En entregas anteriores...
Nº 8 - INFRAGANTEA, o como el azúcar hace 'pop' en Asia
Nº 11 - FELISANO, el templo de la masa frita
Nº 9 - WEI WEI, ahora para llevar
Y a lo que vamos
VALÈNCIA. En esta ruta desordenada por Pelayo, donde los números bailan de manera frenética, nos hemos acostumbrado a improvisar. No hay otro chip para recorrer Chinatown. Que si persianas echadas, que si desayunaremos la semana que viene en la pastelería Tiramisú, y el orden se vuelve imposible de seguir. Esta vez damos el salto a la cocina de Tian Tian Da Rou Bao. O lo que es igual, ”el gran pan chino relleno de carne de todos los días”. Nos queda claro que sirven los típicos baozis (esas bolas de masa, rellenas de carne o verdura, que se cuecen al vapor hasta quedar esponjosas), pero deseamos que haya sorpresa.
“Felisano sería el equivalente de Frenazo y Tian Tian Da Rou Bao se equipara a Min Dou”. La frase de Eugenio Viñas, en referencia al nivel de hostilidad y a lo autóctono del público, había elevado las expectativas. Porque sí, porque Min Dou mola, y hay infinidad de platos. En este caso no encontramos ninguna carta, pero nos acercamos al pintoresco mostrador y preguntamos por la enigmática comida, con la esperanza de cazar alguna rara avis. Palabras sueltas en español nos ayudan a configurar una bandeja digna de un adolescente famélico. Pero cuanto más la miramos, más nos recuerda a todo lo probado en otros restaurantes.