CASTELLÓ. Comer, que placer. Sentir en nuestro paladar nuevos sabores de diferentes partes del mundo. Por que sí, la comida hace viajar y es capaz de trasladarnos de un solo bocado a los lugares más espectaculares del planeta. La gastronomía es una de las formas más deliciosas en la que adentrarse en la cultura de un país, por que a través de sus platos tradicionales experimentas de primera mano la forma de vida de sus habitantes. La interculturalidad y la fusión de diferentes países llegan a Benicàssim de la mano del Rototom Sunsplash, que este año ofrece más de 40 propuestas culinarias con las que recorrer cuatro continentes sin salir del recinto.
La primera parada de esta aventura gastronómica llega hasta África donde puedes saborear el auténtico sabor etíope y marfileño con un tibs, un salteado de carne o verdura acompañado de ensalada, mientras disfrutas de una animada clase de baile africano en la que todo el mundo puede participar. El Magreb está presente con una gran variedad de dulces típicos marroquíes, como la chebakia o ghoriba que entran solos acompañados de una taza de té sentado en un puf otomano.
América Latina es la más presente ofreciendo propuestas de Cuba, Puerto Rico o Argentina, que con su asado tradicional seduce a los clientes hambrientos que llegan al Latin Food atraídos por el olor de las brasas. Pero si se pretende descubrir cual es el sabor del Rototom, la respuesta es Jamaica, y es que no se puede abandonar el festival sin probar el pollo yerk, la especialidad isleña.
Países como Tailandia, Japón o India representan a Asia ofreciendo propuestas creativas para los amantes de la comida oriental. Sin olvidar a Europa la comida española, griega e italiana ofrecen arroces, bocadillos, tapas y pizzas como forma rápida y deliciosa de comer mientras paseas por el inmenso mercadillo de productos artesanales en busca del siguiente tentempié que te ayude a aguantar la velada nocturna. La comida vegana, cocinada sin alimentos de origen animal, o platos orgánicos son una manera de educar a la población sobre una nueva forma alternativa de alimentación.
Como propuesta novedosa, esta edición el Rototom pretende evitar el despilfarro alimenticio y frenar las emisiones de efecto invernadero que genera el ser humano con el derroche de comida. Por ello, todos los establecimientos de la zona gastronómica podrán donar el excedente de productos no perecederos al Banco de Alimentos de Castellón que de manera solidaria se encargará de distribuirlos entre las ONG de la provincia.
Además, el festival instalará cuatro puntos de truque de objetos en el camping con el objetivo de reducir el volumen de residuos que se originan. Dos de ellos serán de intercambio general y otros dos serán exclusivamente para el intercambio de alimentos, donde los campistas podrán dejar mensajes en un tablero sobre los productos que deseen intercambiar.
El nuevo espacio dedicado a las bebidas alternativas amplía la oferta gastronómica del Rototom 2019. La diversa oferta se compone de cócteles preparados con refresco orgánicos, jugos africanos de jengibre y bissap, una bebida reconocida por sus propiedades energéticas, tonificantes y digestivas preparada a base de flores de hibisco rojo.
La sorprendente kombucha casera despierta admiración entre las personas que se acercan al puesto. Elaborada a base de té endulzado y fermentado, esta bebida con toques ácidos y presentada en un bote de cristal se trata de una opción refrescante para hacer frente a la calor sofocante que se vive en el recinto.