VALÈNCIA. La transformación que desde hace años está acometiendo el sector bancario ha provocado una importante reestructuración en su red de oficinas, que se ha acuciado tras la pandemia. Ya en los últimos años, la concentración de entidades financieras y la irrupción del modelo online -además de la llamada 'banca a la sombra' o 'shadow banking'- llevó a las grandes compañías a cerrar un importante número de sucursales en España. Unas clausuras que irán a más en los próximos años teniendo en cuenta los ERE masivos que entidades como BBVA o CaixaBank están ahora mismo negociando y los que quedan por venir como los de Unicaja Banco y Liberbank, que están en proceso de fusión.
Este proceso de desapalancamiento bancario viene arrastrándose desde 2008 con la crisis económica derivada de las subprime o 'hipotecas basura'. Y, desde aquel año, cada día y medio se ha cerrado una sucursal en la Comunitat Valenciana hasta 2020, según los datos del último informe 'Las entidades de depósito en la Comunitat Valenciana' de la Conselleria de Hacienda y Modelo Económico de la Generalitat Valenciana. Así, a lo largo de los últimos doce años han bajado la persiana 2.904 oficinas bancarias en la Comunitat Valenciana, el 57,38% de la red comercial. Unos cierres a los que se sumarán los ya anunciados por la entidad presidida por Carlos Torres que en Valencia, Baleares y Murcia serán 35.
Lo cierto es que la banca ha girado su estrategia hacia otro modelo de negocio que cambia el concepto tradicional de oficina bancaria y que está más enfocado a ofrecer servicios y experiencias al cliente. "La digitalización de la banca y los nuevos hábitos de consumo han llevado al sector financiero a no necesitar de tantas oficinas y a abrir espacios más céntricos, bien conectados y con nuevos servicios. Son las llamadas Store que estamos viendo en la mayoría de ciudades", explica Ignacio Olivas, delegado de Savills Newman Aguirre en Valencia. En Valencia está el 'Work Café' del Santander o la oficina 'All in one' de Caixabank.
De hecho, Olivas asegura que estos espacios buscan las zonas prime y bien ubicadas para competir, incluso, con marcas ya consolidadas. Así, por ejemplo, el 'Work Café' del Santander ofrece diversas salas de reuniones y espacios de coworking, así como un espacio de cafetería abierto al público. Un espacio en el que trabajar, conectarse a internet, celebrar reuniones y, por supuesto, realizar las gestiones financieras. Mientras que en la 'All in one' de Caixabank apuesta por contenidos propios, en formato de una programación mensual de eventos acerca de todo tipo de temas, abiertos a la participación de cualquier persona interesada, sea o no cliente de la entidad. Un modelo al que pronto se sumará Targobank en el 'cap i casal' que también abrirá un nuevo espacio pensado para generar una experiencia a los clientes.
"La banca busca minimizar costes y maximizar beneficios y no tiene sentido que estando en el año 2021 tengan todavía tantas oficinas por el territorio nacional". Estamos en la era de la digitalización y las nuevas generaciones ni se plantean pisar una sucursal", apuntan desde una gestora valenciana. "Tienen que adaptarse a los nuevos tiempos y convertirlas en espacios más allá de lo puramente bancario como vienen haciendo algunas desde hace unos pocos años", aseguran desde la gestora.
En este sentido, Pedro García, director general adjunto del Grupo Alain, insiste en la tendencia de transformación digital del sector financiero con un "claro objetivo de diferenciarse tecnológicamente". "Esta transformación afecta especialmente a los espacios físicos, aumentando la superficie de dichas entidades e incluyendo nuevas áreas, como pueden ser zonas de trabajo o de reunión, incluyendo diferentes formaciones, así como zonas de encuentro para tomar un café", apunta García.
Pero, además de esta transformación del sistema financiero, el impacto de la pandemia también ha dejado muchos locales vacíos. Son muchos los antiguos negocios bancarios en los que cuelga el cartel de 'disponible', la mayoría de ellos en zonas de barrios. En estos años algunas de estas sucursales ya han sido ocupadas por diferentes operadores, las más 'apetecibles' por las firmas, pero otras siguen aún vacías, especialmente aquellas más pequeñas y ubicadas en enclaves menos atractivos para instalarse.
"La mayoría de antiguas sucursales se encuentran en zonas secundarias lo que puede propiciar la apertura de negocios más tipo cafetería o comercio de proximidad. Es difícil que un gran operador encuentre una oportunidad para ubicarse en este tipo de bajos si no están en el centro de la ciudad y no son de grandes dimensiones", comenta el delegado de Savills en Valencia.
