Hoy es 10 de octubre
VALÈNCIA. Joan Cerveró y María Fuster, fuera del tablero. Los ceses de los hasta ahora directores adjuntos de Música y Cultura Popular y Audiovisuales y Cinematografía, respectivamente, del Institut Valencià de Cultura (IVC) son las últimas salidas de un escenario cultural que en el último año ha cambiado no pocas piezas, entre ellas las de la propia conselleria, que tras la abrupta salida de Vox del gobierno autonómico llevó el área de Cultura de vuelta a una macroconselleria con Educación y José Antonio Rovira a la cabeza, quien todavía tiene por desvelar la nueva hoja de ruta en esta materia.
Ciertamente las recientes salidas de Cerveró y Fuster, que se producían este viernes por sorpresa tanto para los trabajadores de la casa como para los propios afectados, son especiales con respecto al goteo del último curso, pues apenas han estado seis meses en el cargo y tampoco han llegado a desarrollar los proyectos seleccionados por el comité de selección, además de que fueron elegidos en un proceso impulsado por la presente administración. Medio año ha bastado a Cultura, sin embargo, para dar un nuevo giro de timón en el organismo cultural, un puzzle cultural que tiene más de un espacio por completar.
Previsiblemente, la Conselleria de Cultura impulsará otro proceso de selección para cubrir las plazas aunque, con todo, queda claro que los concursos públicos no son garantía para mantener puestos y proyectos en un tablero cultural que ha cambiado de manera notable independientemente de la duración marcada por los contratos o de los proyectos a desarrollar. En los procesos abiertos impulsados recientemente por la Generalitat, de hecho, se eliminó la duración de los contratos, lo que da una mayor flexibilidad a la institución para ejecutar los ceses que considere y esquiva las renovaciones o evaluaciones.
La llegada de nuevos gestores culturales con los cambios de gobierno no es algo extraño, también se dio con la llegada del Botànic, pero bien es cierto que la transición está encallándose en más de un punto dejando, más de un año después de las elecciones autonómicas, no pocas cuentas pendientes por resolver y, en consecuencia, numerosos proyectos artísticos en stand-by. Con las salidas de los dos directores adjuntos del IVC queda enterrado su proyecto y, además, queda otra cuenta pendiente por resolver: el modelo de los festivales gestionados por el IVC. Si bien en su mayoría dependen de artes escénicas, cuya directora adjunta, María José Mora, sigue en el cargo, otras citas como Ensems o Cinema Jove encaraban ahora sus primeras ediciones bajo los mandatos de Cerveró y Fuster. En el caso de Ensems, de hecho, se está celebrando actualmente con vistas a un cambio de proyecto firmado por Cerveró que ahora está por ver si se aplicará o no.
En el caso de Sagunt a Escena, Cinema Jove o Dansa València, a los que se suma el centro de producción Espai LaGranja, tienen una certeza: en los primeros meses de 2025 se agotan los contratos de dirección, tras una licitación que fue impulsada en bloque hace años y que llega a su fin. Ahora toca volver a empezar y, tal y como desveló Culturplaza, las intenciones del nuevo equipo gestor es la de dar distintas fórmulas para cada marca. No es ningún secreto que Dansa València sería gestionado de manera interna, pues es la propia directora adjunta de artes escénicas del IVC quien antes de asumir el cargo era directora del festival, cargos que ha compaginado este año. También Sagunt a Escena podría ser asumido por el organismo, un caso que, a priori, no sería el de Cinema Jove, para el que se estaría buscando una fórmula de gestión similar a la actual. Esto, claro, es la fotografía de un septiembre en el que todavía hay muchas incógnitas por resolver que podrían modificar los planes sobre los que se estaba trabajando.
