TRABAJA CON 'AFRO' EN EL Campus de Verano DE LA Academia 

Beatriz Mbula: “Mostrar la diversidad en el cine terminará siendo una exigencia del espectador”

La directora y guionista valenciana Beatriz Mbula trabaja su proyecto Afro dentro del Campus de Verano de la Academia de Cine en València, en el que perfila los detalles generales de su película que pone el foco en el "mundo racista" que le rodea a través de la historia de Vera, una niña mestiza hija de una mujer afrodescenciente española 

28/06/2024 - 

VALÈNCIA. Lola, una mujer española afrodescendiente, entra a la consulta del pediatra de la mano de su hija Vera, una niña mestiza. Tras varios comentarios y algunas que otras miradas, tanto a ella como a otra mujer negra y su bebé, Lola comprende en esa misma consulta que su actitud conciliadora y evitativa no va a cambiar "el mundo racista que le rodea", y decide cambiar de estrategia que su hija tenga una vida mejor. Esta es la premisa de Afro, el proyecto con sello valenciano dentro del Campus de Verano de la Academia de Cine, dirigido por la actriz, directora y guionista Beatriz Mbula, quien trabaja dentro del Campus -como “campista”- en perfilar el proyecto para que su mensaje antirracista cale aún más hondo. 

Tras visitar el Campus el verano pasado en calidad de ponente, este 2024 Mbula se atreve a trabajar con sus propias ideas y su guion en una edición que, como en las anteriores, pone su foco en la diversidad. La "campista" se embarca en este proyecto tras finalizar la grabación de su primer cortometraje y se adentra en el Campus de Verano de Netflix tras haber trabajado con esta misma plataforma dentro del grupo de guionistas que adapta Hija del Camino (del 2021) de Lucía Mbomnio. Aunque su debut en el universo audiovisual fue en el año 2020 con la serie web de Asunto Casting, guionizando, interpretando y dirigiendo el proyecto de serie en el que refleja las dificultades que sufre una chica negra para ser actriz en España. Con toda esta experiencia, y un nuevo trabajo entre manos, se presta a los consejos de sus tutores para exprimir al máximo el relato de Afro. 

La directora trabaja hasta este domingo junto a los tutores de la Academia de Cine en volcar su historia como mujer afrodescendiente en un proyecto de película que viaja entre la realidad y la ficción con tintes autobiográficos y en el que su protagonista toma las riendas de su futuro: “Muchos de los escenarios son ficcionados, pero cuento una historia real, algo que habla sobre los obstáculos para una persona afrodescendiente y que habla de la relación de madres de hijas y cómo se transmiten los valores. Ahora que soy madre también pienso en crear algo de lo que mi hija pueda tener una referencia”, señala la directora, quien considera que con esta obra también contribuye en la creación de un cine más diverso. 

Entre los tutores y otros alumnos destaca que el Campus resulta muy enriquecedor para perfilar ciertos matices de su obra y poder abordar su relato desde diversas versiones para trabajar mejor su discurso: “Siempre hay que seguir reescribiendo y planteándose preguntas muy abiertas hasta llegar a la última versión. Antes de que esto salga hay que reescribir y trabajar los puntos clave para hacer justicia, pero para ello hay que hacer una constante revisión”. Con esto contempla que la obra, cada vez más cerca de su versión final, tiene que ser capaz de reflejar sus vivencias y su discurso de una forma firme para que el mensaje traspase la pantalla y llegue al espectador.

Aterrizando estas últimas versiones trabaja en un discurso en el que habla de la diversidad desde la primera persona y en el que se comprende a ella misma protagonista, generando así una nueva corriente de cine: “Es necesario impulsar a creadores que tengan otras perspectivas profesionales y que empapen la industria de cero. Hay que atraer nuevas narrativas constantemente, seguir creando es la mejor manera de dar voz a todo tipo de perfiles”, señala la creadora, quien busca con esta misma historia convertirse en referente. Preguntada por la diversidad en la gran pantalla, señala que es un trabajo que se hace en cadena, cuanto más “cine diverso” ven los espectadores “más lo terminan exigiendo” e incluso más piden que se siga dando voz a todo tipo de proyectos. 

“Cuanto más se vea más se va a producir, al final se trata de ocupar ese espacio dentro del universo audiovisual y de esta forma se hace una ruptura entre los espacios de los creadores y los espectadores y se responde a ciertas exigencias”. Para responder a esta exigencia, considera que es necesario que en la industria audiovisual se empiece a construir un nuevo camino de la mano de nuevos creadores que puedan contar sus propias historias más allá de “cumplir la cuota” si no luchando por la diversidad de relatos. En el caso de la directora su colaboración con la productora Turanga Films se trabaja en un 50/50 para que pueda salir el proyecto como ella desea:“Es importante que se me escuche de una determinada forma y con cierta sensibilidad, para que el proyecto no se pueda malinterpretar y se lleve hacia otro lado”. 

Guion en mano, junto a una productora que sabe escuchar y rodeada de los otros "campistas" Mbula ve cada vez más cerca la materialización de Afro y asienta las bases de la historia de Lola y Vera de cara al público, que cuenta siempre con la última lectura. Tras muchas reflexiones, sesiones, revisiones, y generando esta conversación necesaria entre espectador y creador, Mbula sueña con conquistar la industria audiovisual desde abajo “aunque sea muy grande y el camino parezca difícil”, una carrera de fondo en la que rendirse nunca es una opción, no en un mundo que necesita estos nuevos relatos. 

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