VALÈNCIA. (VP/EP). La artista Anna Malagrida ha creado una exposición específica para el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) que, bajo el título El peso de las cenizas, toma los restos generados durante la Cremà de las Fallas para proyectar una "alegoría de nuestro mundo" a través de una decena de vídeos.
Malagrida ha presentado este miércoles la exposición junto al director del IVAM, José Miguel G. Cortés. Se trata de una instalación específica para la Galería 6 del museo, fruto de un año de documentación e investigación sobre las Fallas, que gira en torno al aspecto "olvidado" de estas fiestas, las cenizas.
La autora ha destacado que las Fallas son "Patrimonio Inmaterial de la Humanidad porque generan experiencias que no se pueden pesar", mientras que las cenizas sí. "La ceniza nos la imaginamos muy leve, pero en Pompeya fue la primera fotografía, cuando se acumula es muy pesada. Parece frágil pero puede hundirnos y enterrarnos para siempre", ha explicado.
De esta forma, ha puesto el foco en la "ambivalencia entre lo leve y lo pesado", lo "grande" y lo "pequeño", y ha citado como referencia a Duchamp y el concepto de "infraleve", como "el calor de un asiento cuando nos levantamos". A su juicio, "vivimos en una sociedad gaseosa" en la que "lo que debería ser más importante se convierte en gas".
La artista se interesa por las Fallas como "momento de tensión" y "contexto alegórico para otras tensiones", con el fuego como "imagen de lo que estamos viviendo". "Y debajo de ese humo, están las brasas", ha añadido.
"Transformación" y "Ciclo energético"
En la misma línea, Malagrida juega con el contraste entre representar, en el nivel inferior de la sala, las cenizas en su extremo más espectacular, con imágenes de fuego y la Cremà, mientras que en la parte de arriba del espacio la presenta de la forma más sutil, en el proceso de transformación del poliestireno.
Se establece una "idea de ciclo", de la "materia que llega a su final", un proceso que ha seguido para explorar también la "relación entre artesano y artista". Así, ha hecho hincapié en el proceso de reciclaje de las cenizas, "materiales que se reutilizan para plantar las fallas del año que viene". "Mi exposición es un ciclo energético", ha remarcado.
"Además, hay una parte nueva para mí, la relación con la escultura y con el movimiento", ha indicado. Malagrida, por primera vez en su carrera, ha utilizado únicamente vídeos. "En el proceso de trabajo se impuso el vídeo por esa noción de transformación de la energía". Las piezas de la exposición muestran imágenes de ninots en el fuego, la pala cribadora que construye una pirámide de materia inservible, un hombre que barre los restos o una nube de polvo.
"Las pequeñas cosas que cambian el mundo"
Por su parte, el director del IVAM ha puesto en valor que el trabajo de Malagrida se centre en "un aspecto que ha pasado desapercibido", un "elemento infravalorado" que "contiene todo lo que representan las Fallas", la "huella" de "lo que fueron y de lo que van a ser". En este mundo, "lo que cuenta es el proceso, lo que queda es nada", ha reflexionado.
La obra de Malagrida "tiene esa gran importancia de fijarse en aquellas pequeñas grandes cosas que cambian el mundo, en lo frágil, en lo leve". Así, "muchas veces estamos en los grandes acontecimientos, pero son las pequeñas cosas las que transforman nuestra existencia", ha asegurado.
La exposición se une a las muestras que exhibe el IVAM actualmente dedicadas a la escultora Ángeles Marco y a la francesa Annette Messager, Premio Julio González. "Tres mujeres copan la programación expositiva del IVAM y no es casualidad, sino algo que hemos buscado deliberadamente", ha concluido el director del IVAM.