ENTRE ACORDES Y GARABATOS

Así se diseñan las portadas de la música ‘made in’ València

12/08/2024 - 

VALÈNCIA. En el año 1976 un plátano hizo historia, al convertirse en la imagen del álbum The Velvet Underground & Nico, el disco debut de esta banda de rock estadounidense y que a día de hoy se sigue considerando como uno de los mejores de la historia de la música. Este emblema, ese plátano que invitaba a ser “pelado” a modo de pegatina, se convertiría en un símbolo de la banda junto a Andy Warhol y gracias a su interpretación tan peculiar sobre su música. Un símbolo que pasaría de generación en generación y que consigue que esta fruta se asocie a la melodía. 

En València hay una nueva ola de creadores que, como Warhol, bucean en el concepto creativo de un álbum, se sumergen en su música y consiguen generar la imagen de música. Con motivo de construir este imaginario propio a través de la fotografía, la ilustración y el diseño, hay varios artistas valencianos encargados de dar imagen a la música valenciana del momento. Para dar conocer su proceso de trabajo y las raíces de su inspiración, Culturplaza reúne bajo un mismo “sello” a los valencianos que se encargan de diseñar las portadas de la música made in València, bajo la filosofía del kilómetro 0. 

Hay quienes hacen este trabajo en dúo, como es el caso de Maria Varo y Jaime Rod, componentes del colectivo d’Matinada que trabajan en la portada del EP La necesidad de contarlo, de la banda valenciana Bernal. También está el dúo de fresca*, compuesto por Chumpy y Alexandre Zaragozà que ilustran El amor es una cosa de Amarillo Fiesta. También los hay quienes trabajan por separado como Julia Real Ballester trabajando junto a Mala Gestión para crear el concepto de Se Nos Ha Complicado y el ilustrador Franchesco Vaccari, que trabaja junto a la banda valenciana Nanas para ilustrar su álbum No había río.

Mano a mano

Para poner imagen a la música, y hacerlo en conjunto, desde d’Matinada trabajan en encontrar una fotografía que se asocie a La necesidad de contarlo, el EP de Bernal. Para hacerlo ponen el foco en ver sus procesos y se inspiran en sus letras para poder contar su historia: “Nos gusta saber sus procesos, sus intenciones, anécdotas y deseos, y buscar entre todo eso los detalles que pueden ayudarnos a conceptualizar y dar imagen a las canciones".

"Después de varias conversaciones, buscamos los elementos o símbolos que pide la música”, señalan desde el colectivo, en el que después de varias escuchas descubren el estilo visual desde el que representarlo. "Para encontrarlo, nos guiamos mucho por las sensaciones que transmiten las canciones, pero también por el estilo musical y los recursos que le dan carácter, tratando de traducirlo a lo visual”, señalan. Con todo esto toman la cámara y capturan cartas almacenadas que conectan con el romanticismo que se esconde en el escribir-enviar-recibir-guardar que para ellos encaja con la historia de la banda.

“Estas portadas son cartas que le envía Avo (cantante) a un amigo, contando las cosas que les ocurren y que a la vez también son fragmentos de las letras de las canciones. Este EP no solo eran sus acontecimientos recientes, sino también con relación al pasado y a las historias de la gente que les rodeaba. Queríamos que el conjunto se viese y expresase de manera sencilla: un conjunto de recuerdos atado sobre una mesa”, explica este dúo creativo, que supera así el reto de empatizar con el artista y su música y diferenciar “cuál es el camino que necesita ante todos los posibles”.

Para ellos “se trata de rendir tus intereses ante los de la música”, algo que funciona cuando le dejan el espacio y la libertad para crear. Un poco desde una filosofía similar desde fresca* Chumpy y Alexandre Zaragozà centran también sus procesos creativos en conocer a la banda, ver de donde vienen y contraponerlo con lo nuevo que van a hacer, viendo como generar una estética que acompañe a la narrativa y la evolución de sus proyectos.

En el caso de Amarillo Fiesta, “banda amiga” para ambos, consiguen inspirarse en una estética “popera y dosmilera” que busca recrear un imaginario de la infancia de los componentes para generar la portada de El amor es una cosa. Esto, a su vez, casa con las letras de la banda que pasan a “filtrarse por el prisma de la vida adulta y ver sus dificultades y preocupaciones”, lo que representan con los colores y luces de  su portada: “Lo asociamos, a las luces y las sombras que tiene el día a día, por eso el diseño empieza a tener más volumen del que venía”, explican desde este dúo. 

