VALÈNCIA. El vacío en las direcciones de la cultura valenciana sumarán, en dos meses, el de los festivales del Institut Valencià de Cultura (IVC). En la primera quincena de marzo finalizarán los contratos de las licitaciones que dotaron a Cinema Jove, Sagunt a Escena, Dansa València y Espai LaGranja de un equipo de dirección tras años de vaivenes y parches burocráticos. La solución, en todo caso, también tenía fecha de caducidad: cuatro años. Y aunque el horizonte estaba claro desde el principio, el agitado contexto de la Conselleria de Cultura en general y del IVC en particular, parece que van a lastrar la organización de algunas de las citas culturales públicas más importantes.
A día de hoy, el Institut Valencià de Cultura no solo no ha presentado una solución o continuista (un nuevo proceso para licitar los siguientes años de la misma manera) o un nuevo modelo (a través de un concurso público o una elección discrecional), sino que ni siquiera se sabe nada de la opción que elegirán. En cualquier caso, ninguna de las opciones sobre la mesa seguramente se pueda abordar y completar antes de que se agoten los contratos actuales; por lo que, a partir de marzo y hasta que se consiga desbloquear, los festivales tendrán futuros inciertos.
En el caso de Cinema Jove, el festival afronta precisamente en estos meses el grueso de la selección de la que será su programación en junio de 2025, por lo que un vacío de poder puede frenar el buen funcionamiento de la cita en los últimos años. Antes de la licitación, el festival también vio amenazada su organización precisamente por no cuidar que hubiera una estructura trabajando todo el año. En una entrevista en Culturplaza, Carlos Madrid expresó la intención de seguir al frente del festival una vez se decidiera cuál sería el proceso a seguir.
Por su parte, Sagunt a Escena, que también se desarrolla en los meses de verano, está ultimando algunas de sus propuestas para 2025. En su caso, la directora adjunta de Artes Escénicas, María José Mora, podría asumir la dirección del ciclo, cuya producción depende del equipo técnico del IVC. Antes de que Pro 21, con Inma Expósito al frente, tomara las riendas, el festival llegó a depender varios años de un convenio con la Universitat de València para que lo dirigiera Juan Vicente Martínez Luciano.
Dansa València, a pesar de que formalizó la externalización de su dirección junto al resto de festivales, escapa de este vacío de poder porque precisamente su última directora fue María José Mora, ahora a cargo de la dirección adjunta. Ella misma ha expresado su intención de asumir de manera interna la gestión del festival: “Mi propuesta es continuar con la dirección de Dansa València para terminar de asentar el proyecto. Entiendo el proyecto dentro del IVC, como siempre lo he entendido, como directora del festival también. Y creo que estratégicamente juega a favor del proyecto global”, explicó en su primera entrevista para Culturplaza tras asumir su actual cargo.
Además, Espai LaGranja, el punto de encuentro profesional de la danza y las artes vivas que se ha convertido en un espacio imprescindible para el sector en los últimos tiempos, también forma parte del pack de licitaciones que caducan en apenas dos meses. El centro ha desarrollado una batería de talleres y otros servicios bajo la dirección de Guillermo Arazo.
Ante el escenario de un vacío de poder en estos activos del IVC, que se sumarían a las dos direcciones adjuntas por cubrir en el ente, las fuentes oficiales explican que “aún no hay una resolución concluyente” sobre el proceso que se va a seguir, por lo que no pueden prever qué va a pasar.
El cambio (o no) de modelo en la gestión de dirección de festivales lleva encima de la mesa desde la entrada en el poder del gobierno PP-Vox. “Modelos hay muchos sobre la mesa, tenemos que analizar el resultado y la conveniencia de cada uno”, explicó entonces Sergio Arlandís, director general en la Conselleria de Cultura de Vicente Barrera. Ahora, con un nuevo equipo bajo el Consell unicolor del Partido Popular, no se conoce ni plan ni intención de nada. Tampoco se ha expresado públicamente sobre ello el máximo responsable del IVC, Álvaro López-Jamar.