VALÈNCIA (EP). El Museo de Bellas de Artes de València rinde homenaje al gran grabador Giovanni Battista Piranesi en el tercer centenario de su nacimiento con una exposición que reúne 44 láminas de este arquitecto teórico de imaginación prodigiosa que fue capaz de anticiparse al Romanticismo. Así, lo ha destacado el director del Museo, Pablo González Tornel, en la presentación este viernes de la muestra Piranesi. III Centenario (1720-2020), que se exhibe hasta el próximo 30 de enero, junto con los comisarios Adela Espinós y Joan Calduch, ambos académicos de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos.
Al respecto, González Tornel ha destacado que se trata de "uno de los artistas tardomodernos más influyentes" que dedicó su vida a ser "un cronista de aquello que le rodea", pero "también de aquello que veía su mente". Por eso, sus grabados "abarcan desde la visión más objetiva acerca de la realidad, pero que proyecta a través de una imaginación prodigiosa y que se anticipa al romanticismo". La muestra selecciona 44 láminas de las 680 que custodia el Museo fruto del depósito de la colección de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, que es una de las mejores del mundo y en España solo la superada la de la Biblioteca Nacional.
El comisario Joan Calduch ha explicado que la Real Academia compró esta colección para la enseñanza de la arquitectura ya que Piranesi era un arquitecto teórico "fundamental" -aunque el único proyecto que fue construido fue la oiglesia de Santa María del Priorato en Roma- para entender el paso del clasicismo a la modernidad. "Sabe que lo clásico ha pasado, pero no sabe qué va a pasar", ha señalado.
La selección se ha realizado en atención al discurso expositivo para enseñar "las tres grandes caras" de Piranesi: Vedute de Roma (1745-1778), Antichità (1748-1777) de lugares arqueológicos como Paestum (1778) y las grandes infraestructuras de acueductos, puentes y cámaras subterráneas, recogidos con el rigor y fidelidad que le daban sus conocimientos constructivos e hidráulicos, y Carceri d'invenzione (1745-1761) que recogen la visión sombría y sublime de los espacios gigantescos.
Las estampas de las vistas eran como "las postales de hoy en día" para los turistas de Roma que hacían el gran tour, pero les añade una visión "crítica" ya que a las escenas cotidianas también ilustra edificios antiguos en ruinas ocupados por hierbas y edificios modernos para hacer constar que aquellas sociedad era "incapaz de valorar su patrimonio" como "ocurre también hoy", se ha lamentado.
Asimismo, ha destacado que fue un precursor de la arqueología científica moderna que "desborda el planteamiento clásico" ya que en sus grabados de ruinas "no retrata cómo podían ser, sino lo que se ve", pero también tienen una segunda cara, "una reflexión sobre la melancolía, sobre el paso del tiempo". "Es la visión romántica de las ruinas, la lucha entre la acción del hombre sobre la naturaleza y cómo la naturaleza se acaba apropiando de lo que es suyo", señala.
Por su parte, el conjunto de las cárceles fue el que "más impacto" tuvo para la arquitectura moderna ya que supone "la negación del espacio clásico centralizado propia de la arquitectura renacentista e introduce una visión angular barroca, de abajo arriba, con un espacio reticular octogonal". "El espacio es autónomo y ya no tiene centro", ha señalado. La muestra concluye con cinco libros como "pinceladas" para entender sus aportaciones en otros campos como su faceta de decorador en el que se defiende la libertad de lenguajes para la creación formal.
Por su parte, la comisaria Adela Espinós ha destacado que Piranesi fue un "polifacético artista" ya que además de arquitecto fue investigador, decorador, pero sobre todo "un extraordinario grabador" con "un minucioso empleo de la técnica del aguafuerte capaz de sacar todos los matices del negro".