ALICANTE. Continuar un legado artístico significa aunar pasado, presente y futuro en una misma saga familiar. Esta conexión intergeneracional con el arte como hilo conductor da como resultado obras como la que desde el miércoles, 3 de julio, hasta el viernes, 27 de diciembre, asoma tímida y grandiosa en el vestíbulo del Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA). La obra se ha presentado en el propio Museo, en un acto al que han asistido el artista, Isidro Blasco, el director del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, José Luis Pérez Pont, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Alicante, Antonio Manresa, y la conservadora del MACA, Rosa Castells. Esta instalación, titulada Solo a dos voces, lleva la firma de la familia Blasco, en concreto de Isidro Blasco, quien ha tomado como referencia el trabajo de su padre, Arcadio Blasco, para hacer de esta creación una realidad: "Está inspirada en la obra a la que mi padre llamaba El confesionario, elaborada durante la dictadura franquista. Resulta polémica en el sentido de protesta política y, según sostenía él, se trata de una obra para el asesinato legal", cuenta el artista, "porque en ella se puede ver la huella de una persona para sentarse y unas puertas que se cierran para matarla gaseada".
Pero esta explicación objetiva y la visión racional de la obra llegaron más tarde para Isidro Blasco, ya que confiesa que siempre le "ha impactado mucho" y que cuando era pequeño le daba "muchísimo miedo. Es una locura", la califica. Sin embargo, asegura que "ya ha pasado mucho tiempo" y que ahora la ve "de otra forma, como una parte importantísima de una época muy complicada en España, donde los artistas se sentían en la obligación de responder y de tener una respuesta en su trabajo". Una opresión que, asegura, "ya no existe, sino que ahora se da otro tipo de compromiso político y social entre los artistas, de comentario a lo que está pasando; ahora todo el mundo tiene un tema para responder, lo cual es fantástico", considera Blasco.
Aunque parece que en ese todo el mundo el autor no se encuentra incluido: "Mi trabajo no lo tiene", comenta respecto a ese tema de respuesta, "porque nunca se ha metido en ese tipo de comentarios políticos o sociales". Es por ello que Blasco está vinculado y, a su vez, no lo está, a la continuación de ese legado artístico familiar, porque, aunque sí reflexiona sobre las obras de su padre, Isidro adquiere una manera distinta de elaborar arte: "Mi trabajo es una reflexión sobre el trabajo de mi padre, el cual sí tiene esa respuesta social y política. Además, mi obra tiene relación con la arquitectura del Museo", completa. Por este motivo, su ubicación junto a la escalinata no es casual, ya que "refiere mucho a la escalera del hall, al hueco de esta y también a cómo vemos el espacio cuando estamos delante de él".
En la obra se observa una "fragmentación, a través de añadir un montón de fotos que van rellenando el espacio para que mi trabajo haga ver al espectador aquel momento en el que yo lo realicé", explica. Una obra que tiene la intención de volver a convertir esos fragmentos en un todo tridimensional y que añade el elemento temporal "al recorrer la pieza visualmente. Es la conexión que busco entre lo que yo hago y el espectador, teniendo en cuenta el momento en el que realicé las fotos, las cuales tomé en el propio museo. Es una obra que, en sí misma, tiene vida, está exenta del Museo y no está pegada a sus paredes, sino que se puede mover y transportar", resalta el artista.
La instalación artística está respaldada tanto por el MACA como por el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, a quien la parece "una propuesta particularmente interesante porque conecta a dos grandes artistas, Arcadi e Isidro Blasco, padre e hijo, que con sus orígenes en Alicante, plantean un proyecto distanciado en el tiempo, pero que los comunica en el presente y trae, además, temas que siguen siendo, lamentablemente, de actualidad y que se ponen en valor a través de un lenguaje universal como es el arte contemporáneo", valora el director del Consorci. Un ente autonómico que, "junto con las diputaciones y los ayuntamientos de las tres capitales de provincia, trabaja constantemente para inyectar energía en cuanto a la programación cultural en la ciudad y la provincia de Alicante, muy especialmente en el MACA, que nos parece un elemento fundamental para construir un relato cultural y, especialmente, a través de la cultura contemporánea desde Alicante, pero que se proyecta también hacia fuera", reivindica Pons. "Sin embargo, falta que se proyecte todavía más hacia dentro para que los alicantinos y alicantinas conozcan el valor de lo que aquí sucede".
Por su parte, el recién aterrizado concejal de Cultura, Antonio Manresa, sostiene que "Isidro y Arcadi son gente de la tierra y que estamos en el MACA, un mueso espectacular, pero poco promocionado". Por esta falta de visibilidad, el edil promete que una de sus tareas pendientes "es la promoción de este museo, por su importancia. Apoyaremos todo lo que sea cultura y a la gente de la tierra, respaldándome siempre en los expertos, como Rosa, y en toda la concejalía de Cultura, donde hay personas que saben mucho más, mientras que yo me dedicaré a gestionar y apoyar estos grandes eventos", sentencia.