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creada por juanjo moscardó y María Mínguez

‘Custodia Repartida’: una ‘dramedia’ sobre la separación con acento valenciano

21/01/2025 - 

VALÈNCIA. Lunes con mamá, martes con papá… los findes, cumpleaños y festivos se pueden ir viendo. “Hazte la mochila bien, no te vayas a olvidar nada”, o “esta tarde te quedas con los abuelos”. El fiel reflejo de la vida de un hijo con padres separados en una serie: Custodia Compartida, la primera de Javier Fesser (Camino, Campeones), que llega el próximo 24 de enero a Disney+. Con la actriz valenciana Lorena López dando vida a Cris, la madre protagonista, y bajo los mandos de los creadores valencianos Juanjo Moscardó y María Mínguez, la serie consigue encapsular la realidad de los hijos que ven su vida partida en dos. 

Con un tono de dramedia y a lo largo de ocho episodios, la pequeña Cloe -interpretada por Lucía de Gracia- tiene que transitar entre diferentes casas y disputas familiares para encontrar finalmente su lugar en un entorno que está totalmente desbaratado. La idea original, de los valencianos Moscardó y Mínguez, surge con motivo de retratar una de las miles realidades que pueden verse en una separación, mientras intentaban englobar varios conceptos para hacer una historia universal y que pueda entenderse en todos los países. 

Su colaboración con Fesser surge de forma inesperada a través del perfil de otro valenciano: Àlvar López, responsable de la productora The Immigrant en España y jefe de desarrollo de esta. “Queríamos hacer una serie con un tono de comedia especial, como el que es tan característico en España. María y yo comentamos que nos gustaba mucho el estilo que tiene Fesser para contar estas historias que mezclan drama y comedia y que queríamos hacer algo que tuviera su luz así que pedimos alguien como él”, explica Moscardó, quien pensó en el director para poder hacer “una historia negativa pero contada de manera positiva”. La sorpresa vino cuando se lo mandaron todo a él directamente y se sumó de inmediato. 

Con Fesser en el proyecto, se pusieron manos a la obra para encontrar las caras que pudieran dar vida a la pareja de Diego, interpretado por Ricard Farré, y Cris, a quien da vida la valenciana Lorena López. La actriz ya había trabajado con Mínguez y Moscardó en la película valenciana Amor en polvo y estaba expectante de volver a trabajar con ambos: “Los guiones están muy bien rematados y no hay nada que veas que se puede quedar fuera. Han conseguido crear una serie muy redonda y generan un espacio muy único con este relato”. Su personaje, Cris, es una madre de familia que valora mucho su trabajo y se ve en una encrucijada entre su ascenso en la empresa y la idea de ser buena madre. “La serie refleja muy bien el momento actual en el que hay muy buenas madres y muy buenas profesionales. También da la vuelta a muchas ideas que se tienen sobre la separación y desmonta algunos mitos”.

Imagen cedida por Disney+

Respecto a llevar al espectador a lugares tan reales como incómodos, López considera que la serie logra tocar un punto muy humano y demuestra que “cada uno lo hace lo mejor que puede” mientras el espectador puede entender a las dos partes de la historia: “Es un viaje en el que se acaba empatizando un poco con todos: ves a unos abuelos sobrepasados, a tres generaciones que no tienen nada que ver, y ves como la de en medio rompe los patrones, pero tiene cosas apegadas del pasado... Es una serie con muchas capas en la que se cuenta un drama con un tono de comedia y en la que el espectador se va a reír de las calamidades que le pasan a estos personajes”, apunta la actriz, que reconoce que en el caso de la generación a la que pertenece, “queda trabajo por hacer”.

Desmontando los clichés de las separaciones y sin recurrir a los clásicos chascarrillos, Moscardó y Mínguez intentan dibujar un relato “lo más realista posible” y que consigue representar a una gran parte de la sociedad actual: “No queríamos dar voz a los roles típicos que ya se han visto en estas historias. Queremos contar parte de una historia real de separación en un mundo moderno en el que se ve como algo más civilizado y no como el drama que suponía antes”, apunta Moscardó, que asegura que la experiencia de ambos como adultos les ayuda a componer este relato de la forma más realista posible. 

En la serie los padres de los protagonistas, Cris y Diego, arrastran también su propio trauma de crianza, generando una interesante reflexión sobre los problemas que pasan de generación en generación: “Hablamos de padres que tendrían que haberse separado hace mucho tiempo, de cómo la separación no tiene que ser un estigma y que lo mejor es hacerlo de forma civilizada para llegar a una etapa nueva y no tiene por qué significar un fracaso”, apunta Mínguez. 

Imagen cedida por Disney+

Leyendo esta decisión de la pareja como una nueva etapa, tanto Mínguez como Moscardó intentan dibujar la realidad de dos familias con dos valores e ideales completamente distintos y que, cuando chocan, generan puntos de humor mientras rompen ciertos estereotipos -quien viene de familia más adinerada tiene menos recursos y quien ha tenido que sacarse las castañas del fuego es a quien mejor le va.

“En la serie jugamos con retratar algo muy generacional, hemos puesto muchas de nuestras cosas: de nosotros, de nuestras vivencias, de nuestros amigos y de nuestra paternidad y esto crea un espectro muy amplio que estos personajes nos permiten contar”, destaca Mínguez sobre la creación de la serie en la que querían que la naturalidad fuera el arma secreta que consiguiera conectar los dos mundos, “junto a Fesser se ha mantenido esa idea de trasladar mucha verdad a la historia mientras vamos a favor de la comedia, aunque sin perder el anclaje a la realidad”. 

Imagen cedida por Disney+

La serie contiene también muchos momentos de desesperación, vergüenza ajena y hasta estrés por las situaciones que provocan los niños. Aunque parezca que algunas cosas se salen del guion, Moscardó y Mínguez aseguran que Fesser conseguía guiar a los pequeños actores de una manera magistral para contar la vida misma: “Contamos pequeñas pildoritas de realidad que podrían pasar en cualquier momento. La gente que estaba en el rodaje se sentía identificada con lo que pasaba en la serie en todo momento. Nos parece que es importante representar en la pantalla todas esas situaciones que nos podrían haber pasado a todos alguna vez”, apunta Mínguez, a lo que Moscardó añade que lo suyo es hacer humor con las situaciones cotidianas y no tanto con los chistes o los gags. 

Como madre de la serie, López apunta que el lugar incómodo al que llevan algunos de los episodios de la serie es justo el que quieren que los espectadores habiten: “Leímos los guiones durante dos semanas para ir desgranando y encontrando esas grietas que hacen a los personajes más humanos. Hablamos de la frustración, de las dos caras de una persona y de la locura que es la vida. Al final empatizas con la fragilidad de los personajes, con sus historias y ves la luz que pasa a través de sus grietas”. Una luz que en el caso de esta serie, y de forma totalmente natural, también baña a otros dilemas que se encuentran por el camino: la gentrificación de los barrios de las grandes ciudades, el techo de cristal… y entre medias de eso una separación. Aunque para desgranar todas las grietas de Cris, Diego, Cloe y allegados habrá que esperar hasta la reunión familiar del día 24. 

Imagen cedida por Disney+

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