VALÈNCIA. “Todo fotógrafo lleva dentro un coleccionista”. Esta frase la firma Jorge Ribalta, el más reciente Premio Nacional de Fotografía, unas palabras con las que encapsula una parte de quien fue Gabriel Cualladó, por cierto, receptor del primer Premio Nacional de Fotografía en 1994. Y es que, el relato del artista no solo se desgrana a través de su obra, sino también de sus intereses, de su sensibilidad, de quién y qué le atraía. También de lo que rechaza. Y de eso va -en parte- Cualladó: archivo/obra, la exposición con la que el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) cierra su programa de 2024, un proyecto de investigación liderado por Sandra Moros que busca desvelar esos recovecos intelectuales de un fotógrafo “pionero”, una tarea que se concreta a través de una selección de cartas, recortes de revistas y, cómo no, fotografías que dan forma a un perfil más íntimo sin dejar de reivindicarlo desde la institución.
“Uno de sus objetivos fue que la fotografía tuviera un reconocimiento como un arte mayor, que pudiera estar en los museos como la pintura o la escultura”, relató el hijo del artista, Gabriel Cualladó, durante la presentación a medios de la muestra, en la que estuvo acompañado por la comisaria de la misma, Sandra Moros; la directora adjunta del IVAM, Sonia Martínez, y la directora general de Patrimonio Cultural, Marta Alonso. “El IVAM fue un museo pionero incluyendo la fotografía en sus colecciones”, subrayó Martínez, quien recordó que ya en 1989 el museo dedicó una exposición al artista, centro que, además, “fue objeto de una generosa donación de fotografías por parte del propio artista y depositario de su colección particular, compuesta por nombres icónicos como Diane Arbus, Irving Penn o August Sander”.
Esta relación con el artista de Massanassa se ha mantenido en el tiempo, siendo el centro depositario de su archivo documental y habiendo adquirido su biblioteca fotográfica, materiales, entre otros, a través de los que ha ido tomando forma este proyecto. “Este trabajo interno no se plantea en un inicio con una exposición como resultado […] Lo que se ha hecho aquí es visibilizar, completar esa figura polifacética y poliédrica que él era”, subrayó Moros. El punto de partida del proyecto, pues, es clave para entender cómo ha resultado en la muestra que hoy se puede visitar en el museo, una investigación primera desde la que se comenzó a “tirar del hilo” para terminar presentando un recorrido que nos habla de un hombre que, como subrayó su hijo, fue un “defensor radical de su libertad como artista”.
“Era muy importante la idea de legado, entender el legado de Cualladó no solo en el IVAM sino el rastro que ha dejado en la fotografía española del siglo XX, aunque también a nivel internacional”, explicó la comisaria. Este legado se lee a través de su obra y de esos documentos inéditos que permiten conocer un aspecto diferente del artista, un archivo y biblioteca que incluye fotomontajes, polaroids o cartas, materiales entre los que se incluye el díptico que anuncia su primera exposición individual en 1981 o la documentación de la recepción del Premio Nacional de Fotografía así como publicaciones significativas como una primera edición de Les americains de Robert Frank, entre otros.
Siendo Cualladó “uno de los primeros coleccionistas de fotografía del país”, destacó la directora adjunta del museo, su colección sirve para contarse a sí mismo, a través de sus propios intereses y gustos, y al mismo tiempo la escena artística de la época. Así, los recortes de revistas americanas como Vogue, que fueron una gran fuente de inspiración para el autor, dieron paso a una colección que empieza en 1979 con la adquisición de una obra de Dorothea Lange, a la que luego se sumarían firmas como Man Ray o Henri Cartier-Bresson, materiales que navegan junto a la colección de polaroids que muestra una faceta más inusual del fotógrafo.
El recorrido también presenta varios proyectos de Cualladó. Entre sus series más destacadas se muestra uno de los trabajos más desconocidos, el reportaje de boda que realizó para Ramón Masats y Montse Santamaría. “Este reportaje inédito nos lo ha prestado la familia. Una de las ilusiones de Cualladó era que se expusieran esas fotografías”, ha relatado Sandra Moros. También se presenta L'Albufera. Visió tangencial, de 1985, un encargo que recibió de la Conselleria de Cultura dentro de las II Jornades Fotogràfiques a València, una selección de imágenes que, además, incluye algunas que quedaron fuera de la selección final.
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