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#Breadface: la última locura viral de Instagram

Cada cierto tiempo, Instagram nos sorprende con una tendencia absurda y viral en forma de hashtag. La última es el #breadfacing 

10/05/2016 - 

VALENCIA. Desde tirarse un cubo de agua helada por encima, acertar el verdadero color de un vestido, apilar el máximo número de monedas en el hueco de la clavícula, hacerse selfies sin maquillaje o, todo lo contrario fotografiarse después de darle a la brocha varias veces demostrando su destreza con el contouring... Cada cierto tiempo, las redes sociales nos sorprenden con fotografías y vídeos que dan la vuelta al mundo en pocos segundos y consiguen millones de visualizaciones, se convierten entonces en los llamados virales. Cuanto más absurdo o polémica genere, más se popularizará y, si a esto le añadimos alguna cara conocida, el éxito del viral está asegurado.

Instagram, la red social en la que se comparten fotografías y vídeos de corta duración es, desde hace tiempo, el mejor lugar para generar y descubrir este tipo de contenido. La búsqueda a través de etiquetas llamadas hashtags facilita su difusión y que el resto de usuarios aporten su fotografía o vídeo a una colección de la misma temática formando parte de ella.

En algunas ocasiones, los virales tienen un carácter solidario, al menos, al principio. Hace dos veranos, nos cansamos de ver a famosos tirarse por encima un cubo de agua helada, se trataba del #icebucketchallenge, que buscaba recaudar fondos para la lucha contra la Esclerósis Lateral Amiotrófica, una enfermedad neurológica degenerativa. Detrás de cada persona congelándose a base de cubazos, había una donación para esta causa. Sin embargo, el fin solidario se desdibujó cuando el reto se viralizó y quedó unicamente en vídeos de personas echándose agua con cubitos por encima sin ningún sentido.

La delgadez extrema como excusa

En el lado opuesto de los retos solidarios los hay que además de absurdos, pueden poner en riesgo la salud. La mayoría de estos tienen que ver con el cuerpo femenino y lucir una silueta delgada, casi siempre hasta el extremo. Estos retos de delgadez van desde conseguir alcanzar el propio ombligo pasando tu brazo por atrás -#BellyButtonChallenge-, comprobar que tu cuerpo no sobrepasa un folio DinA4 -#4AWaist- o apilar el máximo número de monedas en el hueco clavicular. Retos virales tan estúpidos como peligrosos para la salud.

 

Otros virales, la mayoría afortunadamente, el único riesgo que suponen para nosotros es el de darnos cuenta que, como decía aquella canción: “la gente está muy loca”. Inspirado por los gruesos labios de la modelo Kylie Jenner -#KylieJennerLipChallenge-, consiste en sostener un vaso vacío o una tapa con los labios succionándola durante unos segundos para conseguir que tu boca se hinche como si acabaras de salir de la consulta del peor cirujano estético. La gracia del asunto es compartir con una foto en Instagram el antes y después. Otro en la misma línea de lucidez y que puede que haga feliz a los más perezosos con la plancha, es el #Crumpled, hashtag en el que los usuarios se fotografían orgullosos con su ropa arrugada y sin planchar.

También los hay curiosos y bastante entretenidos como #whpidentity creado por una madre anónima que fotografió a sus hijas junto a un espejo y preguntaba cuántas chicas veían los demás en la foto. El efecto óptico y la intriga generó en una semana más de 16000 "me gusta" y más de 2000 comentarios.

Y ahora #breadface: el ataque de los 'carapanes'

Internet nunca dejará de sorprendernos y cuando pensábamos que lo habíamos visto todo, aparece un nuevo viral en Instagram que nos deja con cara de poker y bastante confusos, se trata del #Breadface o #Breadfacing. La tendencia comenzó con una cuenta de Instagram, @breadfaceblog, creada por una joven asiática anónima para compartir con el mundo su pasión por el pan de una manera nunca antes vista. La joven no se come el pan, sino que lo acaricia con su cara, en ocasiones más que una suave caricia la estampa con pasión, todo esto mientras suena música pop de fondo. Pan de molde, de centeno, tortitas de maíz, pan árabe, bizcochos, muffins... no se le resiste ningún tipo de alimento con algo de miga, todos son merecedores de pasar por sus mejillas. Lo sorprendente, además de esta extraña afición, es que la cuenta tiene más de 77000 seguidores y sus vídeos suman miles de “me gustas” y comentarios además de crear tendencia contando ya con imitadores y muchas personas que se han apuntado a llevar también sus caras al pan cambiando el refrán popular.

¿Los motivos? Ninguno. Ya lo anuncia su creadora en la descripción de la cuenta “dándole a la gente algo que nunca pidió”, desde luego razón no le falta.

¿Fetichismo? ¿Provocación? ¿Parafilia? ¿Una peculiar performance? ¿Un ridículo intento de llamar la atención en la red? ¿Una manera no calórica de disfrutar del pan?... La fundadora del #breadface dice que lo hace simplemente porque le gusta sentir el pan contra sus mejillas. Tan fácil y extraño como eso, que lo hace porque le gusta y punto. Todo empezó, según ha declarado, una tarde de verano en la que tuvo el impulso de notar el tacto de una rebanada de pan de molde en su cara y desde entonces no ha parado de practicar el #breadfacing dejando constancia en Instagram de cada uno de sus “flechazos”. En sus videos siempre sigue la misma sistemática, su pequeño ritual en el que primero presenta el objeto de sus caricias, se aparta el pelo de la cara y aprieta su cara contra el pan elegido. Primero una mejilla, luego frente y nariz, después la otra mejilla, al principio con suavidad y, finalmente, con más ímpetu. Fin del espectáculo. De fondo suena siempre música, del pop de Madonna al rap de Drake, en una de sus últimas publicaciones anuncia a sus seguidores que incluso ha creado una lista de reproducción con las canciones que acompañan sus videos.

Mi experiencia acariciando con la cara un trozo de pan

Después de ver la mayor parte de vídeos de @breadfaceblog e intentar encontrar una respuesta a la pasión por estampar la cara contra un pan y el hecho de que se haya convertido en viral, decidí que la única forma para llegar a alguna conclusión era experimentarlo por mi cuenta.

La curiosidad mató al gato y a mí me llevó a hacer algo tan absurdo como el #breadface. No hay vídeo, el único testimonio que encontrarán es el que paso a relatar a continuación.

 

Compré pan de molde, blanco con corteza, y al llegar a casa seguí el mismo procedimiento que ella. Dispuse sobre la mesa de la cocina cinco rebanadas de pan de molde apiladas,elegí una canción como música de fondo -'Heart of glass', de Blondie- y me dispuse a vivir la experiencia más estúpida que posiblemente haya hecho en mi vida.

Me aparté el pelo de la cara en una coleta y me vi apretando mi mejilla derecha contra el pan, después la izquierda y finalmente la frente y la nariz. Me quedé unos segundos notando la extraña sensación de formar parte de un sándwich sin tapa y esperando sentir ese trance, la revelación espiritual que me hiciera entender el #breadface y convertirme a este extraño movimiento instagramer. Pero lo único que noté fue el olor del pan de molde, su tacto blando y el roce bastante desagradable de su miga en mis pestañas. Nada más. No me relajé y, ni mucho menos, sentí ningún tipo de deseo irrefrenable por el pan. Me quedé igual que estaba, sin entender nada y a la única conclusión que pude llegar fue que me apetecía comerme un club sándwich con las rebanadas que todavía quedaban intactas dentro de la bolsa y después de haberme lavado la cara.

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