ALICANTE (EFE).-Make love, not war rezaban las imágenes que se proyectan en el escenario de la Plaza de Toros de Alicante. Eran carteles del festival de Woodstock, que recogían la esencia del movimiento hippie de los 60 que tanto marcó a Carlos Santana. Unos lemas y proclamas que el artista no dudó en transmitir durante su concierto.
El mítico guitarrista actuó en la capital alicantina de la mano de la promotora Horizonte Musical en el primer concierto que ofrecía en su paso por tres ciudades españolas dentro de su gira Divination 2018. El ruedo alicantino acogió a Santana con una calurosa bienvenida. El guitarrista, ataviado de su característico sombrero, tuvo tiempo durante las dos horas de concierto para demostrar un virtuosismo que, a sus 71 años, parece intacto.
Los cambios múltiples de guitarra y las subidas y bajadas por el mástil no le impidieron atreverse a cantar e, incluso, a bailar junto a su banda durante el conocido tema de Tito Puente Oye como va. A este clásico de Santana se sumaron otras de las canciones preferidas de sus seguidores, como Black Magic Woman, Evil Ways y Corazón espinado.
"De todo corazón, dedicamos nuestra energía a Django Reinhardt, Manitas de Plata y Paco de Lucíía, y a todos los gitanos y gitanas que hacen lo que hacen con pasión, dulzura y luz", proclamó el músico, que poco después invitaba al escenario a tocar con él al guitarrista Javier Vargas, de la Vargas Blues Band, que se unió al rasgueo del mexicano.
El esperado alegato hacia la espiritualidad por parte del artista llegó casi al final del concierto. Santana declaró su rechazo a los "cínicos" y "arrogantes", y expresó la necesidad de rezar y meditar para contribuir a la mejora del mundo. "Les invitamos a que gocen de una deliciosa locura", pedía también Santana al público.
La complicidad del artista con sus compañeros de escenario ha permitido que sus múltiples punteos en solitario dejaran espacio para momentos de protagonismo a los teclados, demostraciones de fuerza interpretativa por parte de los cantantes y, durante el bis, un solo magistral de la batería del grupo y mujer del artista, Cindy Blackman.
Durante el encore llegó uno de los temas más queridos, Smooth, además de las versiones de Roxanne de The Police y "Voodoo Child de Jimi Hendrix. Junto a ellas, una última alabanza por parte del público que demostraba que había quedado satisfecho, pese a la ausencia de "Europa" en el repertorio.
Santana nació en Autlán de Navarro (México) en 1947 y empezó con su carrera artística a mediados de los 60 en San Francisco, aunque fue el concierto de Woodstock del 69 el que le permitió despertar el interés internacional.
Carlos Santana, tras más de cuarenta años de trayectoria en solitario y en conjunto, se ha convertido en un símbolo de la fusión del rock con ritmos latinos y de la experimentación en el blues y el jazz. Además, ha acumulado diez premios Grammy -nueve de ellos por el disco Supernatural en 1999- y tres Grammy Latino.
Los próximos destinos del guitarrista y su banda de diez componentes serán Fuengirola (Málaga) y Peralada (Girona), donde actuará el 9 y el 11 de agosto, respectivamente. Tras esta breve estancia por España, el artista viajará a Francia y Alemania para seguir con su tour europeo