VALÈNCIA. Una parte muy importante del arte es la inspiración. Entre la admiración y los elogios, en la inspiración se puede encontrar una meta a seguir, un objetivo, una figura a la que contemplar desde abajo y desear alcanzar algún día. Algo así llegó a sentir un jovencísimo Álex Marco frente a la obra de Darío Villalba. Con el tiempo, el artista valenciano ha podido celebrar la obra de Villalba en una muestra que se ha podido ver en la feria de arte italiana Artissima (en Turín, Italia) dentro de la sección dialogue/monologue, en la que se buscan obras que tengan una relación tanto conceptual como práctica. De la mano de la galerista Olga Adelantado, buscaron puntos de conexión “a nivel discursivo” y metas comunes entre los artistas, pero también contemplar lo que les separa generacionalmente.
A través de la muestra Marco pudo reflexionar en cómo las alteraciones de forma, color y tamaño pueden llegar a generar una obra completamente nueva en la que descubre la sintonía entre ambos: “Considero que nuestros trabajos se asemejan en cuanto a prácticas, estéticas y planteamientos. Quiero pensar que esa conexión nace a raíz de la pintura y que se puede transmitir a través de diversas disciplinas”, explica Marco, quien contempla la figura de Villalba como “totalmente atemporal” y que sigue cobrando fuerza en el presente.
“El suyo es un trabajo muy contemporáneo que conecta no solo con las metodologías sino con la imagen contemporánea. Sigue funcionando muy bien a día de hoy, algo que considero muy difícil”, explica. Villalba se posicionó, más allá de sus contemporáneos, como uno de los grandes referentes que exploraban el más allá del lienzo, tal y como considera el artista: “A lo largo de la historia vemos cómo se va expandiendo el arte a través de otros planteamientos fuera de los márgenes del cuadro. Para mí, esta variedad es una especie de necesidad”, y por ello trabaja su arte mediante vídeo, fotografía, instalación o el cuadro como estructura vertebral de su trabajo.
“En el caso de Darío Villalba, siempre he entrecomillado el término fotografía, –no muy lejos de haber sido una de sus principales herramientas–, el resultado claramente fue pictórico, ya sea por estrategias de encuadre, codificación y contexto de la imagen, o manipulación del objeto hasta transformarlo en escultura con sus encapsulados”, contempla Marco sobre el trabajo de su referente, y ve el punto en el que convergen sus prácticas para generar algo nuevo.
Con todo esto, y a través de diversas técnicas, Marco busca explorar todos los formatos desde los que puede trabajar su proyecto: vídeo, collage, obras de gran formato… Cada formato es un lugar diferente desde el que articular su obra: “Para mí, ahora mismo la relación vídeo–pintura/pintura–vídeo es un camino de ida y vuelta en el que una práctica se nutre de la otra para completar una idea y así sucesivamente. No importa qué disciplina utilizar como primer paso, escojo los resquicios que pasan más desapercibidos de una para traducirlo en algo trascendente a través de la otra y viceversa”, reflexiona.
“De esta manera, una aporta recursos de los cuales la otra carece y se complementan mutuamente, así todo se impregna de una coherente totalidad”. Y ante todo se invoca la atemporalidad. Para Marco la obra de Villalba tiene la capacidad de conectar tanto con el pasado como con el presente y con una variedad de público de lo más diversa, consiguiendo conexiones totalmente “crudas y desnudas” en cualquier espectador: “Para mi Darío ha sido, sigue, y seguirá siendo contemporáneo. Observo que ni es moda ni pasará de moda. Está por encima de ello”. Y con esto, admiración e inspiración se dan la mano en las pantallas, los collages y los cuadros.