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"DESPOTILIZAR" EL ENTE

Brexit fallero: Fuset se aleja de Junta Central mientras se hornea el Congreso

El edil acepta "despolitizar" Junta Central Fallera y delega sus funciones apartándose de las asambleas de presidentes

27/06/2017 - 

VALÈNCIA. Dicen los falleros que la fiesta no es solo del 15 al 19 de marzo, sino que dura todo el año. Y tanto que es así. La presión política en torno a las Fallas es una constante en los últimos años, con picos de magnitud dependiendo del momento. Si bien, el “grotesco” comentario del alcalde de València, Joan Ribó, y la dichosa encuesta impulsada por el consistorio habían encendido una hoguera que nunca se apaga. Si el debate en torno a la politización de Junta Central Fallera (JCF) es una constante en los últimos dos ejercicios -una propuesta que el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, nunca había dejado claro si veía con buenos o malos ojos (al menos públicamente)-, ayer dio un golpe en la mesa anunciado lo inesperado: se apartaba de la presidencia de la asamblea de presidentes e inicia un proceso “precongresual” para que sean los propios falleros quienes decidan. Con esto, en última instancia, se decidirá si se independiza o no del poder político un organismo autónomo que consume de las arcas públicas más de dos millones de euros al año.

Con esta decisión se cierra una etapa para abrir otra que tiene como primera cita una asamblea extraordinaria una vez pase verano. Por su parte, al frente de la asamblea de presidentes regular ya ha tomado las riendas el vicepresidente primero de JCF, delegado de sector elegido por los propios presidentes y presidentas de falla. Así lo explicó ayer el edil en un parlamento en el que no ocultó el hartazgo tras más de dos años al frente del organismo. En su discurso aludió a su intención de facilitar el encaje de las crecientes voluntades de autogestión “proponiendo fórmulas no recogidas por el actual reglamento fallero”, una explicación que sigue dividiendo opiniones. Como ejemplos, Fuset recordó que en el ámbito de la JCF se ha propuesto un nuevo consenso que otorga la mayor capacidad de decisión a los presidentes y las presidentas en el proceso de elección de las falleras mayores y sus cortes de honor; se ha consensuado una nueva distribución de asientos a las exaltaciones de las falleras mayores, una función reservada anteriormente al Secretario General de JCF; y se asumió como propia la propuesta liderada por la Interagrupación de un nuevo sistema de clasificación del concurso de fallas que, si lo aprueba la Asamblea de Presidentes, comportaría un considerable incremento en premios a las comisiones.

Foto: EVA MÁÑEZ.

Sin embargo, más allá de cuestiones concretas, de la crispación en el ambiente es bien consciente tanto el edil como el alcalde que, tras dos años tratando de contenerlo, han decidido quitar los ruedines a la bicicleta. Habrá que ver si se cae o no. Y en todo este capítulo, un antagonista: la Interagrupación. “La Interagrupación ha sido clave en la resolución de conflictos falleros a lo largo de su historia y nos gustaría que ahora también lo fueran. No acceder al diálogo con el alcalde de todas y todos los valencianos demuestra que ahora mismo no quiere diálogo, sino otra cosa”, lamentó el concejal, que aseguró que “dos no se pelean si uno no quiere y el Ayuntamiento lo que desea es diálogo y no confrontación. Hemos dialogado sobre todo, con todos, en todos los ámbitos y en todo momento. Hemos dado la mano, el brazo y el codo”. Y en este punto, una de las cuestiones de fondo: la sensación que tiene el concejal de que en las asambleas de presidentes las cuestiones puramente festivas están tomando un papel secundario puesto que algunos de los agentes participantes están haciendo uso del foro “para hacer oposición a las decisiones del concejal-presidente o del propio Ayuntamiento”. En este sentido, el edil ha asegurado que “mientras haya un político presidiendo las Fallas, habrá la sensación de que se hace política, ya sea desde el gobierno o haciendo oposición”.

