CASTELLÓ. No lleva toda la vida haciendo música, pero desde que Barbara Breva se subió a los escenarios hace más de una década no ha dejado de mostrar un compromiso irrenunciable por el jazz. Y es que, además de continuar dando vida a un género minoritario como este, su amor por el mismo le lleva a querer acercarlo a más público. En sus directos, la artista parte del jazz para ofrecer actuaciones donde se entremezclan diferentes géneros para así posibilitar que más público entre en sintonía con lo que ofrece. No cree pues en la música purista ni en que esta deba ser vista como un "producto de culto".
Ahora bien, en sus conciertos, Breva busca las raíces del jazz, pero también de la copla o del blues. Músicas de las que mueven y permanecen en el tiempo al margen de cualquier moda o tendencia. La artista atiende a Castellón Plaza antes de su actuación de este domingo en el Festival de Jazz de Castelló, junto a la Big Band Mondo.
-No hay muchos ciclos que programen jazz, pero en cuanto hay uno en Castellón aparece tu nombre. ¿Te sientes, de alguna manera, prescriptora del género en la provincia?
-Para nada, hay grandes músicos de jazz con una importante trayectoria en la provincia, a quienes admiro y con los que he tenido la suerte de poder colaborar. Es cierto que últimamente he tenido la oportunidad de presentar proyectos con distinto formato en varios festivales y estoy muy agradecida. Por otro lado, mi propuesta es diferente, quizá menos purista, pues he apostado por acercar el jazz a otros públicos y mezclarlo con distintos géneros.
-¿Cómo llegaste a la música?
-Casi por casualidad.. ¡Empecé con más de 30 años! Siempre me había gustado cantar pero al volver a Castellón después de vivir fuera me apunté a unas clases y.. Me atrapó el jazz por ese punto que tiene de improvisación, pero también me gusta mucho bucear en otros estilos. Eso me motivó a acercar el jazz a otras músicas, y también incitar a los jazzistas a que descubran estilos diferentes. Cada música tiene su momento. De hecho, para mi cada actuación es un recorrido emocional. Hay canciones más intimistas y melancólicas, otras más descaradas y vitales... La música es un canal para sentir tus propias emociones y transmitirlas, pues en el escenario expresas inquietudes que no siempre te atreverías a dejar ver en el mundo real.
-Y por lo que hace al jazz, ¿crees que este ha asumido sin quererlo un papel 'secundario' en la industria musical?
-El problema del jazz es que no es una música mayoritaria, igual que ocurre con la clásica.. Son estilos que en algunos aspectos tienen más complejidad y en la era del reggaeton, lo que vaya mas allá de dos acordes parece difícil de escuchar. Pero hay muchas vertientes. Entiendo que el público mayoritario se vaya hacia otras músicas, pero todas conviven juntas, de ahí mi apuesta por acercarla a otros oídos y conseguir que el jazz no sea algo minoritario ni se vea como un producto de culto.
-Compatibilizas el escenario con otras actividades profesionales.. ¿Te gustaría que la música ocupara más espacio en tu vida?
-Los músicos y los artistas en general dedicamos muchas horas a nuestro oficio y si tienes además otras ocupaciones laborales supone sin duda un coste personal. Sales de un trabajo para ir a hacer música, que es otro trabajo, y acabas a las mil. Los fines de semana no descansas, trabajas.. Todo ello requiere de un sacrificio grande no solo por tu parte, sino también por parte de quienes están a tu lado.. tu familia, tus amigos.. ¡no te ven el pelo! Pero me siento muy agradecida por el apoyo de la gente que tengo cerca. Desde fuera solo se ve la parte del escenario, pero si quieres perseverar en cualquier disciplina artística hay detrás muchos años de estudio y muchas horas dedicadas a la investigación, y también al marketing y la producción. Antes había más figuras de representantes y discográficas que te apoyaban. Ahora lo tenemos que hacer casi todo nosotros.
-Cuando el año pasado participaste en el Festival de Jazz de Peñíscola, la pandemia estaba todavía muy reciente. ¿Cómo llega Barbara Breva al Festival de Castelló?