De hecho, Jorge Quevedo, director de inversión de Olivares Consultores apunta que muchas de estas antiguas sucursales en zonas más deprimidas a nivel comercial o de nueva ampliación acusan un largo periodo ya cerradas y en "parada total". Aunque, eso sí, destaca que la mayoría se encuentran en "las calles Colón de cada barrio", cerca de pequeños comercios de proximidad lo que les permitirá reconvertirse en negocios similares y que den servicios a la zona.
Así, algunas de estas oficinas han pasado a una mejor vida transformándose en gimnasios, nuevas entidades bancarias de otras compañías, así como supermercados tipo Primaprix o Carrefour Express. "Estamos viendo ya estas reconversiones y tenemos demanda en barrios importantes como Artes Gráficas", señala Quevedo.
También en el eje más céntrico se han dado casos. Así, por ejemplo, en Gran Vía Marqués del Turia una oficina de CaixaBank se convertirá próximamente en una tienda de mobiliario. También una antigua sucursal ha la pasado a convertirse en el nuevo restaurante Kabanyal, en Plaza de la Armada Española 1, mientras que uno de los corners más prime de Colón, pasó de estar en manos de Bankia a abrir su flagship Paco Perfumerías. "Algunas oficinas bancarios están muy bien situadas, con gran visibilidad y buena fachada, lo que permiten que sean locales atractivos", apostilla García de Alain.
La reconversión de bajos comerciales a viviendas es más complicada por temas urbanísticos, aunque se está produciendo poco a poco, especialmente tras la pandemia. Lo que sí detectan los consultores inmobiliarios es una mayor demanda de oficinas a pie de calle, en zonas menos transitadas, pero ubicadas en el centro de la ciudad. Una demanda que bien podría favorecer la transformación se sucursales vacías a espacios de trabajo dado que la adecuación sería mínima y los precios son muy cercanos a los alquileres de oficinas ubicadas en primera planta de un edificio.
Pero, no todos estos locales son tan competitivos. Desde Olivares se incide en que algunos de estos activos se adquirieron por parte de las entidades en pleno 'boom inmobiliario' a precios que hoy en día están fuera de mercado. "En Avenida del Oeste, por ejemplo, hay algunos locales que fueron antiguas entidades que se comprarían en un momento de alegría inmobiliaria y ahora para venderlo y sacarles una rentabilidad es complicado porque sus valores no coinciden con el mercado", explica Quevedo.
De hecho, la cartera de inmuebles de algunas compañías es tan grande que Banco Santander ha decidido crear su propia sociedad, bautizada como Retailcompany 2021, que gestionará las oficinas que vaya cerrando. Así, se encargará de la venta y arrendamiento a terceros de los locales que se queden vacíos. No obstante, otras entidades consultadas por este diario no van a seguir los pasos -de momento- del también llamado 'banco rojo', tal y como han manifestado a este diario. Así, desde Ibercaja apuntan que "nosotros gestionamos la venta de cada local individualmente, ofreciéndolo a clientes, buscando compradores en colaboración con APIs de la zona".
Por su parte desde Cajamar advierten que "no estamos cerrando oficinas y la gestión habitual de nuestros locales la realizamos directamente"; mientras que en CaixaBank tienen claro que no van a crear una sociedad para gestionar las oficinas que van a ir cerrando -que no son pocas-; y en Banco Sabadell tres cuartos de lo mismo toda vez que se deshicieron de Solvia.
Fuentes oficiales de BBVA señalan a Valencia Plaza que la entidad "ya realiza una gestión profesionalizada de su cartera de locales, acometiendo procesos de comercialización orientados a ofrecer locales tanto en modalidad de venta como de alquiler. En estos momentos no estamos en otro punto"; mientras que desde Bankinter manifiestan que no suelen cerrar sucursales por lo que no se plantean poner en marcha una división para gestionar las oficinas que en un futuro puedan cerrar.
Con todo, la transformación de la banca y la cascada de nuevos cierres es imparable y, por ende, el cambio en la configuración de las ciudad. La disponibilidad de bajos permitirá la entrada de nuevos operadores y la apertura de nuevos negocios que pueden llegar a consolidar barrios con nuevos servicios. Aunque todo dependerá del activo, sus característica y las necesidades de los retailers. El tiempo marcará este nuevo encaje.