VALÈNCIA. Tras cerca de dos años al frente de las competencias de Urbanismo en el Ayuntamiento de València, el concejal del ramo, Vicent Sarrià, continúa luchando contra el atasco en la concesión de licencias de obra. Al problema de falta de personal con el que se encontró a su llegada se le sumó el aluvión de solicitudes que llegaron con la recuperación económica y del sector, circunstancia que, lejos de calmar a los promotores, ha acentuado sus críticas. Al respecto, el edil socialista subraya que hay cierta "exageración" entre las protestas de los constructores y anuncia que antes de final de año prevé licitar el servicio de asistencia técnica para agilizar los trámites de estos permisos.
-No paran de anunciarse nuevas promociones en los barrios de expansión de la ciudad: Malilla, Patraix, Quatre Carreres, Benimámet…
-El mercado de obra nueva se está reactivando, como también lo está haciendo el de la rehabilitación. Se trata de una reactivación que obedece a muchos factores, pero nosotros creemos que pesa que València es una ciudad muy interesante en estos momentos para invertir. Cuando nosotros entramos a mediados del 2015 la actividad de obra nueva estaba absolutamente parada, y a pesar de ello el atasco que había en licencias de obra de rehabilitación era monumental. Es cierto que en estos dos años ha habido una recuperación muy notable que se ha traducido en un incremento sustancial de solicitud de licencias y que, además, creemos que se va a prolongar en el tiempo, tal y como marcan los indicadores con los que trabajamos.
-¿Cómo ve el Ayuntamiento el cambio de operadores del sector? Ahora dominan los grandes fondos, lejos el antiguo mercado en el que imperaban las firmas locales.
-Yo creo que su llegada, en conjunto, es una buena noticia, independientemente de que, como en cualquier cosa que incide en la vida económica de una ciudad, hay que mostrar ciertas cautelas por si pudiera tratarse de una burbuja, de algo coyuntural. Pero lo cierto es que València ofrece múltiples atractivos, unas grandes infraestructuras -aunque algunas por completar-, una ciudad que ha hecho una apuesta decidida por el 'crecimiento cero' en cuanto a la ocupación de nuevos territorios para tratar de completar la ciudad -con el desarrollo de las bolsas que quedan en el suelo ya calificado como urbanizable-. Es una ciudad turísticamente en crecimiento y con muchos atractivos para vivir y trabajar. Es normal que los fondos de inversión y otros agentes financieros la vean como lo que es. Haber reorientado el crecimiento hacia el interior de la ciudad protegiendo la huerta yo creo que también ha sido un aliciente para que las promotoras se vuelquen en completar las parcelas por desarrollar. Incluso se ha reactivado una herramienta que no se había utilizado durante años, como es el registro de solares, que ha cobrado una renovada actualidad.
-Los promotores hablan de atasco en la concesión de licencias, en ocasiones con retrasos de más de un año. ¿Existe este problema?
-Existe, pero creo que se exagera. Creo no, lo digo con convencimiento: en muchas ocasiones se exagera. Es cierto que la tramitación de licencias de obra y de actividad dista de ser lo ágil que nos gustaría. Cuando nosotros entramos la plantilla de técnicos asignados al servicio de licencias de obra estaba en un 75% por cubrir, y ello después de haber pasado por la burbuja. Nos encontramos un departamento menguado que acumulaba retrasos preocupantes en un momento sin casi actividad. Éramos conscientes de que debíamos invertir en él y, por ello, desde el minuto cero, nos preocupamos de dotarlo de la mayor plantilla posible que nos permite la tasa de reposición del Ayuntamiento. Por otro lado, hay un aspecto que incide notablemente en la tramitación de licencias, que es el aspecto normativo. La proliferación de legislación, de planes especiales, de Pepris, de planes de protección de entornos BIC... hacen a veces realmente complicada la emisión de informes en determinadas situaciones y en determinados ámbitos de la ciudad. Trabajamos también en la armonización de los criterios técnicos para el informe de licencias de licitación. A esos efectos constituimos una comisión porque comprobamos que, efectivamente, a veces los criterios técnicos en el trámite de una licencia presentaban discrepancias o diferencias que no favorecían que se aplicaran con la debida agilidad.
"Antes de final de año licitaremos la asistencia técnica para la concesión de licencias"
En este sentido, en breve sacaremos a licitación una asistencia técnica para la prestación de un servicio que se ha calificado como 'informe previo', que era una figura que existía hace años a través de un convenio con el Colegio de Arquitectos. Nuestra intención desde el principio era recuperar esta figura: que una entidad o colegio ayude a cualquier interesado a gestionar una licencia de edificación, a gestionar con mayor la documentación previa para agilizar su tramitación y evitar tener que realizar modificaciones. Esto dio un buen resultado en los años 90, pero los servicios jurídicos nos dijeron que no se puede utilizar porque Competencia no lo permite. Entonces decidimos sacarlo a concurso. Antes de final de año lo licitaremos. Yo creo que contribuirá notablemente a que los proyectos lleguen mejor preparados y se tramiten con mayor agilidad. En cualquier caso, hay que subrayar el incremento de la actividad de los últimos años, lo que ha supuesto un volumen de trabajo mucho mayor. A modo de ejemplo, solo en El Cabanyal han sido 400 las licencias a tramitar para las ayudas del ARRU. Con unos medios escasos y un volumen muy superior es lógico que haya retrasos. En todo caso, a veces se tiende a confundir. Todas las licencias no son iguales. Los trámites pueden alargarse, pero no siempre porque haya un atasco en el ayuntamiento. También porque el Ayuntamiento tiene cosas que subsanar.