-Ha pasado tiempo, pero seguimos con muchas medidas de seguridad. El aforo del teatro está muy limitado, hemos hecho sold out. Con todo, para los músicos la pandemia está siendo un momento muy difícil. Si bien es verdad que el músico profesional está acostumbrado a estar en casa estudiando y ensayando, la finalidad es poder transmitirlo en directo, y esto no lo hemos podido hacer. Que los escenarios hayan estado tanto tiempo cerrados ha derivado en problemas personales y económicos. ¿Cómo lo he afrontado yo? Estudiando, dando clases y haciendo colaboraciones desde casa con otros músicos. Pero llevamos todos mucho tiempo sin tocar y necesitamos reencontrarnos con el público, es lo que da sentido a nuestro trabajo.
-Comentabas en otra entrevista que ibas a tratar de cantar más temas propios, porque te habías enganchado a la escritura. ¿Han nacido canciones durante este tiempo?
-Alguna, que de hecho tocaré en el concierto. Pero ahora mismo estoy preparando un proyecto más de jazz-fusión que no será de temas propios. Después de esto, sí creo que un disco de temas propios saldrá a la luz. Tengo muchas canciones en la cabeza que quiero hacer, pues hay mucho contenido emocional que sacar. Las canciones siempre están dentro del corazón de uno, la cuestión es sentarse a escribirlas.
-Te subes al escenario junto a la Big Band Mondo. ¿Qué se generará en el directo?
-El repertorio es muy variado. La Big Band Mondo tocará varias piezas, alguna de compositores locales, dirigida por Jesús Gallardo, batería con una importante trayectoria y muy conocido en la música local y valenciana. Por mi parte, interpretaré temas de musicales, bolero, copla, swing, latin... Es bastante ecléctico. Creo que a la gente le gustará. Conecta con lo que decíamos antes de promover distintas emociones en un mismo concierto.
-¿Qué canciones no faltan nunca en tu repetorio?
-No sabría decirte una canción. Me encanta recrear temas clásicos y llevarlos a otro lugar.. el blues y los temas de autor siempre tienen su sitio, igual que cantar a ‘a capella’, y en distintos idiomas. En este concierto, entre otros clásicos interpretaré 'Y sin embargo te quiero', con un arreglo muy bonito del saxofonista Ramón Cardo.
-Resulta inevitable preguntarte por el accidente de tráfico que marcó tu vida hace casi tres años. ¿Siguen llegándote aprendizajes de aquel día?
-Sí, el aprendizaje principal es que la vida es muy efímera. Siempre estamos planificando, y está bien, pero todo puede cambiar en un segundo, por lo que hay que esforzarse por vivir el presente. Ese es uno de los mayores aprendizajes que me llevo, junto al de aprender a Ser. Vivimos en un mundo que valora el Hacer, y cuando estás inmóvil en una cama y no puedes hacer nada más que mover el brazo izquierdo te das cuenta de que con sonreír a la enfermera, ya es suficiente. No hace falta más. También me impresionó la capacidad de regeneración que tiene el cuerpo, pues si le das el cauce apropiado, se va curando solo. Ver como los huesos se juntan me parece casi un milagro. Y aprendí a valorar mucho más el trabajo de la gente que no se ve. En un mundo el que parece que el modelo a seguir son famosos, actores o futbolistas te das cuenta de que ahí están las enfermeras, los médicos o los bomberos salvando vidas todos los días. No tienen suficiente reconocimiento, sin embargo su labor es muy importante, igual que la de todos. La vida y el quehacer de cada persona, cuenta.
-Volviendo a una pregunta más amable, ¿qué es lo último que has escuchado que te ha sorprendido?
-Me han gustando mucho algunos conciertos de música clásica a los que he ido últimamente en Castellón, en los que se ha hecho un esfuerzo por aproximarse más al público con efectos de luces, interactuando, hablando.. las músicas minoritarias tenemos que hacer un esfuerzo para llegar más a la gente.
Por otro lado, me gustaría destacar la labor de la cultura, que durante la pandemia se ha puesto de manifiesto. La música te cambia el estado de ánimo en un segundo y ha sido una gran compañía durante estos meses de encierro.. igual que el cine, la literatura, el baile, las bellas artes otras manifestaciones artísticas. Por eso, hay que poner de manifiesto que la cultura es importante y tiene un papel fundamental en el desarrollo de los pueblos. En ciertos entornos todavía parece que dedicarse a este tipo de actividades sea algo ‘de segunda’... Sin embargo considero que la creatividad, la sensibilidad y la imaginación son imprescindibles para abrir el alma y nutrir el corazón. El arte es un camino que nunca tiene fin.