España vive en un bucle. El Gobierno se empeña, por intereses partidistas, en resucitar los fantasmas del pasado. Enfrenta y divide a los compatriotas. No hay nada que hacer, sólo esperar el desenlace fatídico.
Como suele pasar en estos casos, después de días de intensidad informativa sobre el terremoto de Marruecos… llega el silencio. Un silencio que viene de la mano de la falta de información al respecto pero que no va ligado a que el drama haya acabado. De hecho las entidades valencianas siguen trabajando en el terreno y se sigue necesitando la solidaridad de la ciudadanía.
Eva Nasarre, la sonrisa de la UHF, contagió la fiebre por la gimnasia con el programa Puesta a punto.