Tampoco los museos se salvan de este paréntesis que se está alargando más de lo esperado. Sin duda, uno de los casos más sonados es el del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM). Tras la dimisión de Nuria Enguita al frente del centro el gobierno autonómico publicó en verano las bases del nuevo proceso de selección de dirección artística, unas labores que de manera accidental está llevando a cabo desde entonces la directora adjunta Sonia Martínez. Sin embargo, una denuncia por presuntas irregularidades en la convocatoria provocó el frenó al proceso. La cosa, además, parece que va a alargarse más de lo esperado pues hace apenas unos días, tal y como desveló este diario, el TSJCV derivó el caso a un juzgado que será el encargado de decidir sobre la medida cautelar. Por el momento, el museo continúa desarrollando el programa ‘heredado’ de Enguita, que mantiene propuestas que llegan a 2025, aunque no será hasta que llegue el nuevo director que se dibuje la hoja de ruta a seguir.
También el Centre del Carme está pendiente de sumar un líder artístico que no llega. Tras el cese de José Luis Pérez Pont al frente del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (CMCV), hace ya casi un año, la Conselleria de Cultura, entonces liderada por Vicente Barrera (Vox), anunció su intención de dividir la gestión del organismo en dos plazas, que hasta ahora asumía una misma persona. Por un lado, gerencia; por otro, dirección artística. La primera se resolvió pronto, con la designación de manera directa de Nicolás Bugeda como gerente del CMCV; la segunda todavía no se ha resuelto. Hasta el momento es Vicente Samper, trabajador de la casa, quien está asumiendo el rol, un rol que se anunció como temporal hasta que se creara la plaza de dirección artística y se iniciara el proceso de selección y sobre el que, once meses después, no se ha concretado nada.
El pasado mes de julio, el president Carlos Mazón dio la sorpresa en la presentación del primer Anuario de la Música en la Comunitat Valenciana: el Consell crearía una Dirección General de Industria Musical que, además, dependería directamente de Presidencia y no de Cultura. ¿La intención? Poner en valor tanto la dimensión económica como cultural del sector. Hace apenas unos días, en el Debate de Política General amplió la intención de cuidar de esa dimensión industrial anunciando un plan estratégico a cargo del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) para los sectores de las artes escénicas y el editorial.
Volviendo a la industria musical, tras su anuncio a las puertas de las vacaciones de verano, hay muy pocas pistas de quién podría ser quien ocupara el puesto de la Dirección General. El departamento estará, previsiblemente, a cargo de las ayudas y la interlocución con la Administración para resolver cuestiones enquistadas. El sector espera, según ha recogido este diario de diferentes fuentes, un nombre de consenso. Cabe recordar que, en los últimos años, se ha abierto una brecha entre las pequeñas y medianas promotoras y los macrofestivales.
También en el ámbito local hay concretar un puzzle cultural que tiene la mirada puesta en dos focos. Por un lado, los teatros municipales están pendientes de la renovación en sus direcciones artísticas, un cambio de caras que, tal y como prevén desde el Ayuntamiento de València, se dará antes de que finalice el año. Cabe recordar que durante la anterior legislatura se crearon dos plazas funcionariales para las direcciones del Teatre el Musical (TEM) y La Mutant, con lo que se pretende evitar seguir externalizando la coordinación artística. Las plazas están creadas, pero hay que cubrirlas.
Será en las próximas semanas cuando el servicio de Personal, tal y como ha podido saber este diario, impulse los procesos de selección, dirigidos únicamente a funcionarios, que darán el relevo a Juanma Artigot, cuyo contrato al frente del TEM vence en diciembre, y Tatiana Clavel, que cubre la plaza de dirección de La Mutant en comisión de servicios, por lo que no se descarta que pudiera presentarse al proceso de selección.
Por otro lado está el Palau de la Música y la Banda Sinfónica Municipal que, dependientes a diferentes niveles del Ayuntamiento de València, han experimentado un cambio orgánico integral, con la recomposición de sus órganos de dirección. Tras la llegada de Vicente Llimerá al frente del Palau de la Música, y el concurso que designó a Cristobal Soler como director de la Banda Municipal, se han ido superando diferentes procesos para cubrir el segundo escalón. Solo falta uno por resolver: la subdirección de la Banda Sinfónica Municipal, un proceso abierto del que solo queda evaluar las candidaturas y tomar una decisión final.
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