MEMORIAS DE ANTICUARIO

Una ruta para amar el patrimonio, sin salir de la provincia

1/07/2018 - 

VALÈNCIA. Llega el verano, sus consiguientes fines de semana y apetece salir de la metrópoli que nos ha acompañado como telón de fondo todo el invierno. Una vez en ruta, difícil resistirse a la cocina de la zona, si el entorno natural acompaña la cosa empieza a estar cerca de la perfección. Pero lo complementamos con alguna visita cultural, cerramos el círculo. Nos centraremos, en esta ocasión, en la Costera, La Vall d'Albaida y la Ribera Alta.

Joanes, el pintor de la Font de la Figuera

Cierto que la zona de Fontanars, ese precioso lugar al que le llegan las últimas briznas de brisa mediterránea y los primeros vientos continentales, o al revés, bien merece la pena por cuestiones meramente gastronómicas y paisajísticas. Bodegas, viñas, naturaleza. Pero aquí no hablaremos de cuestiones gastronómicas que para eso esta la Guía Hedonista. 

Así que, desde Fontanars del Alforins, podemos hacer poco más de diez quilómetros hacia la meseta hasta la Font de la Figuera, pueblo natal de uno de los pintores más importantes de la pintura española del Renacimiento: Joan de Joanes (1523-1579)Allí se encuentra el retablo del altar mayor de la iglesia de la Natividad, tratándose de uno de los escasos ejemplos de grandes retablos en la Comunitat Valenciana, que se hayan en el lugar para el que fueron concebidos. Muchos han acabado, por las más diversas causas, en museos como el de Bellas Artes de Valencia o bien “despiezados” como sucedió en el de la iglesia de San Esteban, pintado también por Juanes, y que fue trasladado a Madrid tras su compra o capricho de Carlos IV, hoy en el Museo del Prado. El que nos ocupa fue pintado entre 1547 y 1550 y se encuentra hoy en buenas condiciones puesto que fue objeto de una compleja restauración en el año 2004. Milagrosamente se salvó del incendio acaecido a poco de comenzar la Guerra Civil aunque sufrió daños debido al calor de las llamas. Además, todavía se conserva en la localidad su casa natalicia (complemento de la casa taller de València, una vez se trasladó a la ciudad, concretamente en la calle Baja, junto a la plaza del Árbol).

Albaida 

Todo amante del arte y concretamente aquellos que se dedican o que son aficionados a la ilustración, es inexcusable que no hayan visitado todavía la Casa- Museo del Pintor José Segrelles (1885-1969) en Albaida. Se encuentra en una pequeña callejuela de la histórica localidad de Albaida que desemboca en la plaza homónima. La casa fue proyectada por el propio artista en los años cuarenta, llamando la atención los motivos orientalistas que empleó en su decoración. Los herederos se ocupan de su conservación y la apertura a las visitas, pero recomiendo ponerse en contacto con el museo, a través de la web, para consultar los horarios de visita. Se conservan unas 150 obras originales entre las que destacan las ilustraciones para El Quijote o Las mil y una noches, una de sus obras cumbre y de la que hablamos en su día en un artículo. Dispone también de una excelente biblioteca que refleja el carácter erudito y de continua búsqueda intelectual de este artista universal.

Xátiva tiene una buena visita y larga

Bajamos hacia Xátiva entrando en la comarca de la Costera. El castillo, la gran Colegiata- uno de los edificios religiosos más imponentes de la Comunitat- el Almudí y su museo arqueológico, los palacios de su parte antigua... Xátiva tiene mucho que ver antes o después de una cazuela de arròs al forn. En la antigua Casa de L´Enseyança de Xátiva se encuentra el Museo de Bellas Artes de la ciudad que fue reinaugurado recientemente. Alberga una pequeña e interesante colección entre la que destaca una obra del José de Ribera- San Matías Apostol- que es depósito del Museo del Prado, así como un San Andrés y un Salvador.  Ribera es el gran maestro del tenebrismo español, nacido en la ciudad de la Costera como en más de una ocasión dejó constancia en la rúbrica de sus obras. A modo de curiosidad, en una de las salas, pende-boca abajo- desde mediados del siglo XX, el retrato de Felipe V, como castigo a haber ordenado el incendio de la ciudad en 1707. La ciudad nunca ha perdonado esa afrenta y ha convertido una obra del siglo XVIII  de un artista de segunda fila, Josep Amorós, que no pasaría de ser un cuadro correcto, en un símbolo de la localidad.

La Murta- Algemesí

Seguimos bajando. No se arrepentirán si visitan Santa María de la Murta, ya que no puede ser un paraje más fotogénico y pictórico. Si hubiese estado enclavado en Italia habría sido foco de atención de los artistas que se embarcaban en el Grand Tour, como hito recurrente en forma de dibujos o acuarelas de los cuadernos de viaje. La compleja historia que rodea este lugar se inicia, según la leyenda, en el siglo IV, momento en que San Donato funda un pequeño convento, que tras la ocupación musulmana y la reconquista es habitado por ermitaños. Tras muchas vicisitudes salen del Monasterio de Sant Jeroni de Cotalba un grupo de seis monjes que ocupan el monasterio de la Murta en 1401. Mientras se construye el monasterio definitivo, se encuentra la imagen de una Virgen en unos arbustos, dando nombre al lugar: Santa María de la Murta. En la construcción se ve implicada la nobleza y el más importante clero del momento, y fueron visitantes ilustres desde San Vicente Ferrer, el Patriarca Ribera o Felipe II. Tras la desamortización es abandonado y hoy es una evocadora y romántica ruina. Permanece en pie la Torre de las Palomas, que más parece una fortaleza que los restos de una construcción monástica, por su elevación y por sus almenas y matacanes.

Algemesí, Sant Jaume y Ribalta

Ya nos hallamos casi a nivel del mar en una inmensa planicie copada de naranjos que desemboca en la Albufera. Qué les voy a contar que ustedes no sepan. Hablar de Algemesí es hacerlo de Francisco Ribalta y de la iglesia de Sant Jaume. Un retablo que sufrió un expolio durante la Guerra Civil pero en el que todavía quedan cuatro grandes tablas de nuestro artista. Aquí hay que decir que en una prestigiosa galería madrileña está a la venta (si no se ha vendido ya) El sueño de José que indubitadamente pertenecía a dicho retablo. No creo que sea tan descabellado plantearse la compra de esa importante obra a través del crowdfunding o del mecenazgo. En países no muy alejados del nuestro estas cosas se hacen.

En el altar de San José en uno de los laterales, hay otras cuatro tablas ribalteñas y en el museo de la parroquia una Natividad y una Adoración de los Magos demás de una tabla de San Vicente Ferrer, sino recuerdo mal.

Otro elemento importante es el órgano. Se trata de un instrumento valenciano, pasa por ser el tercero más grande de la Comunitat Valenciana y la base de la caja pertenece al original de principios del siglo XVII.


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