Con la creación de esta “nueva mascota” para la banda -que bien podría funcionar como emblema- consiguen trabajar en conjunto en una imagen única y creativa para dar imagen a la música. Para Chumpy la “sinestesia” entre la música y el arte se hace a través del paraguas de la cultura, y para Alexandre el reto está más en analizar el contexto personal del músico para, a posteriori, introducirse en lo abstracto para poder “ordenar y materializar” la obra visual. Todo esto se refleja en tonos de amarillo sobre rosa y brillos que permiten que el que se acerque a Amarillo Fiesta se adentre en su concepto de paso a la madurez a través de este curioso “animalito” que protagoniza la portada de este trabajo. 

Yo el trazo y tú la música

Siguiendo el modelo de trabajo de la "total libertad" para crear Vaccari recibe el encargo de Nanas, que se habían fijado en su manera de trabajar con la ilustración. Vaccari se inspira en el sonido del álbum y en su propio título: No había río, y de ahí visualiza como interpretarlo jugando con los colores y los sentidos.

“El arte es una experiencia completa por lo que pienso que una portada tiene que completar esa visión que tienen los músicos de su proyecto, tiene que ser la cereza del pastel, algo que ambiente la experiencia de los oyentes. Por eso pienso que debe de haber una comunicación constante entre el artista que diseña la portada y los artistas que compusieron la música, que ellos sean partícipes del proceso de la portada y que escojan qué visiones pueden redondear su proyecto”, explica el artista. 

La estética del grupo se refleja con tonos de sensibilidad en la portada, y con una inspiración “acuosa” de los temas. De esta forma Vaccari genera una imagen “juguetona y bravucona pero también nostálgica y sensible” que comprende la esencia de Nanas. Lo hace también teniendo en cuenta su puesta en escena y generando una imagen que pueda “traducir el sonido a la imagen” teniendo en cuenta las conversaciones que estas sensaciones tienen entre sí: “La clave es envolverte de todos los elementos que representan aquello en lo que estás trabajando".

"Tratar con los músicos la estética que buscan y envolverte de su música, sus inspiraciones, su sonido y sus visiones. Estímulos tanto visuales como auditivos conviven entre ellos y son casi respuestas directas el uno del otro”, añade. Como él, Julia Real Ballester genera un mosaico que define, de manera visual y literal, a la banda Mala Gestión. A través de caricaturas, e inspirada en algunas bandas como Green Day o The Beatles, genera una portada que cuenta la historia completa del grupo con su ilustración para Se Nos Ha Complicado.

Entre garabatos y acordes logra descubrir los pasos a seguir para centrar su idea: “Presté atención a las letras, esbocé las canciones y las fui perfeccionando en un mismo espacio”, añade la artista, que genera un caos ordenado con el que resume el concepto de Se Nos Ha Complicado. Esto se resuelve dentro de la portada con una composición en forma de “x” en el que una “masa cancionera” sale de la cabeza de los integrantes de la banda. Lo que se representa casa perfectamente con las influencias de los integrantes de Mala Gestión sobre el álbum: desde un uñetazo a la máquina de Metroviolencia a un pensador fumándose un porro en el tejado de Makarra. 

Junto a un sinfín de referencias que se pueden encontrar por quien les escuche como si de un Buscando a Wally se tratara. Para Julia Real Ballester, la clave está en la escucha atenta, que tiene que ir de la mano con el observar y reconocer el trabajo de los demás, mientras deja que “las influencias paseen y acampen a sus anchas en la reflexión sobre el propio trabajo”: “La clave para darle imagen al sonido dependerá siempre del objetivo con el que la pienses; en el caso de la portada del álbum Se Nos Ha Complicado, se encontró en disfrutarlo, bailar con la mano al son de sus temas, inventar figuras, juntarlas como si fuera un puzle y luego modelarlas con tecnicismos”. Un trabajo que, si se hace bien, podría convertir cualquier elemento en una figura clave para la banda, como sucediera con una fruta y un grupo de rock en los años setenta.

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