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Plantea un modelo "híbrido" que respete los pactos en Valencia y Alicante

Climent traslada a la costa la guerra contra la libre apertura del comercio en domingo

El conseller asume la dificultad de eliminar la liberalización en Valencia y plantea ahora un mapa con excepciones que al menos acabe con su propagación en los municipios del litoral

12/04/2016 - 

VALENCIA. La Conselleria de Economía Sostenible sigue en la batalla contra la apertura en domingo pese al golpe encajado en Valencia -con la continuidad de la libertad horaria para el gran comercio en la ciudad, ahora acotada a sólo dos zonas-. Así lo puso de manifiesto este lunes el conseller Rafael Climent, que en absoluto renuncia a su plan de acabar con las áreas liberalizadas que, cada vez más, se declaran en la Comunidad Valenciana, en particular en los municipios turísticos del litoral.

Su intento a la desesperada de concentrar la apertura en domingo en verano, Navidad y Pascua a cambio de suprimir la libertad total fue rechazado por Valencia y Alicante, pero el dirigente lo vuelve ahora a probar suerte con un modelo "híbrido" que respete los pactos alcanzados en las grandes ciudades pero que, a su vez, logre revertir la liberalización en el resto de la autonomía, donde cada vez está más presente.

El decreto vigente del exconseller del PP Máximo Buch, aprobado en el último aliento de la pasada legislatura, logró atajar la declaración de Zonas de Gran Afluencia Turística (ZGAT) -consideración que acarrea la liberalización de horarios para el comercio-, pero sólo lo hizo en el área metropolitana de Valencia, donde se concentraba la presión de importantes superficies comerciales como Ikea, MN4, Gran Turia o Bonaire por adquirir este estatus para abrir sus puertas los siete días de la semana.

Lo cierto es que la normativa heredada, cuya filosofía consiste en permitir la apertura en domingo allí donde el turismo sea una realidad, está cumpliendo a la perfección con su propósito, hasta el punto que ya son más de 50 los municipios de la autonomía que cuentan con Zonas de Gran Afluencia Turística activas en algún momento del año.

Se trata de un escenario que no gusta en absoluto a la Conselleria de Economía Sostenible y, en particular, al director general de Comercio, Natxo Costa, que lejos de cumplir con la doctrina de Compromís de recuperar el domingo como jornada de descanso se ve obligado a decretar nuevas zonas liberalizadas a petición de los ayuntamientos solicitantes, tal y como establece la normativa. En esta línea, el propio conseller Climent se mostraba este lunes insatisfecho con el devenir de los acontecimientos: "Mi optimismo de hace unos meses ya no lo es tanto en la actualidad".

El conseller, sin embargo, no tira la toalla. Preguntado sobre la última intentona de su conselleria de lograr el fin de la liberalización de horarios -que consistió en ofrecer hasta 22 festivos fijos de apertura repartidos entre verano, Navidad y Pascua a cambio de suprimir las zonas de libertad total-, Climent subrayó que la conselleria "seguirá tratando de llegar a acuerdos e intentando que las posturas sigan aproximándose".

En efecto, la administración autonómica no ha dejado de trabajar en esta vía en ningún momento. Costa ya ha sondeado a la mayoría de las asociaciones más representativas del comercio, y ni los grandes ni los pequeños operadores se oponen de entrada a esta fórmula, si bien ello no significa -ni mucho menos- que le vaya a resultar fácil lograr su respaldo.

Pese a la dificultad que entraña, obtener un apoyo mayoritario en el Observatorio del Comercio de la Comunidad Valencia -el organismo consultivo que congrega al sector en la autonomía- no parece una misión inalcanzable para Climent. Sin embargo, existe un escollo verdaderamente complejo con el que ya se ha topado su equipo: los ayuntamientos con zonas liberalizadas a las que no están dispuestos a renunciar. Los casos más evidentes son los de Valencia y Alicante, cuyos alcaldes se han desmarcado sin tapujos de la hoja de ruta de la Conselleria de Economía Sostenible.

En el caso de la capital de la Comunidad Valenciana, Joan Ribó, pese a compartir formación política con Climent y Costa, no está dispuesto a renunciar al pacto con el que, tras la cesión de los grandes y los pequeños formatos del comercio, se ha alcanzado un meritorio punto de encuentro que ha devuelto la paz al sector tras años de enfrentamiento. El caso de Alicante es más peculiar. En la ciudad, el alcalde socialista, Gabriel Echávarri, tras eliminar por completo la libertad de horarios para el gran comercio hace sólo unos meses, aspira ahora a lo contrario: decretar la liberalización en toda la ciudad, si bien todavía no ha encontrado los apoyos para conseguirlo en el pleno municipal.

Ambos obstáculos se antojan insalvables, porque además ambas ciudades han de tener una Zona de Gran Afluencia Turística por mandato de la ley estatal. Climent, sin embargo, está dispuesto al menos a sortearlos: "Seguiremos tratando de llegar a acuerdos. Si podemos hacer un híbrido trataremos de hacer un híbrido", aseguró este lunes.

Por "híbrido" se entiende un escenario en el que ciudades como Valencia conservarían sus zonas liberalizadas mientras que en el resto de la autonomía las aperturas del comercio en domingo se circunscribirían a los mencionados periodos de verano, Navidad y Pascua. No obstante, está por ver el modo con el que el Consell logra revertir la Zona de Gran Afluencia Turística de la que disfrutan medio centenar de poblaciones en el resto del territorio, muchas de ellas con un marcado carácter turístico que se extiende más allá de los meses fuertes del verano, tales como Benidorm, Torrevieja, Jávea, DéniaBenicàssim o Peñíscola.

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