-A qué responden los cambios recientes realizados en el departamento ¿Tiene que ver la salida del jefe de servicio con esta cuestión?
-En los equipos municipales de cualquier servicio los cambios son una cuestión habitual. Quizá en este caso coincidió en el tiempo con una reivindicación de los promotores y por ello la noticia ha tenido más repercusión de lo normal. El anterior jefe de servicio es un profesional que merece toda nuestra consideración y que durante muchos años ha dirigido el servicio. El cambio se produce con la intención de refrescarlo y mejorar su funcionamiento. Llevaba más de 18 años en el cargo. Es bueno a veces cambiar.
-Los promotores también discrepan sobre la cifra de 40.000 viviendas que, según ustedes, se podrán construir en València en las próximas dos décadas tras la aprobación de las alegaciones al Plan General. Opinan que no son tantas y que restringir la construcción al suelo existente disparará los precios...
"Nuestra responsabilidad no es ofrecer suelo barato a los promotores, sino plantear un modelo de ciudad sostenible y que garantice la construcción de un número de viviendas suficiente"
-El suelo siempre es limitado. La apuesta del Gobierno municipal de no seguir creciendo a costa de la huerta -que en todo caso también sería limitado- tiene el efecto de que se vuelva la mirada sobre las importantes bolsas de suelo que hay en la ciudad y la multitud de solares y zonas por edificar que quedan todavía. Las 40.000 viviendas son un cálculo aproximado que en breve concretaremos a los promotores en una reunión con ellos. La mayor o menor dificultad para hacerse con el suelo es un asunto distinto. El suelo cobra valor en la medida en que hay menos del que se preveía para construir, pero es cierto también que nuestra responsabilidad política no es ofrecer suelo barato a los promotores, sino plantear un modelo de ciudad sostenible y que garantice la construcción de un número de viviendas suficiente para el crecimiento previsto para los próximos años en la ciudad, que es alcanzar el millón de habitantes. Creemos que entre esas alrededor de 40.000 viviendas nuevas y otras 65.000 que hay actualmente vacías el stock es suficiente. Lo que era incomprensible era tener solares sin construir y prever la construcción en la huerta.
-De ahí la reactivación del registro de solares. ¿Cómo van los procesos iniciados por Grupo Siso, la empresa privada que está instando a la expropiación y desarrollo de parcelas por construir?
-El anterior Gobierno Municipal nunca tuvo la intención de utilizar el registro de solares y edificios a rehabilitar ante los incumplimientos del deber edificatorio, que además no contribuyen en absoluto al decoro urbano. Es por ello que nosotros decidimos apostar por esta herramienta. Lo sorprendente ha sido que, por primera vez, la iniciativa privada ha tenido interés en poner en marcha esta figura. En estos momentos es un incentivo más, garantista, hay que subrayarlo, porque no impide que los propietarios de los solares cumplan su deber edificatorio. De hecho yo creo que en muchos casos estos procesos se traducirán en los próximos meses en peticiones de licencias. Cada uno de los solares tiene una tramitación diferente. Allí donde el propietario manifieste que puede hacerlo pedirá la licencia, y donde no sea posible continuará la tramitación hasta su incursión en el registro de solares.
-¿Ha relanzado el PAI del Grao la llegada de Atitlan y Martinavarro, los nuevos dueños de un tercio de los terrenos?
-Yo creo que la propia actividad del Ayuntamiento de València también ha contribuido a que se resuelva. El PAI del Grao nos lo encontramos en una situación de estancamiento, con problemas en el planeamiento, y con un convenio con la Generalitat que obliga al Ayuntamiento a arbitrar fórmulas para devolver alrededor de 40 millones de euros por el coste de la ejecución del circuito, lo que supone una pesada carga para el sector. Hemos trabajado duro para clarificar su futuro y estoy seguro de que ello lo ha convertido en un suelo atractivo para invertir.
-¿Se le va a exigir la cifra íntegra de 40 millones a los propietarios?
-El proyecto de urbanización del sector estaba concebido con la celebración anual de un gran premio, y obviamente tal circunstancia ya no va a producirse. Una vez la Generalitat confirmó que no había ninguna intención de hacerlo así se ha podido empezar a trabajar en una reformulación. Nos hemos emplazado tanto la Generalitat como nosotros a buscar soluciones que permitan jurídicamente resolver un asunto que firmaron otras personas. Es una cuestión muy delicada. En lo que están trabajando los servicios municipales es en valorar exactamente qué parte de la inversión es repercutible a los propietarios cuando se urbanicen los terrenos. Es repercutible todo aquello que beneficie a la urbanización futura, pero eso hay que justificarlo técnicamente de forma rigurosa. Es un trabajo que se está haciendo y que en breve se tendrá, y que concretará exactamente el coste. Una cosa es lo que la Generalitat se gastó y otra lo que es repercutible como carga de urbanización a quien lo urbanice.