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al frente de 'el embarcadero'

Álex Pina: “Las series son el movimiento cultural más importante que está sucediendo ahora”

El creador de series ha vivido el esplendor y madurez en la creación de ficción en la televisión desde el inicio de siglo. Su productora propia debutó con la internacional 'La casa de papel' y ahora se embarca en un drama amoroso en el que València y l'Albufera son protagonistas

12/06/2018 - 

VALÈNCIA. Es posible que su nombre no les suene, pero es difícil que nunca hayan pasado un rato sumergidos en alguna de sus ideas. El periodista Álex Pina reformuló su carrera profesional desde los medios hasta el guión, del guión a la producción y de allí a la creación de series. A eso se ha dedicado desde el inicio de siglo. Su mano está detrás de Los Serrano, Los hombres de Paco o El Barco, pero más recientemente tras los éxitos encadenados de Vis a Vis y, sobre todo, La casa de papel (son solo algunos ejemplos. También hay recorrido cinematográfico). Esta última producción supuso el debut de su propia productora tras escindirse de Globomedia, donde había capitaneado no pocos proyectos. La serie alcanzó picos por encima del 25% de share y es el producto televisivo made in Spain más internacional de los últimos años. Hasta el punto de haber inspirado atracos o haber sido adquirida por Netflix cuando el equipo la daba por concluida.

Su siguiente trabajo se rueda en València desde el pasado mes de mayo y hasta entrado el otño. Es un drama amoroso en el que dos mujeres (Irene Arcos y Verónica Sánchez) descubren haber sido la pareja en paralelo de Óscar (Álvaro Morte). Verónica y Alejandra, respectivamente, se encontrarán en el espacio tiempo para descubrir en el pasado el significado de sus vidas durante los últimos años. También su identidad, que viene marcada por la constante de dualidades que dispone Pina en la serie. Verónica es naturaleza y bio, es la espiritualidad y el alma y vive –cómo no– en su propia casa rodeada de los arrozales de l'Albufera; Alejandra es urbanita y mecánica, es ambiciosa y exitosa, es muy parecida a la mayoría de los que le rodean y supone el contrapunto esencial a su antagonista.

No obstante, Pina vuelve a sumergirnos en su trazo más habitual: exigir al telespectador –con una tele o un iPhone delante, poco importa ya– que se repiense moralmente. Y aquí los prejuicios van a tener que ver más con el personaje de Morte. Él mismo comentaba a Valencia Plaza en la visita al rodaje que ha optado "por no diferenciar a Óscar en dos vidas. El reto era mostrarlo muy similar viviendo con ambas, porque lo otro era lo fácil, mostrar el tópico de las dos caras y del hombre que vive de una manera muy distinta una cosa y otra. De alguna manera, justificando su forma de ser". Eso es lo que busca Pina en este caso: que los tres roles (Verónica, Alejandra y Óscar) se cuestionen todo el tiempo con aquello que parece justo lo contrario que deberían ser.

El embarcadero es una serie original de Movistar+, producida por Atresmedia junto a Vancouver. Tendrá ocho capítulos y no cerrará las puertas a posibles futuras temporadas. Todos los exteriores –que son sorprendentemente muchos en la producción– se rodarán en la Comunitat Valenciana, mientras que los interiores se rodarán en plató (en Madrid). El drama romántico estará plagado de flashbacks a partir de la muerte de Óscar. Un suceso que va a provocar que ellas se conozcan de manera inesperada, que inicien una relación también inesperada y que a partir de esa progresiva conexión comprendan también mejor su identidad y lo vivido.


