consecuencias de la falta de conciencia ‘verde’, un proyecto que tiene su inicio en una botella de plástico tirada en el mar, un gesto que antes podía parecer romántico, cuando venía con un mensaje en su interior, pero que ahora poco tiene que ver con esto.
“Esta exposición nos introduce en el pensamiento del artista y nos transmite su preocupación por la preservación del medioambiente, con un bello y potente mensaje que se plantea a través del diálogo entre la ecología y las nuevas tecnologías”, indicó Pérez Pont. En las piezas 3DsoundPrinter_Plastic Bottle y 3DlightPrinter_Plastic Bottle deconstruyen con una impresora 3D dos botellas, una encontrada en el Parque Natural de la Albufera y otra en el Cabo de Gata, para generan una composición sonora y otra visual a partir del ritmo con el que la impresora genera dos botellas similares a las encontradas por el artistas, también expuestas.
Más explícita es la instalación El Cachalote, una vitrina de 10 metros de largo que incluye los componentes y materiales que fueron ingeridos y encontrados posteriormente en el interior de un cachalote macho hallado muerto en la playa del Castell de Ferro de Granada, en 2012. Entre ellos, dos macetas, treinta metros cuadrados de cubierta de invernadero, cinco cuerdas de nueve metros, un bote de detergente, etc. También muestra Martínez-Tormo de un manera clara las consecuencias de los actos ‘post-románticos’ en 1.16.625, una serie de tres fotografías donde se muestra el proceso de fragmentación de una botella de plástico flotando a la deriva en el mar. Los últimos estudios estiman que en un año se habrá dividido en 10.000 micropedazos produciendo compuestos muy tóxicos como el Bisfenol A, que acaban siendo ingeridos por los animales acuáticos y finalmente por los seres humanos.
La muestra concluye con la instalación audiovisual interactiva Message is the bottle, en la que el espectador condiciona el movimiento de una botella a la deriva en el mar como metáfora de que el ser humano controla y gestiona los residuos. “La propuesta de Hugo Martínez-Tormo es un primer ejemplo del alto nivel de los proyectos seleccionados y de las interesantes propuestas que vamos a empezar a ver este mes de mayo” ha explicado Pérez Pont y quien ha recordado que “la próxima semana inauguraremos el proyecto ganador de 365 dies VLC, de Juan Luis Toboso y la primera exposición de V.O, ‘Notificaciones’. “Con estas exposiciones vemos cómo se materializa el nuevo proyecto para el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana y para el Centre del Carme y comprobamos la necesidad y la importancia de democratizar la cultura contribuyendo con ello a la profesionalización del sector artístico de nuestra Comunitat”.