“ABRID LAS ESCUELAS Y SE CERRARÁN LAS CÁRCELES”  

València reivindica a Rosalía de Castro y Concepción Arenal como precursoras del feminismo en España

Susana Gisbert, fiscal especializada en violencia de género, analizará el papel fundamental que ejerció Arenal en la defensa de los derechos de mujeres, huérfanos y en especial la población penitenciaria. La conferencia tendrá lugar el 25 de febrero dentro de las actividades que conmemoran cada año el nacimiento de Rosalía de Castro, fundadora de la poesía moderna en España

24/02/2022 - 

VALÈNCIA. La aportación de las intelectuales gallegas al avance de las conquistas de la mujer en España ha sido crucial. A lo largo del siglo XIX nacieron en esta tierra algunas de las escritoras y pensadoras protofeministas más significativas de nuestra historia. Las más conocidas fueron la poetisa y activista social Concepción Arenal (1820-1893); Rosalía de Castro (1837-1885), máximo exponente del Renacimiento de las letras gallegas, y la escritora naturalista Emilia Pardo Bazán (1851-1921). Pero también hubo otras menos conocidas como la periodista María Luz Morales (1889-1980) o la corresponsal de guerra coruñesa Sofía Casanova (1862-1958). Mucho antes de ellas vivió la heroína María Pita (1565-1643), a quien se atribuye la hazaña de lograr la retirada de las tropas inglesas de A Coruña con una pica en la mano, y otras lo hicieron mucho después, como la transgresora pintora Maruja Mallo (1902-1995). Todas ellas contribuyeron, desde distintos ámbitos y perspectivas, a poner los cimientos del movimiento feminista.

Cada año, el Centro Galego de València aprovecha la celebración del Día de Rosalía de Castro, que se da en los preámbulos del Dia de la Dona, para rendir homenaje a una de estas gallegas ilustres. En esta ocasión, el acto se desarrollará el viernes 25 de febrero en La Nau a partir de las 18.30 horas, con Concepción Arenal como coprotagonista. Las encargadas de analizar su figura serán la poetisa viguesa asentada en València Mila Villanueva, que hablará de su faceta como poeta, y Susana Gisbert Grifo (Valencia, 1966), fiscal especializada en violencia de género, escritora y activista feminista desde hace décadas. El suyo es un perfil muy adecuado para hablar de una pensadora incisiva, que se formó sorteando las leyes que impedían a las mujeres de su época acceder a la universidad. Ella asistió a clase igualmente, pero disfrazada de hombre. Fue descubierta y, aunque le permitieron continuar asistiendo como oyente, no llegó a recibir ningún título. A pesar de ello, su fortaleza de carácter y su deslumbrante inteligencia la ayudaron a convertirse en una autora traducida a multitud de idiomas y una de las voces más reclamadas en congresos penales de Europa y Estados Unidos.

Primeras denuncias contra la violencia de género

Su pensamiento, muy cercano al utilitarismo inglés, se centró sobre todo en la reclamación de reformas que mejoraran la situación de los desheredados del sistema: la clase obrera, los huérfanos, las prostitutas y los presos. A finales del siglo XIX, el sistema penitenciario español vivía de espaldas a los progresos liberales y tecnológicos del momento. Un ejemplo muy claro de ello era la costumbre de trasladar a los presos a pie cuando los cambiaban de cárcel. Un viaje de Madrid a Barcelona se realizaba a lo largo de cinco o seis meses de auténtica penuria: descalzos, con grilletes y obligados a dormir en los caminos. Arenal de preguntaba si acaso no era posible trasladarlos en tren. Escribía sin descanso contra el hacinamiento, la falta de respeto y los abusos de los funcionarios corruptos con los presos y las presas.

Aunque su faceta más conocida es la de visitadora de prisiones -suya es la célebre frase: “Abrid las escuelas y se cerrarán las cárceles”-, Susana Gisbert centrará su intervención en Arenal como referente feminista. “Su feminismo era bastante particular. No pretendía una ruptura radical, sino que era más bien pragmática y se acoplaba a los instrumentos disponibles en la época. Por ejemplo, no rompe con rol de esposa y madre -subraya la fiscal valenciana- y considera que las mujeres tenían derecho a ser abogadas, pero no las veía aptas para ser juezas, que es algo que me sorprendió mucho. En cualquier caso, fue una avanzada a su tiempo, porque escribió sobre el problema de la violencia de género y la necesidad de que el hombre participase en las tareas domésticas cuando nadie lo hacía”.

Rosalía Castro

Ahora que la vanguardia artística vive un auténtico idilio con el folclore y la reivindicación de las raíces y la cultura rural, la figura de Rosalía de Castro ha alcanzado una nueva dimensión. Las jóvenes generaciones se acercan a esta escritora melancólica y misteriosa con admiración y curiosidad. A pesar de su condición de mujer y de escribir desde la periferia metafórica y geográfica de Galicia, logró pasar a la historia como precursora de la revolución métrica en España; con ella, dicen muchos, se inició la poesía moderna. Pasó de ser una escritora romántica tardía a una pionera y rebelde, tanto en la literatura como en lo político, ámbito en el que sentía gran afinidad con los movimientos del socialismo utópico.

A ella se le atribuye la publicación de Cantares gallegos (1863), el primer libro impreso escrito íntegramente en la lengua vernácula, que marcó el inicio del Rexurdimento, un movimiento social, político y literario de reivindicación de la dignidad de su pueblo.

Además de denunciar la pobreza a la que estaba sometido el campesinado gallego y la precaria situación laboral que sufrían, Rosalía de Castro destacó por sus alegatos feministas, ya fuese criticando el concepto de matrimonio como institución carcelaria o defendiendo el derecho de la mujer desarrollar una carrera como escritora de pleno derecho, en lugar de percibirse como una intrusa.

“Sólo cantos de independencia y libertad han balbucido mis labios, aunque alrededor hubiese sentido, desde la cuna ya, el ruido de las cadenas que debían aprisionarme para siempre, porque el patrimonio de la mujer son los grillos de la esclavitud.

Yo, sin embargo, soy libre, libre como los pájaros, como las brisas; como los árabes en el desierto y el pirata en el mar”.

 Rosalía de Castro 
“Lieders” (1858)