Sánchez relevó a Valeria Alonso en el personaje de Alejandra en una producción exigente que, en este caso, dado el diseño de los personajes tomó la decisión de cambiar a una de sus protagonistas. Decisión compleja (Pina admite que fue "un error nuestro, de la producción") que se tomó con profesionalidad y que se asume como parte del proceso de creación también complejo. Solo en el caso de la dirección de arte, ocupa a 40 personas a lo largo de varios meses. Eso sí, en este caso con un equipo en el que casi el 90% de los implicados son valencianos con Abdón Alcañiz al frente (ya lo estuvieron en La casa de papel). Nacido en Sueca y formado en València, él mismo nos ha detallado su autoexigencia con la nueva serie de Pina. 

"Lo que buscábamos con la serie es la contraposición de dos vidas. De un lado, una vida sofisticada que se representa en la ciudad de València; de otro, un entorno rural y anacrónico que casi nos traslada a los veranos de nuestra infancia en el pueblo". Pina precisa para Valencia Plaza que el relato es "el binomio de muchas cosas. Todo son binomios. Bien y mal. Vida pública y vida privada. Espacio pasado, espacio urbanita". Admite que rodar en l'Albufera "es fotográficamente magnífico. Ya rodamos una serie en 2:35 con Miguel Ángel Amoedo [el formato de La casa de papel; formato anamórfico cinematográfico] y este era el entorno más impresionante que podíamos encontrar para nuestro siguiente proyecto en este sentido visual".

Pina admite que le sorprendió que apenas hubiera ficciones que aprovecharan la gran cantidad de recursos visuales que da l'Albufera: "la conocía, pero no la había vivido tan en profundidad como hasta ahora. Hay muchos entornos naturales en España que se han rodado y explotado en la ficción, pero aquí se ha rodado increíblemente poco teniendo en cuenta la brutal presencia magnética que tiene su espacio. Los atardeceres rojos... Para nosotros es una alegría que sea un espacio tan inédito todavía".

El creador afirma que buena parte de la contradicción urbanita versus rural tiene que ver con la actualidad: "buena parte de la sociedad está en esas. No sabemos hasta qué capa se va a reflejar o qué parte del público se va a dar cuenta de que estamos pulsando precisamente esa tensión entre la necesidad de tocar un espacio rural y la realidad de buena parte de nuestras vidas, muy tecnológicas, muy de ciudad".  En cualquier caso, admite que vivimos "en un momento sensible para contemplar esos dos mundos. Y de ahí partirá una parte de la ambigüedad moral de los personajes".

Tanto en Vis a Vis como en La casa de papel, sus dos proyectos más propios y actuales, la presencia de personajes femeninos fuertes es evidente. Llevan el peso de las tramas, pero en este caso ocupan el foco por completo. "Apostamos por personajes femeninos, además resulta que se nos da bien. Pero creo que más allá de nuestra aportación, más o menos interesante, es que el momento contemporáneo es de las mujeres. Es el momento que les corresponde tener. Es una suerte que se nos dé bien...".

Un momento de relevancia en los personajes femeninos que puede que también se esté beneficiando –aunque cuesta saber qué fue primero– de la nueva capacidad de las audiencias por consumir contenidos de mayor duración. Las series cogen espacio hegemónico en el audiovisual y Pina cree que es "el movimiento cultural más importante que está sucediendo ahora". Algo transversal: "lo veo en mi hija, que en apenas tres meses ha sido capaz de verse las muchísimas temporadas que tiene Anatomía de Grey o que ahora ha empezado con Friends. Es brutal y creo que inesperada la penetración que está teniendo en sectores muy distintos de la población".

Pina, pero también Arcos, Sánchez o Morte coinciden en conversaciones paralelas en que "el espectador se está volviendo cada vez más experto", "eso nos empieza a exigir mucho a nosotros, pero es bueno". El creador de la serie cree que sí, que hacer contenidos "está de moda, pero si ha de haber una burbuja todavía no ha llegado". Él cree que el cine "se ha quedado pequeño para el público porque está demostrado que la mayor necesidad es la de personajes. Para poder disfrutarlos con plenitud necesitas tiempo. Y el retorno, la satisfacción de ese tiempo, es muy plena precisamente con las series". 

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