Si de “despolitizar” la fiesta se trata, el mecanismo que llevará –o no- a ello es el futuro Congreso fallero. Pocos días antes de que se celebraran las Fallas de 2017, Fuset respondía en el especial de Fallas Plaza a la pregunta de si era necesaria una mayor independencia así: “No es fácil responder. La cooperación es buena y debe existir sea cual sea la fórmula. Una esta como las Fallas no se puede hacer de espaldas a la Administración, pero tampoco se puede controlar. Lo que no pueden estar es politizadas: ni se puede tratar de ejercer un control político sobre ellas, ni se pueden utilizar para ejercer presión política a un Ayuntamiento, que una ideología que se pueda creer dominante las utilice para hacer oposición o tensionar al Gobierno Municipal”. Las dudas, por fuerza o convicción, se han disipado. “La hoja de ruta acordada y pactada entre la presidencia de la JCF y la Interagrupación de Fallas para abordar la posibilidad de un nuevo Congreso Fallero ofrece una oportunidad única para que las presidentas y los presidentes, primero, y las personas delegadas en un eventual Congreso Fallero, después, puedan superar -si así lo desean- esta situación en que el Ayuntamiento puede encontrar obstáculos para llevar a cabo la política festiva de acuerdo con el programa del gobierno municipal y la Asamblea de Presidentes tiene un peso limitado e indefinido en la toma de decisiones”, declaraba ayer martes.

Foto: JCF.

Por todo esto, Fuset anució que la presidencia de la JCF se compromete a cumplir fielmente el acuerdo alcanzado con la Interagrupación para comenzar un proceso precongresual. En primer término, convocará una Asamblea de Presidentes Extraordinaria después del verano para debatir sobre la conveniencia de un nuevo Congreso Fallero y los motivos en contra o a favor de abordar en él la independencia de la organización festiva del marco municipal del Ayuntamiento de València. Además, convocará “tantas asambleas monográficas sobre el Congreso como haga falta” para que la representación del mundo fallero pueda tratar de llegar a sus propios consensos “sin temor a ninguna interferencia política del gobierno municipal”, han declarado desde el consistorio. “Tienen que ser las falleras y los falleros, y solo ellas y ellos, quienes tomen sus propias decisiones sobre cómo organizarse. Y si lo estiman oportuno elegir quién los presida y en base a qué programa lo tiene que hacer. Tienen que decidir si quieren dependencia o independencia del Ayuntamiento. Respetaremos su decisión, pero en cualquiera de los dos escenarios hace falta convivencia y diálogo”. Este proceso se hará, tal y como se ha indicado, bajo la dirección de un “fallero elegido por falleros” y no un representante político.

Bien es cierto que, tal y como ha explicado, la gestión institucional y política y las decisiones que tienen un alcance mayor al ámbito estrictamente festivo, así como las que tienen que ver con el programa de gobierno municipal o las que afectan al conjunto de la ciudadanía “se continuarán gestionando, como no puede ser de otro modo, desde el Ayuntamiento de València, a través de la Concejalía de Cultura Festiva”. Por otro lado, la gestión ordinaria de la JCF estará en manos de su directiva, que en su conjunto continuará ejerciendo sus funciones previstas en el Reglamento Fallero. “Continuaré trabajando para cumplir con el encargo, el proyecto y el programa que nos ha confiado la ciudadanía como sus representantes”. Si de crispación y política se habla, la oposición se ha mostrado crítica con la decisión del edil de Cultura Festiva. Así pues, el concejal Partido Popular, Félix Crespo, aseveró que "quien rehúsa presidir el Pleno y la Asamblea de JCF no es digno para el cargo de presidente". En referencia a la crítica de Fuset a esta la Interagrupación por "no acceder al diálogo" con el alcalde, Crespo considera que el edil "ha evidenciado una actitud de auténtica miseria y cobardía política, al acusar a la Interagrupación de estar dirigida por intereses políticos sin señalar ni personas ni directrices". Por su parte, la concejala de Ciudadanos (Cs) Amparo Picó, ha tildado de “cobarde” la actitud del de Compromís. “Fuset ha generado crispación. Ha sido el único presidente de la JCF que ha sido reprobado por su gestión y se ha granjeado la enemistad de todas las fallas. ¿ O ha perdido la memoria?. Lo único que ha hecho en estos dos años de legislatura ha sido desgobernar las Fallas desde la imposición y la polémica, ninguneando al colectivo fallero”.

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