Cuando sumaban alrededor de 300 relatos, Brito confiesa que fue un amigo quien la animó a publicarlas en un libro, una idea que la creadora de esta obra volvió real: "Pensé que podría servir para concienciar a través de, por ejemplo, un relato sobre bullying, haciendo que esa persona se dé cuenta de que alguien a su alrededor lo está sufriendo o de que ella misma, sin darse cuenta, está provocando que otra sufra. Me valdría con solo concienciar a una persona", muestra sus intenciones.
Con algunos de los textos escritos desde hace cinco años, la estudiante de Periodismo de la Universidad Miguel Hernández (UMH) dividió su libro en dos, dejando 26 relatos en cada parte, un número con una carga simbólica: "El 26 tiene como mote 'líder'; es como el número que inspira a los grandes líderes. Una paradoja del libro, porque yo lo que deseo es eliminar a los superiores", reivindica. Otra acepción en su curiosa simbología se encuentra en la palabra de algunos expertos, quienes sostienen que "26 son los movimientos que se necesitan para resolver un cubo de Rubik. Y, en cierto sentido, la vida y este rompecabezas se asemejan: ambos comparten patrones, soluciones y colores", interpreta.
Estos relatos ficcionan la realidad, ya que nacen de situaciones que observa la autora y a partir de las cuales crea una historia anónima inventada, dotándolas de títulos de personas ficticias como Clara, Raúl o Diego. En el libro se pueden encontrar un par de injusticias referidas al ámbito laboral, "más centradas en las malas condiciones laborales en las que está trabajando una persona", adelanta el enfoque de estas historias. Sin embargo, es el terreno social el que más se repite, por tratarse de las más fácilmente observables, con temas de rabiosa actualidad como "el bullying, la homofobia, las violaciones, las desigualdades de género e, incluso, chicas que vienen de otro país porque alguien les ha prometido una buena vida y unas buenas condiciones aquí, pero acaban siendo objeto de la trata de mujeres, de la prostitución", manifiesta su creadora.
Aunque autopublicado, Injusticias también puede encontrarse en la librería Ambra, en Gandía. "Se puede pedir a través de Amazon y yo también los vendo, pero quería ampliar y que también estuvieran en librerías. La primera fue Gandía y ahora tengo la intención de llevarlos a alguna de Alicante y de Canarias, para que llegue a la gente de manera más sencilla", justifica su distribución la escritora neonata. Y asegura que la acogida en este primer mes de vida de la obra está siendo muy buena. "Me está escribiendo bastante gente que no conozco. Yo pensaba que el libro no se iba a mover más allá de mi familia y mi círculo. No me imaginaba que podría llegar a tantísima gente", comenta incrédula Brito.