Camilo Sesto y su deuda con el 'indie pop'

ALCOY. Los 70 fueron los años del amor, casi debería escribir del amor, así, con unas mayusculazas que parecieran gritos de reivindicación. Y no sólo por las flores hippies, las vespas camino de las playas de Benidorm, las furgonetas Volkswagen,  los vestidos estampados, los pantalones de campana, las camisas abiertas hasta el ombligo y esos picos de alas de cóndor a punto de echar a volar. Lo fueron, aquí, sobre todas las cosas, por las tres voces que generaciones de músicos pop atesoran en el rincón más oculto de su fonoteca, no sea que el crítico esnob de turno ponga el olfato en marcha y capte su aroma edulcorado: Raphael, Julio Iglesias y Camilo Sesto. Raphael & Niños Mutantes hacia la gran comunión del Sonorama. Julio Iglesias & Iván Ferreiro, Julio Iglesias & Triángulo de Amor Bizarro,  la seducción de las radios alternativas… y Radio3. Y durante los 90 y parte del siglo XXI, el gran, el gigante Camilo Blanes sólo era un recuerdo en forma de musical bíblico para la generación de los padres de los críticos indie. Y un muñeco de feria para la televisión basura.

Ha llegado el momento de Camilo. Hoy, en rueda de prensa, el alcalde de Alcoy, Toni Francés y el regidor de Cultura, Raül Llopis, han anunciado la concesión de la  Medalla d'Or i Fill Predilecte de la Ciutat a Camilo Blanes Cortés, mundialmente conocido como Camilo Sesto, alcoyano ilustre y tercer miembro de toda pareja que se precie haber festejat entre 1973 y 1978. Y cualquier alcoyano te dirá que de Alcoy al mundo no hay un paso, porque el mundo es Alcoy.
Camilo fue Camilo Superstar para la BBC. Camilo el de los 100 millones de discos vendidos en el mundo. Camilo el de los 52 números uno.

Pero, ¿cuál es el pecado de Camilo? Si hasta el gigante Johnny Cash se dejó producir por Rick Rubin para producir los últimos discos de su carrera, después de una trayectoria en la que había tenido siempre bien agarradas las riendas de sus mesas de mezclas, de sus acompañantes, de sus voces, de sus compañeros de viaje. Camilo peca de alma solitaria. Sus duetos ya son de otros tiempos: Ángela Carrasco, Lani Hall, Rocío Dúrcal. Puede que ni siquiera le haga falta que su Melancolía adopte la sonoridad del Grupo de Expertos Solynieve, o que León Benavente haga una versión ruidista de El amor de mi vida.  Con que llegado el momento, en el set central de DJ’s de la próxima edición del Low Cost Festival, alguno de los invitados se saque de la manga un viejo single, lo desempolve, lo pinche y, de repente… los metales rotundos de Vivir así es morir de amor den paso a ese charles que haría bailar a la mismísima Jennifer Beals, Benidorm haga la cuadratura del círculo y su festival de la modernidad indie rinda homenaje al mito que podía haber bajado en vespa desde Alcoy a Benidorm.

Camilo Sesto, Fill Predilecte de la Ciutat d’Alcoi y mito en ciernes del pop indie.