VALENCIA. Los dos grandes fiestones en Madrid de la semana pasada fueron el del estreno de "KIKI, el amor se hace" -la película de Paco León-, y el cumpleaños de Eduardo Casanova (el alocado Fidel en la serie “Aída” y Chencho en “Gym Tony”). Eduardo Casanova ha dirigido un cortometraje, FIDEL, que se estrenará en la sección oficial del muy próximo Festival de cine de Málaga. El argumento gira en torno a la mutua apertura de embajadas en Cuba y EUU después de 54 años (Rita sólo llegó a 25) y el pueblo cubano cada vez tiene más ansias de internetes, Zaras, Burguer Kings y Apples. Ante esto, Fidel, líder de la revolución, en plena decadencia como su país, se encuentra solo y escondido.
La fiesta de cumpleaños, con invitados a lista cerrada, tenía un dress-code rosa y se degustó una escatológica (creo que no necesito explicar más) tarta de cumpleaños de chocolate que dejó a los asistentes -se podía usar papel higiénico rosa a modo de servilleta- con los dientes marrones. Lo de la escatología no sólo viene en homenaje a la inmunda Divine en la famosa escena de la película de John Waters “; también el toque trash tiene relación con el corto con el que Casanova participó en el NoTodoFilmFest. Su exhibición en las redes colapsó la página de Jameson y tenía el siguiente argumento: Samantha, una joven interpretada por Ana María Polvorosa (la Lore en 'Aída') nació con una peculiar tara física: tiene el ano donde debería tener la boca, y viceversa.
Aunque en Valencia también conocemos a muchas personas con dicha particularidad, lo que le interesaba a su joven director era mostrar cómo ser físicamente diferente es motivo de censura, algo que siempre le ha indignado porque no elegimos cómo nacemos. Confiesa que en algún momento ha sentido que hacía cosas que la gente no veía bien, aunque a él le parecieran de lo más normal.
En la fiesta estaban la actriz y ahora cantante Josele Román; el actor, cantante de Peor Imposible y ex-chef del bar Flexas, de Palma de Mallorca, Fernando Estrella; la actriz tragicómica Mariola Fuentes (Perdona, bonita) y Angel Pantoja, artista sevillano www.angelpantoja.es, que también ha hecho una colaboración en la película Kiki: fascinado por sus retratos, el director de esta cinta no dudó en contar con su talento para inmortalizar a su actriz protagonista, Mari Paz Sayago, cuyo personaje está siempre en continua transformación, como los gusanos de seda.
Como obsequio de cumpleaños, Paco León rodó un video con su madre, la popular Carmina, junto a Fernando Estrella, que es uno de los personajes de Kiki, preparando ambos un gazpacho en la cocina de la casa de Eduardo y una tortilla. Creo que era una tortilla, aunque de lo que sí estoy seguro es que en la cocina había una botella de whisky.
También está en Madrid el encantador actor, director y productor teatral de Elche Pepe Miravete, al que me encuentro a la salida de su provocador espectáculo “Guerra”, un musical en 3D en el que participan el aparentemente ajeno Albert Pla, Fermín Muguruza y “Refree”.
Muguruza, ex miembro de Kortatu, ha estado doce años sin trabajar en Madrid (imaginen por qué) y vuelve también en junio en el festival “Cultura Inquieta” de Getafe que no va a cancelar ni su concierto ni el de los raperos valencianos Los Chikos del Maíz, programados para el 2 de julio y el 30 de junio. Los responsables dicen que ellos trabajan "única y exclusivamente por la cultura, la música y las artes" y que "defienden rotundamente la libertad de expresión". La polémica está servida.
Junto con el actor Sergio Pazos (CQC), el fotógrafo Alfredo Tobía y la periodista y directora de cine Vampirela, Miravete, Muguruza, el tímido Pla y un servidor nos vamos a la bodega Maxi a charlar de cosas de intelectuales, ya saben.
Hay dos bodegas llamadas Maxi en Madrid, la de la Latina, donde hacen los famosos mejores callos de Madrid y la bodega Maxi de Lavapiés, en realidad bodega Lo Máximo. En esta última es donde actúa habitualmente el otro Tonino, Tonino Carotone, y también lo hace su novia, la cantante de boleros Piluca, con quienes me saqué una foto mítica.
Nos encontramos también, charlando con unos amigos, al diputado Alberto Rodríguez, el canario altísimo de las rastas del que Celia Villalobos y Pilar Cernuda dijeron que olía mal o tenía piojos o ambas cosas (recuerdo que antes estas mujeres no eran tan rancias). Pude comprobar personalmente y de cerca que no es cierto: la higiene de este joven es impecable, aunque su estatura le da una apariencia de personaje galáctico. Esa misma tarde, Rodríguez había defendido en el Congreso el incremento del salario base frente a la oposición habitual: “¿Tendrán la poca vergüenza de votar en contra de la subida del salario mínimo cobrando ustedes 4.000 euros?”. Si algo huele mal aquí y tiene parásitos, no es precisamente este joven. Por cierto que circulaba en el aire el rumor por la capital de que la periodista de Valencia Plaza, Loreto Ochando, debe estar amenazada por lo de aquello que ya tu sabes, porque está como fichada por la Sexta. A saber. Le preguntaré sobre ello cuando me la encuentre.
La semana que viene empiezan en Madrid los desfiles de la moda nupcial, así que en vez de hablarles de la nueva dirección de Culturarts, que merece un buen capítulo especial del que ya se engargarán mis compañeros, les comentaré lo más de lo más: la exhibición de trajes de novia de Anibal Laguna, el que le hizo el vestido a Terelu. Promete ser lo más fascinante de este mes, quizá más que las obras trash de Eduardo Casanova. Habrá que verlo.
Nunca el caluroso verano madrileño nos hizo sudar la gota gorda con tanto gusto. El andaluz presenta una comedia agradable y bien grabada contra los estereotipos sexuales