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entrevista con la artista

Anna Ruiz: “La falla infantil va a provocar todo tipo de reacciones y eso es positivo”

Anna Ruiz y Giovanni Nardín firmarán una falla municipal experimental que "rompe las barreras" de la valla y prometen un monumento participativo que "no dejará indiferente"

6/05/2016 - 

VALENCIA. Habemus artistas para 2017. La pasada noche del miércoles, dos horas después de lo previsto, el jurado dio a conocer los nombres de los autores que firmarán las fallas municipales del próximo ejercicio. En el caso de la grande se apostó por la continuidad, con un Manolo García que repite por cuarto año consecutivo aunque, en esta ocasión, convertido en líder de una boy-band en la que también cabe por Manolo Algarra, Julio Monterrubio, Manolo Martín Huguet, José Aguilar y el dúo Fet d’Encàrrec. La novedad llegó con el monumento infantil. La pareja formada por Ceballos y Sanabria se quedó a las puertas de plantar la décima, a pesar de la campaña impulsada a través de las redes sociales para recabar apoyos, que se zanjó con evidente decepción pero también con deportividad, pues transmitieron su felicitación a los ganadores. En este caso, la infantil también se hará a cuatro manos. El resultado final fue en favor de la propuesta de Anna Ruíz Sospedra y Giovanni Nardín, que dotarán de su impronta a la plaza del Ayuntamiento.

Aunque el proyecto sigue todavía en el cajón y es desconocido por el público, siendo presentado el miércoles sólo a los miembros que forman el jurado, la elección de la pareja parece haber dividido a un colectivo que, al menos un porción del mismo, se resiste a ver una falla experimental bajo el balcón del Ayuntamiento de Valencia. Pero el ruido no es nada nuevo para la pareja Ruiz-Nardín, que plantan desde 2002 y 2011 respectivamente. “La falla infantil va a provocar todo tipo de reacciones y eso es positivo. Nuestra propuesta siempre es rompedora en cuanto a esquema. Hay que dar una palmada para que la gente se abra a otras cosas. No dejará indiferente”, explica Anna Ruíz, que reconoce haber decidido por cuenta propia no leer las opiniones, negativas y positivas, vertidas en las redes sociales.

Foto: Anna Ruiz Sospedra.

Fue con su proyecto para la Merced, El laberint del afectes, con el que reconoce que por primera vez sintió que su proyecto polarizaba al público, algo que se ha convertido en su marca. Nadie espera ya formas tradicionales de las manos de Anna Ruiz Sospedra y Giovanni Nardín, que prometen ser fieles un año más a un estilo que ha emocionado a muchos y exasperado a otros. “Con nuestro trabajo tocamos una parte afectiva que es difícil de combatir. Lo bueno de las fallas es que una vez se queman todo vuelve a empezar, algo a lo que no estaba acostumbrado el Ayuntamiento, que quemaba pero después hacía lo mismo”, explica Ruiz. Aunque el lema está todavía bajo 'secreto de sumario', sí reconoce que la falla contará con el espíritu que ha reivindicado durante toda su trayectoria, un punto y aparte.

Falla sin vallas

La relación con el espacio público ha sido uno de los aspectos determinantes para que el jurado designado se decantara en su mayoría por este proyecto, que busca ampliar la interacción con los visitantes con respecto a las fallas de años anteriores. Fallas sin vallas. “Es muy importante acercar el arte al público, una manera de hacerlo es romper las barreras. La gente ve la falla como un objeto precioso al que ver desde una valla, nosotros la rompemos acercando la obra al visitante. Es otro lenguaje, poder tocarla la hace más tuya. Entendemos que durante la mascletà y en algunos momentos tendrá que estar cerrada, pero la idea es que el resto del tiempo sea de libre acceso”, explica la autora, que recalca la necesidad de entender que las fallas se hacen "para toda la ciudadanía" que es la que "cede el espacio y paga con sus impuestos".

Una novedad en la plaza del Ayuntamiento que no lo es tanto para ellos. Uno de los ejemplos más recientes, la falla que hace apenas dos meses plantaron de la mano de la comisión Lepanto-Guillen de Castro, bajo el lema De pesos y conflictes, que mostraba a varios personajes transportando una pesada mochila con forma de casa. En este caso, los visitantes se podían pasear entre las esculturas e, incluso, portar una bolsa similar a la de los ninots. Como muchos de sus otros trabajos esta obra hacía referencia, de una manera más o menos obvia, a un tema social. En este caso, la crisis de los refugiados, el peso que han de transportar aquellos que abandonan su lugar de origen. “Para nosotros es muy importante sensibilizar desde pequeños, no trataremos una temática tan seria, pero sí algo que repercute en la sociedad. Queremos que niños y adultos se lleven algo más, las fallas pueden enseñar y transformar a nivel sensitivo”.

Foto: MAO.

Quizá este sea uno de los aspectos que confieren a sus obras un carácter experimental y que las aleja de la sátira y socarronería típicas de las fallas aunque, si bien, ésta no está tan presente en los monumentos infantiles. “No tratamos la falla al uso, el humor típico. Sin embargo, el humor es algo muy amplio, podemos partir de la revista El jueves hasta El Roto. El abanico de posibilidades es enorme, nosotros ofrecemos otra cara [...] Son los niños los que en este caso van a interpretar el humor a raíz del tema que presentamos. Habrán elementos que van a sugestionar al niño a pasarlo bien, se trata de hacerlo atractivo".

Una de las novedades del proceso de selección de este año es que el jurado ha tenido en cuenta el uso de materiales no tóxicos que faciliten una cremà "limpia", un criterio no excluyente pero que sí daba puntos en el computo total. "Siempre tenemos en cuenta nuestra perspectiva ética, que nos lleva a cuidar todo hasta el momento final, no sólo desde un punto estético. El fuego forma parte de la falla y tratamos de usar materiales poco contaminantes", añade la artista.

Anna Ruiz Sospedra (Valencia, 1979) es artista plástica licenciada en Bellas Artes y planta fallas desde el año 2002, mientras que Nardín (Cattolica, Italia, 1981) es licenciado en Escultura por la Universitat de València y planta fallas desde el año 2011. Además de fallas, Anna también ha participado con diferentes instalaciones en festivales de arte urbano como Intramurs o Ciutat Vella Oberta. 

El jurado que ha seleccionado la falla infantil municipal del año que viene lo han integrado Sergio Alcañiz Valiente, artista fallero, ilustrador, diseñador y escultor, propuesto por la Interagrupación de Fallas de Valencia; Paula Pérez i de Lanuza, ilustradora licenciada en Bellas Artes y máster en Animación, propuesta por la Asociación Profesional de Ilustradores Valencianos; Sento Llobell, dibujante y profesor en la Facultad de Bellas Artes, propuesto por el Gremio de Artistas Falleros; Mari Carmen Bellver, propuesta por el Instituto Universitario de Innovación Educativa y Creatividad, y Jaume Chornet Roig, profesor del Departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes y director de la construcción de las fallas de la Universidad Politécnica de Valencia (2013-2016), propuesto por esa misma institución.

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